Pop it, el juego “anti estrés” que atrapa a chicos y grandes – Negocios & Política
 

Imposible de soltar |Pop it, el juego “anti estrés” que atrapa a chicos y grandes

Simple y relajante, es como explotar burbujas de embalaje, pero de un lado y del otro sin fin. Surgió en redes sociales y ya se ofrece hasta en farmacias. Similar al boom del “spinner”, es el juego del momento en Argentina. Qué es, para qué sirve y cuánto cuesta.
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Grandes y chicos empezaron a pedirlos. La industria local y los importadores reaccionaron rápido. Y se gestó un verdadero fenómeno de consumo, que a muchos les recuerda el boom de los fidget spinners en 2017. Posteos virales de redes sociales como TikTok lograron que el pop it (o popit) se hiciera conocido, con su simple -pero para muchos irresistible- propuesta de explotar burbujitas con los dedos sin parar.  Meses después, este ya es el juego del momento en la Argentina.

Hoy los pop it no sólo están en las jugueterías, que los ofrecerán para el Día del Niño. Aparecen con variadas formas y colores en regalerías, bazares, kioscos y hasta en farmacias, destacados como objetos "anti estrés". También hay miles de opciones en Mercado Libre.

"Cada año hay un producto que tiene una mayor demanda porque se pone de moda. Unos años tuvimos el spinner, luego las muñecas coleccionables LOL, los squishies, y hoy tenemos el pop it", explicó a Clarín Emmanuel Poletto, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ).

"Empezó a verse en mayo. De repente parecía que todo el mundo quería comprar un pop it. Esa primera explosión pasó, pero siguen siendo muy demandados", sumó Alejandro Caffaro, presidente de la Asociación de Empresas de Juguetes y Afines (Aadeja), entidad que agrupa a grandes jugueterías e importadores.

La sensación de usar un pop it puede asemejarse a la de ponerse a reventar burbujas de aire de uno de esos envoltorios plásticos con los que se protege a productos muy frágiles. La diferencia sustancial es que, en el caso del pop it, la diversión nunca se termina. Tras explotar, las burbujas parecen quedar descargadas y hundidas. Pero basta con dar vuelta el juego para verlas otra vez infladas, listas para hacer el "pop" cuando se las presione hasta el fondo.

Los pop it están hechos en planchas de silicona o goma flexible, agradable al tacto y muy liviana. Pesan en general entre 40 y 100 gramos, y su tamaño no suele ser mayor al de la mano abierta de una persona adulta. Sus promotores destacan que el juego es divertido y fácil de aprender. Pero, principalmente, que la actividad ayuda a chicos y grandes a relajarse, bajar la ansiedad y aliviar el estrés.

¿Qué tipos de pop it existen y cuál es su costo?

Los más básicos son los cuadrados y los circulares, hechos todos de un mismo color. Pero actualmente hay también opciones multicolor y con formas de lo más variado.  Se encuentran por ejemplo modelos de pop it con forma de unicornio, de dinosaurio, de mariposa, de perro, de pato, de pieza de rompecabezas, de corazón, de manzana y muchas más.

También es posible comprar un pop it spinner, que ofrece en un solo producto los atractivos de ambos juegos: es un spinner que en sus extremos tiene burbujas para explotar.

Los modelos monocolor se consiguen a precios que oscilan entre los $ 300 y los $ 600. Mientras que los multicolores van de $ 800 a $ 1.100. Y los pop it spinners rondan los $ 700. “Hoy existe una oferta enorme del pop it de un solo color. Ese ya no se está pidiendo tanto. Los más solicitados actualmente son los tricolor, que son importados y para la gente pueden ser más difíciles de conseguir porque hay problemas para ingresarlos al país", explicó Caffaro, de Aadeja. Y amplió: "Como había mucha demanda se intentó traerlos rápido. Incluso en avión, a un costo mayor que el de un flete marítimo. Pero muchos quedaron trabados en la Aduana”.

¿Qué dicen los especialistas?

Especialistas en pediatría y terapia ocupacional destacaron la capacidad de estos objetos de favorecer la concentración y de generar con sus texturas una sensación placentera calmante.

Resaltaron además que el hecho de ir apretando una por una las burbujas, en una secuencia, puede ayudar a que "el cerebro se ordene, se organice y se regule". Pero también aclararon que no habría que esperar que un cuadro grave de ansiedad o estrés sea solucionado por juguetes de este tipo, de un modo mágico. En esos casos, indicaron, lo mejor es acudir a un profesional para buscar la causa y trabajar con eso.

"Es muy difícil dar una opinión sobre lo que no es más que una moda originada en redes sociales y muy bien aprovechada por gente con visión comercial. Sin embargo, se trataría del típico fidget toy, pensado para las personas ansiosas que tienen tendencia a manifestar su ansiedad con tamborileos o golpeteos con los dedos", amplió Marcelo Cetkovich, director del departamento de Psiquiatría del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO).

Y explicó: "Toda actividad que transforme la inquietud en un movimiento y que requiera una cierta concentración de nuestra parte podría ser beneficiosa, ya que produce un efecto distractivo sobre lo que nos provoca ansiedad. Pese a ello, es muy difícil demostrarlo ya que no hay evidencia científica que lo verifique".

"Si se tratara de personas ansiosas, recomendamos que traten de utilizar estrategias de relajación que requieran que se involucren más que con la mera manipulación de un juguete", concluyó el especialista.

¿Qué precauciones hay que tomar al comprar un pop it?

En la CAIJ recomendaron adquirir siempre estos juegos en comercios habilitados y verificando que cuenten con una certificación de seguridad. "Esto es importante porque muchos pop it ingresaron al país no como juguetes sino como manufacturas de goma o productos terapéuticos, por lo que eludieron los ensayos de seguridad", aseguró Poletto.

Y recordó que productos como estos pueden contener ftalatos, una familia de compuestos químicos que pueden dañar el desarrollo del aparato reproductivo, tener efectos sobre la tiroides y causar enfermedades metabólicas, trastornos neurológicos, partos prematuros y problemas inmunológicos, entre otros efectos no deseados.

Para no correr ese riesgo, en la CAIJ aconsejan:

-Verificar que el envase tenga el logo de seguridad: una “S” negra dentro de dos figuras circulares. Eso garantiza, entre otras cosas, que el producto aprobó los análisis toxicológicos.

-Verificar que el envase especifique los datos del fabricante; y, si es del exterior, los datos del importador. Eso permitirá hacer eventuales consultas o reclamos.

-Respetar la edad mínima indicada en el envase. Para los pop it, la recomendación de los fabricantes es no darlos a menores de 3 años.|

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