El compositor y cantante Joan Manuel, de 78 años, ofreció un encuentro con la prensa para presentar su gira de despedida El vicio de cantar en el país, a la que definió como un acontecimiento “lleno de trampas, de emociones, distancias, de sentimientos tremendos” y también inundado por la conciencia de "estar alejándome de algo que se va en mi vida y que me hizo muy feliz".
Durante una hora y cuarto, el artista, vestido con saco gris y jeans y con agua mineral en el escenario de la sala, habló en forma distendida y de muy buen humor con la prensa local.
Serrat habló del profundo vínculo que lo une con el público argentino, al que definió como “apasionado desde el primer momento”, dio detalles sobre este tramo del tour en el país que comenzará el sábado en la ciudad de Rosario, en la que nació Roberto Fontanarrosa, quien falleció hace 15 años y fue gran amigo de Serrat.
“A Fontanarrosa lo siento muy cerca. Fue muy duro para él (sus últimos días) y para todos los que estaban a su alrededor. Siempre es una referencia”, dijo en alusión al escritor.
“No estoy contando los shows que hice y los que me quedan por hacer. Es una actitud absolutamente defensiva. Esta gira está llena de trampas, de emociones, distancias, de sentimientos, de sentimientos tremendos, de alejamiento de algo que se da en mi vida y que me hizo muy feliz”, en cierto tono melancólico, pero sin dejar nunca de perder el humor.
“En cada uno de los conciertos canto como si fuera el único que existe –apuntó en uno de los pasajes de la ronda de prensa-. Cada día que subo al escenario canto canciones, muchas veces que tienen que ver con cada lugar en el que estoy, y mientras canto, las imágenes no dejan de aparecerse en mi cabeza”.
Un corazón tranquilo y cargado de nostalgia
El trovador más popular de la música iberoamericana en Argentina, expresó que su corazón “está tranquilo”, y que solo viene a despedirse “de los escenarios, no de la gente, ni del país, ni de los amigos”.
Sin embargo, aclaró que cantar en los escenarios es lo que más le divierte y que seguramente volverá al país, para realizar sus rituales. “Uno tiene alguna necesidad, por una parte, de recorrer lugares y lugares que he recorrido, muchos de los que ya los he visto modificarse con alegría y a veces con una profunda tristeza, nostalgia y dureza”.
Y aclaró que “los lugares valen en tanto y en cuanto han sido compartidos con gente, con otros, con amigos, con increíbles, con sueños, con todas esas cosas –continuó-. Mientras estos sigan ahí. Generalmente estos caminos, en la medida que desaparece la gente es la de los amores, pues entonces también se modifican los caminos”.
El artista planteó ante una pregunta de esta agencia que si bien es imposible simplificar toda su historia con los espectadores del país en un momento o en un lugar, el concierto en la Plaza de los Dos Congresos quizás haya sido el que más recuerda: “Probablemente en Argentina sucedieron cosas muy importantes desde mis primeros programas por televisión a estos últimos conciertos de despedida; y es una vida llena de situaciones, pero quizás la más espectacular fue el concierto que dimos en Plaza de los dos Congresos (en 1992) ante miles de personas, fue tan y tan lindo”.
“Pero mi vida ha sido afortunadamente muy satisfactoria personal y también artísticamente y no puedo destacar algunos momentos sin dejar al lado otros muchos”, sostuvo.
Una última melodía
Este sábado se presentará en el Autódromo de Rosario, el martes 8 en el estadio Mario Kempes de Córdoba y, entre el 19 y el 29 de noviembre, realizará cinco conciertos en el porteño Movistar Arena.
El vicio de cantar 1965-2022, título con el que el compositor y cantante denominó esta serie de conciertos, se inició a fines de abril en el Beacon Theatre de Nueva York y también pasará por escenarios de Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Costa Rica, España y Uruguay.
“La realidad de mis fantasías no encajaría bien en el futuro hipotético”, respondió consultado sobre por qué decidía retirarse de los escenarios en este momento, y a la vez afirmó que fue “el resultado de un tiempo y de una circunstancia”.
“Estas circunstancias son las que me hicieron tomar este camino”, manifestó y habló de la importancia de haber tenido referentes como Paco Ibáñez o la música italiana de los años 60.
Serrat también se refirió a su oficio como un trabajo muy intenso que demanda disciplina, sin embargo confió, que se considera más que un gran artista, una persona que vive la vida.
“De vez en cuando te entretienes, el arte es el que decide; las cosas por ese arte han de ser un constante; aquí es donde están quizá los mayores sacrificios –acotó-. Entonces lo bueno es que siempre ha mandado más el entusiasmo por lo que estaba escribiendo. Sacrificado por otra parte”.
En esa clave filosófica, expresó: “El esfuerzo era muy importante pero también pensé que, por encima de todo, ser feliz también lo era. Y divertirse también lo era, y por eso escogí la música en lugar de la universidad. No pensé que duraría hasta hoy”.
El compositor de Mediterráneo y La mujer que yo quiero y decenas de grandes canciones que impactaron en varias generaciones completó: “La vida es una sorpresa continua. Y luego te largas de la cárcel. Es igual en todas las circunstancias. Los amigos que frecuentas en la vida, la gente que te acompaña, la gente a la que uno acompaña está también llevando una vida humana que no está en manos de nadie. Uno tiene que aprender el camino del aprendizaje en la vida. También está el del riesgo”.