Hubo un momento en el que a la cineasta argentina Laura Citarella le costaba terminar el rodaje de Trenque Lauquen pero el interés del Festival de Venecia "destrabó" su conclusión: "Trabajamos muy fuerte pero al final llegamos", explica satisfecha a Efe tras el estreno de esta monumental historia de "aventuras" tras los pasos de una mujer que decide desaparecer.
"Lo que pasó con Venecia fue muy importante para nosotras porque a mí me costaba mucho terminar esta película. Creo que podría haber seguido filmándola diez años más porque es tan expansiva que admite que sigan entrando cosas", sostiene ya en el Lido veneciano.
Laura Citarella decidió dar continuidad a su primera película como directora, Ostende (2011), manteniendo a su protagonista (Laura Paredes) pero esta vez en otra ciudad de la provincia bonaerense, y así surgió hace cinco años la idea de rodar Trenque Lauquen.
La película, proyectada en la sección "Horizontes" de la Mostra, dedicada a las nuevas vanguardias, parte de la desaparición voluntaria de una mujer y de su búsqueda por parte de dos hombres que la aman y que desarrollan sus propias teorías sobre su fuga.
La marcha de esta chica, de Laura, se convierte en el epicentro de una concatenación de tramas entrelazadas -algunas paranormales- y que la realizadora dividió en dos entregas de unas cuatro horas.
"Siempre me tienta mucho decir que es una película de aventuras", asegura, aunque en la cinta también se juega con el concepto de la "versión" ¿Dónde está Laura? Todos aquellos que la buscan siguen las mismas pistas, pero cada uno mantiene una sospecha diferente.
Citarella, que ha contado con su familia entre el reparto, empezó a rodar este mosaico de misterios hace cinco años, pero se paralizó al quedarse embarazada (su hija de hecho aparece a lo largo del metraje en distintas edades).
La historia llegó a oídos de la delegada argentina de la Mostra, Violeta Bava, y esta se encargó de que sus responsables vieran la primera parte. Pero, tras hacerlo, le pidieron la segunda para valorar la posibilidad de acoger su estreno en esta 79ª edición.
La invitación de Venecia de alguna manera "destrabó" el proceso y después de "trabajar muy fuerte", pues solo habían rodado el 70 % de la segunda parte, consiguieron entregar una versión "de trabajo" y finalmente abrirse las puertas del certamen italiano.
"Al principio tenía mucho miedo porque la película se estaba fabricando y no tenía una noción real sobre los tiempos para llegar. Sabíamos que íbamos a llegar, porque el cine tiene una estructura muy ágil, pero a veces puede que no cómo quieres... aunque por suerte llegamos cómo queríamos", recordó.
Y después, ya con la tarea hecha, Citarella sintió que este era el festival en el que debía estrenarse Trenque Lauquen: primero porque parte de su trama transcurre en Italia y segundo porque ella misma tiene raíces en este país, como su apellido permite suponer.
Por otro lado, da la casualidad de que tres películas argentinas han entrado en las distintas secciones del festival: Santiago Mitre compite por el León de Oro con la aplaudida Argentina 1985, Citarella en Horizontes, la segunda sección, y Lucrecia Martel estrena fuera de concurso su corto Camarera de piso.
La realizadora lo valora "muchísimo" dada su admiración por Martel y la amistad que le une a Mitre, a quien considera "muy amigo" desde que estudiaran juntos en la Universidad.
"Seguir con esta dinámica o idea de familia en un punto está buenísimo, es como estar viviendo algo tan parecido con gente amiga, con la que te formaste, y que además admiro muchísimo. Me toca como algo muy personal", reconoce.
Y apostilla: "Hay como una especie de endogamia, muy familiar, y para nosotros muy usual, es casi como nuestra manera de trabajo. Estar todos aquí presentes fue ideal".
No obstante, la realizadora subraya que el cine de su país vive "un momento difícil en términos de producción", tal y como ella misma sabe cómo socia de la casa independiente El Pampero Cine, también, alega, por una "caída muy fuerte en términos de producción" del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Además cree que, durante la pandemia, el mundo "se polarizó tanto" que las películas medianas han ido decayendo y solo "sobrevivimos -dijo- los pequeños e independientes y los 'mainstream'".
"Hay una especie de vacío que se está produciendo en el mundo y en Argentina creo que está pasando veinte veces más porque es un país al que todo llega mucho menos que a Europa. Entonces hay una gran crisis de cómo se van a producir las películas", augura.
Citarella sin embargo asegura que, en cualquier caso, los artistas argentinos tienen experiencia sobrada en capear las estrecheces económicas: "Hay un conocimiento muy fuerte de cómo trabajar en época de crisis y cómo hacer para que las películas existan", zanja.