La regulación de los tiempos es uno de los principales puntos a tener en cuenta en el nuevo modelo de trabajo que trajo la pandemia de Covid. Un menú de consejos y recomendaciones que deberíamos implementar evitar el estrés y poder hacer frente a los riesgos y distracciones.
Uno de los efectos de la reciente pandemia ha sido el cambio en los modelos de trabajo. La presencialidad ha dejado de ser mayoritaria y el teletrabajo y los modelos híbridos que combinan días de trabajo presencial y días de teletrabajo han extendido su incidencia. Las organizaciones se han dado cuenta de que esta es una herramienta efectiva a la hora de desempeñar un puesto de trabajo.
A pesar de la relajación de las medidas, se estima que aproximadamente 1 millón de españoles continuarán en modelos híbridos o de teletrabajo. Esto genera beneficios que se perciben rápidamente, como el ahorro de desplazamientos y costes, economía de tiempos o facilidades en la conciliación de la vida familiar y profesional. Pero también se identifican posibles riesgos para la salud de las personas.
La pandemia nos ha digitalizado; ante la falta de contacto físico, hemos acudido a la conexión digital. Esto se percibe en el aumento de usuarios de internet que ya venía aumentando año tras año.
A nivel laboral, todos aquellos mensajes, reuniones, incluso conversaciones de pasillo se han transformado en videollamadas, videoconferencias y correos electrónicos. Esto ha provocado una vertiente negativa, la necesidad de estar conectados constantemente, la dependencia de las tecnologías para lograr ser efectivos a nivel laboral.
La ventaja de poder trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento se puede volver una desventaja. Debemos regular los tiempos de alguna forma. Incluso, ante el aumento de los niveles de estrés, los gobiernos han empezado a regular el derecho a la desconexión digital.
Estamos más estresados por el hecho de poder trabajar en cualquier momento y por la dificultad de separar los espacios y las tareas. Antes disponíamos de un lugar para trabajar y otro para vivir. Para quienes ahora teletrabajan, ambos lugares se han mezclado. Ser capaces de diferenciar entre el tiempo familiar y el profesional quizás sea la clave para controlar el estrés derivado del teletrabajo.
De igual forma, la cantidad de estímulos y distracciones que pueden aparecer en nuestro domicilio pueden provocar una pérdida de productividad. Es cierto que la pandemia y la obligatoriedad de transformar puestos presenciales en puestos de teletrabajo no concedió tiempo para poder planificar el cambio. Ahora surge la oportunidad de aprovechar la situación y convertir el teletrabajo en una herramienta útil, productiva y, sobre todo, saludable para sus usuarios.
Para poder hacer frente a los riesgos y distracciones del teletrabajo se ofrecen varios consejos y recomendaciones que deberíamos implementar en nuestra rutina diaria:
*Iván Fernández Suárez es profesor en el máster en Prevención de Riesgos Laborales en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).