Bajan las temperaturas y la piel se reseca. Además, factores tan diversos como la edad, el paso del calor del hogar al frío de la calle, el estrés, la contaminación y la exposición al sol también afectan su elasticidad y su aspecto saludable, incrementando su sensibilidad. Por eso, los tratamientos de cuidado y renovación resultan especialmente oportunos en esta época del año.

Una de las cuestiones a tener en cuenta para cuidar la piel de manera constante es adquirir, todos los días, hábitos de limpieza e hidratación. “La rutina de cuidado diario es fundamental para mantener la piel sana y lista para los cambios de estación, cuando más expuestos estamos” advierte Lucas Ponti, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y director de Acneba.

Rutina de cuidado de la piel

Ponti explica cómo llevar esa rutina a cabo de una manera sencilla: “Todo empieza a la mañana, lavando la cara con una espuma de limpieza y una esponja humedecida en agua, se puede sumar el uso de agua micelar, que funciona como tónico y también hidrata".

"Luego -prosigue Ponti-, se recomienda aplicar un suero según el tipo de piel antes de hidratar. Por último, luego de la crema hidratante o humectante, finalizamos aplicando protector solar en todo el rostro: es el mejor antiage, ya que cerca del 80% del envejecimiento es causado por la radiación ultravioleta, por eso lo ideal es incorporarlo a nuestra rutina diaria, todo del año."

Por la noche, lo ideal es comenzar la rutina después del baño, ya que la piel atrapa el agua y la humedad, ayudando a reducir arrugas finas y realzando la luminosidad. “Limpiar la piel antes de acostarnos elimina impurezas, células muertas y previene que se tapen los poros. Con la piel limpia aplicamos la crema, que puede ser antiage, en todo el rostro excepto en el área de párpados. Para el contorno de ojos recomendamos una crema específica”, completa el profesional.

Peeling y ácidos

Entre los tratamientos recomendados por dermatólogos para esta época del año, el peeling rankea alto, ya que actúa exfoliando las células muertas de la piel y dejando al descubierto las nuevas. En invierno hay pocas oportunidades de que la piel se manche, ya que la exposición al sol es menor. Su objetivo es eliminar las capas superficiales, aportar claridad, unificar el tono, mejorar la textura, combatir manchas y dar luminosidad.

Ponti explica que cumple varias funciones y que se aconseja a la hora de atacar la ralentización de la renovación celular, propia de la edad, así como el acné, el fotoenvejecimiento, hiperpigmentaciones, cicatrices y marcas. También se recomienda a la hora de reducir líneas finas de expresión o de envejecimiento.

En el mismo sentido, la doctora Lilian Demarchi, dermatóloga integrante de la SAD, aclara que primero hay que realizar una consulta (que puede ser virtual) con el fin de que un profesional evalúe el tipo de piel y sus necesidades. "El peeling es siempre un buen comienzo como primer tratamiento, para después evaluar que se puede hacer. No es necesario presentar una patología para utilizar ácidos, o realizar peelings. La mayoría de las veces se realiza para mantener la belleza en pieles sanas".

​“La exfoliación que da el peeling mejora mucho la calidad de la piel. Desde casa podemos comenzar a prepararla incorporando rutinas de cuidado y sumando la combinación de ácidos a nuestra rutina diaria”, explica, y aclara que existen tanto peelings despigmentantes, como para tratar cicatrices de acné.

“Por ejemplo, en casos donde el objetivo es tratar piel fotoenvejecida recomendamos el criopeeling, una técnica que recurre al frío para rejuvenecer la piel del rostro. El dermatólogo rocía la piel con una pistola especial con nitrógeno líquido durante quince segundos, y como resultado se eliminan las capas superiores de la piel con el objetivo de estimular su renovación celular, atenuar las manchas, cicatrices, o líneas de expresión del rostro”, detalla.

Respecto a los ácidos, Christián Sánchez Saizar, dermatólogo miembro de la SAD, afirma que preparan la piel antes de realizar el peeling. “La elección del ácido va a depender de la edad del paciente, su tipo de piel y también de la problemática a tratar”, subraya. “El grupo de ácidos que se recomienda incorporar en esta época del año es amplio y una de las características es su potencia. Los más utilizados son el ácido mandélico, ácido glicólico, retinol y ácido retinoico. Cada uno de ellos tiene diferentes concentraciones”, agrega.

La crema antiage debe ser recomendada por un profesional: “Es muy importante a la hora de elegir una crema antiage que incorpore ácidos que sean indicados por un dermatólogo. No es lo mismo una persona con piel normal, piel grasa o el que tiene piel sensible o rosácea, que no va a tolerar un producto que contenga por ejemplo ácido retinoico”.

En este sentido, la recomendación es empezar con los ácidos más suaves y a medida que la piel los va tolerando, incorporar los más fuertes. “También se puede combinar o alternar potenciando así su efecto. Si toleramos el glicólico, podemos pasarnos a un retinoico y luego podemos usar en un paso siguiente, siempre que sea bien tolerados, uno a la noche y otro por la mañana, pero  respetando los pasos clásicos: limpiar, humectar, foto protección”, sostiene .

Tipos de piel

• Sensible: puede enrojecerse y arder luego de aplicar los productos.

• Normal: es tersa y no sensible.

• Seca: es áspera, se descama y produce escozor al usar productos.

• Grasa: brillosa, puede apreciarse su grasitud.

• Mixta: combina áreas de piel seca y grasa.

Tanto a la hora de preparar la piel para un tratamiento como para la elección de las cremas, es importante la consulta con un profesional que asesore.|