A los 43 años Santiago del Moro es uno de los conductores radiales y televisivos más solicitados para el prime time. A esta altura de su carrera ya es dueño de un estilo propio, un logro que no es fácil, ni que se dio de la noche a la mañana.  La joven promesa asomó allá por el año 1998, cuando apareció en MuchMusic, uno de los canales musicales de cable más vistos.  

Trabajador incansable, Santiago dedica muchas horas de su día a su carrera: comienza temprano haciendo radio en El Club Del Moro, por La 100, (de lunes a viernes de 6 a 10 de la mañana) y también MasterChef Celebrity el programa más visto de la tevé argentina,  que va por su segunda edición en el año. Horas y horas de preparación y de grabación, lo que genera un ritmo de trabajo intenso y, afortunadamente, exitoso.

La cosecha de éxitos no es nueva. Durante varios años fue una de las figuras de Infama e Intratables, el programa que comenzó siendo un resumen de lo que sucedía en el espectáculo argentino y que pasó a convertirse en el epicentro del debate político. Siempre con Del Moro al frente.

En el 2019 llegó a la pantalla de Telefé para conducir la versión argentina de “Quien quiere ser millonario”. El programa de entretenimientos se convirtió en uno de los programas más visto de ese año, y en general estuvo en el podio de los tres ciclos con más rating del día.

Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer

El éxito no viene solo. En este aspecto la contención que le brinda su mujer, quien -apenas llega a su casa- le habla de otros temas y lo saca de la vorágine de su ajetreado día. "Es la persona más honesta que conozco y su mirada me resulta más que importante", afirma y añade: "María no tiene el “qué lindo” o el “qué bueno” fácil. Es estricta y dura de persuadir. Todo lo que me diga siempre será genuino".

Desde que tiene memoria comparte la vida con María José Sánchez, su "compañera, su amante", como la define Santiago, oriunda del mismo pueblo que él: Tres Algarrobos (un pueblito bonaerense de 3 mil habitantes al que sólo llegaba el canal 12 de Trenque Lauquen), con quien está de novio desde la adolescencia. Aunque, claramente, no fue la única: a los 12 años tuvo su primer amor (y también su primer desengaño), según contó en una entrevista con Infobae: "Fue un noviazgo de un verano, y ella, que no era de mi pueblo, antes de irse cortó la relación diciéndome: "Quiero terminar con esto pero sin rencores". Le dije que sí, aunque no sabía en ese momento qué mierda significaba la palabra rencor (risas)".

Del Moro es bastante reservado con respecto a su familia, de vez en cuando realiza publicaciones de sus hijas Catalina (10) y Amanda (6), en las que se muestra como un verdadero padre "baboso". Y hace lo propio con María José, de quien se lo ve más que enamorado. Dice que, entre otras cosas, lo que lo seduce de ella es que su vida nada tiene que ver con el medio.

Cuando le preguntaron si tenía algún secreto para equilibrar su demandante trabajo con la vida familiar, afirmó: "No, en mi casa tengo la contención y el amor que necesito. Ese es el secreto. A mi mujer nunca le importó ni la notita en el portal, ni la fama, ni… Eso me ayudó mucho. El día que (Jaime) Stiuso salió al aire en Intratables fue un quilombo. Imagínate, llegué a casa y tenía el teléfono estallado y la cabeza hecha un bombo. Mi mujer me esperaba con el boletín de la nena en la mano. “Firmá, firmá”, me decía. Le pregunté si era consciente de lo que acababa de pasar, que un espía que buscaba todo el mundo había salido al aire… “Firmá”, me respondió. Su manera de decirme “eso no es importante” es muy valioso para mí".

La familia Del Moro -Sánchez habita en una calle tranquila del barrio de Belgrano, un piso reciclado en un edificio bajo y antiguo, de estilo clásico. En diálogo con La Nación, le preguntaron por qué no se habían casado, a lo que el conductor respondió: "Es una cuestión muy mía. No creo en el casamiento. Nunca me vi en esa foto. Tal vez se relacione con el tener que ser “el de la fiesta”. Aunque no lo descartaría... Sé que sería súper romántico a la hora de proponerlo, pero finalmente pasaríamos por el Registro a poner una firma y volveríamos a casa. Eso significaría para mí".|