Después de presentar en sociedad la primera tarjeta prepaga que combina pesos con criptomonedas en el país, LemonCash lanzó un servicio crypto mediante el cual pagará intereses en criptomonedas de entre el 3 y el 7% anual a sus usuarios.
A través de Lemon Earn, todas las criptomonedas que los usuarios ahorren en la app rendirán automáticamente intereses. Este paso marca una diferencia con otras plataformas que ofrecen la posibilidad de obtener ganancias de las cryptos.
“Entré en bitcoin en el año 2013 cuando el precio rondaba los 100 dólares; en ese momento, empecé a estudiar el tema y cuando entendí de qué se trataba, hice un clic, y dije: ´Esto es el futuro´", cuenta Marcelo Cavazzoli, CEO y fundador de Lemos Cash y asegura que vendió lo poco que tenía para poder invertir en bitcoin.
Aunque en ese camino conoció a quienes hoy son sus socios, Alan Boryszanski y Borja Martel, recuerda que “cada vez que quería sumar a mis amigos o familiares a esta revolución, las barreras de entrada eran muy altas; incluso para mí que tengo formación como ingeniero informático, algunas cuestiones me resultaban complejas”.
Partir de lo básico, "¿Qué podemos hacer desde nuestro lugar para que este ecosistema se convierta en una realidad?", dio lugar al nacimiento de fintech, que busca acercar el mundo cripto y las ventajas de la nueva economía digital a todas las personas. “Hasta hace algunos años, para comprar criptomonedas había que ser un experto; hoy, todavía en muchas aplicaciones se necesitan conocimientos técnicos avanzados para poder invertir”, dice Cavazzoli y asegura que “Lemon es la plataforma más intuitiva para comenzar en el mundo de las criptomonedas y además, la única que permite llevar las ganancias obtenidas con las criptomonedas a las compras de todos los días.
—¿Cuáles fueron los pasos fundamentales para alcanzar U$S 1.000.000 de inversión?
—El primer paso fue tener una visión diferente: queríamos revolucionar el dinero digital en toda América Latina. Y para eso, tender puentes entre la vieja economía y la nueva. El segundo paso fue el armado de un producto único, la primera billetera digital de la Argentina que combina pesos con criptomonedas y apuesta por la usabilidad de las criptos. Y el tercer paso fue la creación de un equipo joven lleno de talento y de ganas de transformar financieramente comunidades completas.
—¿Qué rol jugó la pandemia en la incorporación de criptomonedas como opciones de inversión?
—Si bien la pandemia fue muy dura para todos, para Lemon también funcionó como un catalizador que nos hizo crecer en un año lo que teníamos pensado crecer en cinco. El aislamiento y la recomendación de evitar la manipulación de efectivo llevaron a muchos usuarios y comercios a buscar soluciones de pago digitales. En ese contexto, hubo una gran demanda de billeteras virtuales y tenemos la ventaja de ser la única que combina pesos con criptomonedas. En 2020, el precio de Bitcoin alcanzó nuevos máximos históricos y, cada vez es más fácil para los usuarios acceder a criptomonedas. Además, la devaluación del peso y la imposibilidad de comprar moneda extranjera también llevan a los argentinos a buscar otras opciones para ahorrar y ahí es donde crece la adopción de cripto. Empezamos 2020 siendo 5 personas en la empresa y lo cerramos siendo más de 25. Tuvimos la oportunidad de crecer exponencialmente en todos los aspectos.
—¿Cómo observan la relación de las personas en general con las nuevas monedas digitales?
—Notamos que hay un gran entusiasmo alrededor del mundo cripto. Cada vez más personas quieren aprender, preguntan y se informan sobre criptomonedas. Y también cada vez más personas hacen sus primeras compras de bitcoin, por ejemplo. Es cierto que también todavía hay rechazo por sectores tradicionales, que a veces funciona por conveniencia y a veces por desconocimiento. Por suerte, cada vez son menos y esto queda demostrado con la adopción de bitcoin por parte de instituciones y empresas como Tesla, MasterCard y Visa, entre otras. Al tratarse, en su mayoría, de monedas volátiles, es lógico que también aparezcan temores. Por eso es importante empezar de a poco, informarse y sentirse cómodo con los pasos que se van dando.
—¿Hacia dónde evolucionará el negocio en el corto plazo?
—El próximo paso es la usabilidad de las criptomonedas. Poder incorporarlas en nuestro día a día para hacer compras, para generar intereses, para aprovechar las ganancias que nos puedan generar. Ese es uno de nuestros objetivos principales. Más de 35.000 personas se anotaron para el prelanzamiento de la Lemon Card, la primera tarjeta prepaga que combina pesos con criptomonedas en la Argentina. Esta tarjeta va a fondearse desde la app y va a permitir trasladar todas las ventajas de la nueva economía digital a la billetera física de cada usuario. En ciudades como San Martín de los Andes, ya es posible vivir 100% con cripto. Desde la peluquería hasta la comida del perro, se pueden pagar con Bitcoin, Ethereum o USDT sin comisiones entre comercios y usuarios que tienen la app.
—¿Cuáles son las limitaciones de las operaciones cripto?
—Actualmente hay algunos fees de la red blockchain que están un poco elevados. La comunidad en general es consciente de esto y se está trabajando para poder reducirlas. En cuanto a Lemon y nuestra operatoria, tomamos todos los recaudos para prevenir actividades ilícitas o acciones fraudulentas. Así, protegemos a todos los usuarios que operan con nosotros.
—¿Qué inversión realizaron para iniciar el negocio, y qué esperan para el 2021 en términos de actividad?
—Para iniciar, juntamos US$ 50.000 entre fundadores, amigos y familiares. El retorno de la inversión lo veremos cuando Lemon se convierta en una de las compañías más grandes de América Latina. Tras la ronda de inversión en 2020 por 1 millón de dólares, el objetivo de este año es quintuplicar esa cifra.
—¿Qué características singulares presenta el negocio en la Argentina
—Argentina es un gran país para crear en el ecosistema cripto y blockchain porque hay una gran demanda de este tipo de soluciones. En otros países, tal vez tarde un poco más en llegar. Pero en la Argentina, el momento es ahora. La inflación obliga a los argentinos a buscar nuevas formas de proteger sus ahorros y por eso las criptomonedas están teniendo tanto impacto en el país.
—¿Qué necesita el sector para crecer y desarrollarse más?
—Nosotros somos parte de la Cámara Argentina de Fintech y desde ese rol estamos siempre trabajando en conjunto con otras empresas en materia de regulación. Hay una gran conciencia y responsabilidad en el ecosistema cripto argentino que hace que seamos empresas serias que siempre estemos protegiendo la seguridad de los usuarios para evitar todo tipo de acciones fraudulentas.
La inclusión financiera es el camino para acercar los beneficios de la nueva economía digital a todos los argentinos. Por un lado, todavía hay un porcentaje importante de la población que no está bancarizada. Y ahí hay un punto para seguir mejorando. Por el otro, necesitamos desde el ecosistema seguir educando para poder bajar las barreras de entrada al mundo cripto.
“La inclusión financiera es el camino para acercar los beneficios de la nueva economía digital a los argentinos”.
En tiempo record, la startup Argentina, con sede en Uruguay y Ecuador ya levantó 1.000.000 de dólares de inversión en 2020, en una ronda liderada por el fondo estadounidense Draper University y el argentino Draper Cygnus, junto con sus pares Silent Unicorn y Amagis Capital, ambos del Reino Unido.
“Argentina es un gran país para crear en el ecosistema cripto y blockchain”.
Cavazzoli está convencido de que invertir en cripto no es tarea difícil y se esmera por bajar las barreras de acceso. “La clave está en darles a los usuarios la información para que puedan tomar las mejores decisiones con sus criptomonedas”, explica y asegura que “si sabés mandar un mail o usar Instagram, probablemente también puedas comprar criptomonedas en aplicaciones como Lemon Cash; y eso es un avance gigante en comparación con años anteriores”. |