A punto de terminar su doble mandato al frente del Club Atlético River Plate, el empresario Rodolfo D’Onofrio levanta el perfil político de su discurso y comienza a mirar más allá de los muros del estadio Monumental de Núñez, que acaba de celebrar el 36º campeonato del Millonario en la era profesional.

Pero la obtención del título de la Liga Argentina, algo que se negaba a la institución franjeada -y a su exitoso director técnico Marcelo “el Muñeco” Gallardo- hace siete años, es la culminación de un proceso que D’Onofrio inició tras perder por 6 votos las elecciones presidenciales de 2009 con el campeón mundial Daniel Alberto Passarella.

A ocho años de comenzada su gestión, en la que se convirtió en el presidente más ganador de la historia, supo forjar una imagen de old-man rebelde que prendió en los hinchas y en las redes sociales de la mano de sus enfrentamientos dialécticos con su par de Boca Juniors, Daniel Angelici.

Esa valoración positiva del público es advertida por los partidos políticos tradicionales, que desde hace tiempo tientan al “peronista, radical y socialista” -como se definió en reiteradas oportunidades- para formar parte de los dos espacios de la grieta política nacional.

Desde su salto a la escena pública, el dirigente deportivo no ahorró palabras para dar definiciones sobre su visión de la Argentina, al reconocer que “hago política todos los días, pero no política partidaria”, lo que reforzó con sucesivas críticas hacia Mauricio Macri y Alberto Fernández.

En el centro de dos modelos

Impulsor de la doctrina del “centro”, D’Onofrio rechaza la ortodoxia económica y dice estar dispuesto a trabajar con cualquiera que “tenga un proyecto de equipo más allá de las individualidades”.

Se define como desarrollista, luego de reconocer a Arturo Frondizi como “el último gran estadista” de la Argentina, lo que le valió que el ex ministro del Interior Rogelio Frigerio iniciara sondeos en marzo de este año para sumarlo a Cambiemos. De hecho, durante ese año, el presidente de River, a pesar de su tensa relación con Mauricio Macri, estuvo presente en encuentros impulsados por el PRO.

Detrás de la operación también está Emilio Monzó, que a fines de 2020 participó junto a Nicolás Massot, representantes de Juntos por el Cambio y, por supuesto, el old-man rebelde Rodolfo D’Onofrio, de un actividad en el barrio El Garrote, en Tigre, uno de los más pobres del país.

A pesar de reconocer que dialogaría con las Palomas del macrismo, comandadas por María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, “hay otra parte un poco extremista en sus conceptos y no me siento tan identificado”, había dicho sobre los Halcones de Patricia Bullrich en febrero de este año, en diálogo con el diario Perfil.

Si bien el empresario siempre se mostró más cerca de la coalición opositora amarilla, durante su paso por la presidencia del Millonario también coqueteó con el peronismo, pero finalmente decidió no ser candidato de ningún partido. Incluso trascendió que Alberto Fernández le había ofrecido lugar en el Frente de Todos, propuesta que rechazó.

Fiel seguidor del diputado electo Facundo Manes, con quien organizó más de un evento, otro de los políticos predilectos de D’Onofrio es el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a quien le tiró flores en más de una oportunidad. A esas buenas vibras se suma la innegable ligazón del apellido Santilli a la historia de River Plate.

El acercamiento se dio a mediados de 2019, cuando el mandamás de River se convirtió en persona no grata para el macrismo duro, luego de que, junto con Juan Carr, abriera las puertas del Monumental para que personas sin techo pudieran pasar la noche por las bajas temperaturas, algo que el entonces oficialismo vio como una movida política.

"Es lamentable que el ex presidente que nos dejó una deuda casi impagable, más de 50% de pobreza… enemigo de las sociedades civiles en el fútbol y responsable de los últimos 4 años en el manejo que vive el fútbol argentino, haya sido nombrado al frente de Fundación Fifa", escribió en 2020 en su cuenta de Twitter, en relación a Mauricio Macri.

Con el presidente Alberto Fernández, a quien conoce de su etapa en la menemismo, ya que protagonizaron duros cruces como representante del sector empresarial de seguros, tampoco ha tenido demasiadas coincidencias.

Reconoció que “nunca pertenecí a la izquierda, siempre tuve muy presente el costado social”, por lo cual concordó con el primer mandatario en que “tenemos que empezar todos de un lugar de igualdad; después está el mérito”.

No obstante, fustigó duramente contra el aliado de Cristina Kirchner, a quien comparó con el que conoció en los años 90: “Era más parecido al que empezó gobernando, al del diálogo, al de buscar puentes de unidad. Hoy lo noto un poquito alejado de eso. Por momentos sí y por momentos no”, dijo al periodista Jorge Fontevecchia y lanzó: “Es como que de golpe dobla demasiado a la izquierda. Tendría que seguir un poquito más por el centro”.

Así, definido como de derecha en lo económico, de centro en lo político y de izquierda en lo cultural, afirmó que “voy a participar en algo que tenga un proyecto y un equipo”. El cuándo será 2023.

Para D’Onofrio, el oficialismo del Frente de Todos no tiene un centro. Sobre Sergio Massa, quien podría llegar a ocupar ese rol, el riverplatense fue claro: “Me veo posicionado en aquel que esté en el centro. No en que haya un centro dentro de algo y que no sea centro”.

Por eso, los “moderados” de Juntos por el Cambio estarían más cerca de la idea con la que el futbolero concibe la política y allí es donde el capitán de River pone su límite: “Con los tres que te nombré, sí”, indicó sobre Larreta, Vidal y Martín Lousteau.

Si bien D'Onofrio reconoce su mayor filiación con parte de Juntos por el Cambio, en sus últimas declaraciones, en las que se metió de lleno en la vida política y confirmó su participación en 2023, criticó a “los que están en la grieta", quienes "se pueden quedar en la grieta".

“Quiero ayudar, quiero colaborar, siento que estoy en un país a la deriva y si en algún lugar puedo ayudar para que salgamos de la grieta, voy a estar”, aseguró el dirigente deportivo en entrevista con radio La Red.

En 2018, entre las dos finales que disputaron River y Boca por la Copa Libertadores -que terminaría con el partido en Madrid tras los incidentes en el Monumental-, Rodolfo D'Onofrio le bajó los decibeles al nerviosismo del partido de fútbol más importante de todos los tiempos, al decir que "uno va a ganar y el otro va a perder, pero no va a ser la muerte de nadie".

De la misma manera, ahora confirmó que jugará en las próximas elecciones, aunque restará saber con qué camiseta lo hará.|