La recorrida comenzó el 9 de mayo, sólo dos días después de que se lanzara la campaña legislativa para conformar el parlamento que acompañará (o hará de contrapeso) a la segunda gestión de Emmanuel Macron como presidente. Los sectores progresistas, ecologistas y de centroizquierda, que volvieron a quedar fuera del balotaje en el que el actual presidente francés derrotó a la ultraderechista Marie Le Pen, parecen haber tomado nota de la lección y decidieron unificar fuerzas detrás del liderazgo de Jean-Luc Mélenchon, para conformar una fuerza unificada, la Nueva Unidad Popular Económica y Social (NUPES). El objetivo, “es poder juntar los 289 diputados para imponerle la cohabitación a Macrón”.

El que habla es Christian Rodríguez, chileno de nacimiento, exiliado en 1973, cuando el golpe impulsado por la CIA depositó a Augusto Pinochet en el Palacio de la Moneda de Chile, tras asesinar al presidente electo por el voto popular, Salvador Allende.

En Francia, Rodríguez conoció a Jean-Luc Mélenchon en 1982, con quien comenzó a militar en política, siempre en los sectores progresistas y de la centroizquierda. Ahora aspira a ocupar una banca en diputados, a la cual se postula en representación de la segunda circunscripción de los franceses en el extranjero, la cual abarca México, Centroamérica, El Caribe y Sudamérica. Este sábado se sabrá si ha logrado su objetivo.

Justamente para eso inició una larga recorrida de casi un mes por el continente, y pasó por Argentina, donde viven 8 mil ciudadanos galos o de doble nacionalidad en condiciones de votar. Entre el lunes y el martes mantuvo reuniones con dirigentes vinculados al progresismo y la centroizquierda local, y además se hizo tiempo para visitar la sede de Madres de Plaza de Mayo. En medio de la recorrida, también se hizo un alto para dialogar con Negocios y Política.

-¿Cuál ha sido el objetivo de esta recorrida por Latinoamérica?

Desde el 9 de mayo empecé la recorrida, primero por Brasil, luego por Méjico, Colombia, ahora Argentina y culminaremos en Chile. Hemos hecho una campaña de terreno en casas de franceses, en locales, en liceos,

visitando a los profesores, visitando los centros culturales, los consulados.

¿Cuáles son los ejes principales de su propuesta para los franceses que viven en las américas?

Nos hemos dado cuenta de que hay cuatro temas claves. Primero, la jubilación, que debemos garantizar que sea a los 60 años. Segundo, el estado catastrófico del cuerpo de profesores y de la educación en los liceos franceses, donde sufren mucha inestabilidad. Tercero, la desaparición de los servicios públicos, los puestos consulares que se cierran, el personal que no alcanza. Por ejemplo, en Méjico, son 14 empleados para atender a 14 mil personas, fruto de una política de privatización de todo lo que es servicio público, lo que hace que la gente sienta que es francesa, pero que aquí no existen sus derechos. Y eso también tiene un impacto en la decisión de ir a votar o no. Y el cuarto punto es el tema de la cultura como un instrumento de presencia de los franceses, que también está muy abajo. No hay presupuesto, es muy escaso y se ha abandonado la idea de que Francia pueda tener una presencia mucho más digna, como lo fue con la Alianza Francesa, los intercambios culturales, etc. 

-¿Cree que el gobierno de Macron no le ha dado importancia a estos ejes?

-Lo que hemos visto en estos días de recorrido nos confirma la hipótesis de que, bajo el gobierno de Macron, América Latina ha sido simplemente un continente para los negocios. Y eso es la antítesis de mi campaña, porque si yo gano, seré el diputado para reforzar la presencia de Francia en América Latina, con una opción muy clara por reforzar la cultura y la educación. 

-¿En qué punto de la agenda de su campaña está la realidad que se vive en Latinoamérica, con su crisis recurrentes y las dificultades que se atraviesan gobierno tras gobierno?

-Lo que yo veo, es que o hay franceses que están completamente desconectados de la realidad local de los países, por lo tanto ellos viven entre sus liceos y sus restaurant francés y sus amigos franceses. Pero también están otros que están completamente al interior de la vida real de todos los días, y que también están siendo golpeados por las crisis económicas. Tuve anoche una larga conversación con la rectora del Liceo Francés en Buenos Aires, y evidentemente que todo el tema de la inflación, el tema de las becas, el dinero afecta también la vida del liceo. Desde Miterrand, cuando habían puesto la primera piedra para ampliar condiciones, no lo han logrado concretar. Fue una charla interesante, porque marca que la vida francesa aquí no puede estar desligada de la vida local. 

-¿Y con los argentinos, cómo se conecta esa política que usted propone?

-Yo estoy convencido de que mientras más presencia francesa exista en las realidades locales, eso más va a ayudar para que Francia mejore su relación con América Latina. Por eso digo que yo soy el candidato que va a trabajar incansablemente para que Francia profundice su vínculo con este continente. 

-Puntualmente en relación a Argentina ¿Cuál es la mirada? ¿Qué posibilidades de desarrollo, inversiones o capacitación imagina?

-La primera cosa en la que hay que trabajar, en el caso francés, es en un convenio para reconocer los años de trabajo para las jubilaciones. Reconocer los años de los franceses acá y de los argentinos allá. Como el caso Brasil. No hay acuerdo con Argentina. Hay que establecer acuerdos bilaterales, países con países, con temas de interés común. El tema de la jubilación es muy importante para los franceses en Argentina, donde hay una generación que ya llevan entre dos y tres décadas instalados.

-¿Y en lo económico, cuál es la agenda con relación a nuestro país?

-En lo que hace a política bilateral, de gobierno a gobierno, hay que reforzar el eje económico. Tener una cooperación técnica muy fuerte. Porque se pueden hacer grandes proyectos en conjunto, más aún con este escenario de la guerra. Ustedes tienen materias primas, nosotros no tenemos. Ustedes producen alimentos, nosotros no. Creo que hay que sentarse a conversar y ver los puntos de encuentro y de intercambio. Pero siempre con este concepto que usamos nosotros de economía solidaria. No quitar de más en las relaciones bilaterales, ni favorecer relaciones que sean desiguales o injustas, como ha hecho Francia con África. 

-Saltando del otro lado de la cordillera, ¿qué sensación le dejan estos primeros meses de gobierno de Gabriel Boric en su patria de origen?

Primera cosa, y con mucha prudencia, mi diagnóstico es reservado. La muerte de una joven periodista por balas de Carabineros en una manifestación es una señal negativa. Uno ve que el actuar de Carabineros no ha cambiado. Y para eso se necesita tener firmeza y enviar señales claras de que este es un nuevo gobierno y que no va a dejar que la represión siga siendo tan brutal como había sido. Yo tenía la impresión de que Boric iba a disolver Carabineros, visto el estado de descomposición de la fuerza. Pero sólo se ha quedado en pequeños gestos. Por eso, mientras no resuelva quién es el que dirige el país y cómo se trata de proteger y o seguir golpeando a la gente, los jóvenes no van a adherir al joven presidente. Eso es un primer dato. El segundo es que, en política internacional, lo hemos visto demasiado cercano a la política atlantista de Estados Unidos. Sería bueno que tuviera un papel mucho más ligado a los hermanos de Latinoamérica, que al amo de Estados Unidos.

-Volviendo a Francia ¿qué cree que logró aprender el sector que usted representa, luego de quedar nuevamente fuera de la segunda vuelta presidencial?

Mira. En este momento somos 420 candidatos a diputados lanzados a hacer campaña por todo Francia y por el exterior. Y ahora lo hacemos juntos, porque conformamos este frente que se llama NUPES, Nueva Unidad Popular Económica y Social, donde logramos reunir fuerzas que habíamos ido separadas a la elección anterior, ahora todos bajo el liderazgo de Jean-Luc Mélenchon. El sentido común dice que la unidad es un combate permanente y eso es lo que le da fuerza a mi candidatura, que no es la candidatura de un sector sino del conjunto de los sectores de izquierda y ecologistas y fuerzas progresistas. 

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-“Bajo el gobierno de Macron, América Latina ha sido simplemente un continente para los negocios”

-“Creo que hay que sentarse a conversar y ver los puntos de encuentro y de intercambio entre Francia y Latinoamérica. Pero siempre bajo el concepto de la economía solidaria. Sin favorecer relaciones que sean desiguales o injustas, como ha hecho Francia con África”.

-“Soy el candidato que va a trabajar incansablemente para que Francia mejore su relación con este continente”.|