En una sesión extraordinaria realizada por Zoom, los legisladores de la Asamblea de Venezuela decidieron que el mandato de Juan Guaidó tendrá fin el próximo 5 de enero, al entender que no había "logrado cumplir con sus objetivos", según argumentaron los asambleístas que lograron sumar 72 votos a favor, contra 23 que buscaban prolongar el particular mandato.
La historia en contexto
En los hechos, y pese al mayoritario apoyo de los países del llamado bloque de Occidente, bajo la presión de Donald Trump, Guaidó se había autoproclamado presidente y buscaba con ello desgastar el poder del presidente Nicolás Maduro, elegido en comicios que la oposición tildó de fraudulentos.
El objetivo del interinato de Guaidó "era correr a Maduro con el reconocimiento internacional a otra figura. Respondía a una política de Donald Trump, que decía que había que ser más agresivo contra el chavismo e ir con todo para sacarlo. Estados Unidos movió su influencia internacional", describió el politólogo cordobés Matías Mowszet.
Esto fue posible fundamentalmente porque en 2015 el chavismo perdió su primera elección desde 1999, lo que permitió a los opositores dominar el Congreso hasta 2021, cuando venció el mandato.
Sin embargo, en las siguientes elecciones de medio término, en 2017, la fuerza liderada por Maduro se recuperó en las unas y logró otra vez imponerse. Por esa razón, el frente opositor, denominado Mesa de Unidad Democrática, impugnó los comicios declarando fraude. Por ese mismo motivo, y a instancias de Trump, tampoco se presentaron a las elecciones presidenciales de 2018, en las que Maduro ganó con comodidad alcanzando casi el 70% de los votos.
No obstante, el presidente de la asamblea Juan Guaidó, se negó a tomarle juramento al considerar ilegal su elección, y se autoproclamó él mismo como presidente interino, con el apoyo de sus pares.
"Maduro controlaba todos los organismos del Estado: cobraba los impuestos, conducía la Policía y el Ejército, pagaba los sueldos de los estatales... Todo lo que hace un Gobierno. Pero la representación de Venezuela ante la OEA y otros organismos internacionales era de Guaidó", resume Mowszet.
A ello le siguió un fuerte bloqueo económico de Estados Unidos, causando desabastecimiento e incrementando la pobreza en medio de un caos institucional por el doble comando. No obstante, Trump terminó yéndose porque perdió en las urnas, pero Maduro continuaba al comando de su país.
De hecho, con el cambio de signo político en la Casa Blanca, la Unión Europea "da un giro en su política y deja de reconocer a Guaidó como presidente", recuerda el politólogo. Si bien deja en claro sus críticas al gobierno de Maduro, vuelve a reconocerlo como presidente.
El “único resquicio de legitimidad”
Ante el fracaso de la movida impulsada por el Partido Republicano de Estados Unidos, y con la falta de apoyo político de sus principales impulsores, la oposición venezolana terminó poniendo fin a la insólita presidencia y busca ahora negociar condiciones para un sistema electoral en el que puedan volver a presentarse en las urnas.
Lo llamativo es que, pese a que sus mandatos concluyeron en 2021, los miembros de la Asamblea consideran que siguen vigentes, ya que desconocen los resultados de las elecciones de 2019, que permitieron la actual conformación del parlamento venezolano. Por tal razón, entienden que sus mandatos continúan, y se consideran a sí mismos como el "único resquicio de legitimidad en la República Bolivariana de Venezuela", por lo cual han decidido que "mantiene su vigencia".
Pese a ello, decidieron destituir a Guaidó y, al menos por ahora, no parecerían dispuestos a proclamar a un nuevo presidente.