“The Crown”, el éxito que muestra la fascinación del mundo por los lideres – Negocios & Política
 

Ya disponible en Netflix |“The Crown”, el éxito que muestra la fascinación del mundo por los lideres

El multipremiado drama histórico que narra la historia de la recientemente fallecida reina Isabel II del Reino Unido desde su ascenso al trono en 1952, lanzó su quinta temporada. La cual tendrá diez capítulos y narrara la Gran Bretaña de los primeros 90, cuando el papel de la monarquía es más criticado que nunca y el Partido Laborista con Tony Blair a la cabeza llega al poder británico.
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El reconocido actor galés Jonathan Pryce, quien interpreta al príncipe Felipe en la nueva temporada del multipremiado drama histórico The Crown, que estará disponible en el catálogo de Netflix, aseguró que el éxito de la serie se debe a que las sociedades siempre han tenido “una fascinación con los líderes”.

“Ustedes lo tienen en la Argentina con Evita”, comparó, en una charla en la que también participó la inglesa Imelda Staunton, recordada por el gran público como la malvada Dolores Umbridge en la saga de Harry Potter y nada menos que la nueva responsable de encarnar a la reina Isabel en las últimas dos entregas de la propuesta creada por Peter Morgan.

En una agotadora jornada de entrevistas con la prensa de todo el mundo, algo se enciende en la cara de Pryce cuando sabe que llega el turno de un medio argentino, y de ahí la referencia a Eva Perón. La relación del actor con el país se remonta a mediados de la década de 1990, cuando rodó Evita de Alan Parker y le tocó encarnar a Juan Domingo Perón, y continuó hace poco con Los dos papas (2019) de Fernando Meirelles, con su elogiado rol de Jorge Bergoglio en su transición hacia Francisco.

La dupla es la tercera y última encargada de dar vida en pantalla a Isabel y Felipe en la ambiciosa serie de Netflix, que recorre desde la coronación de la monarca en 1952 y alcanzará, en la temporada final que se espera estrene el año próximo, no hasta completar los 70 años que la monarca pasó en el trono sino a los sucesos de inicios de los 2000.

La nueva entrega se instala en la Gran Bretaña de los primeros 90 cuando, pese a que se acerca el 40mo. aniversario del reinado de Isabel II, el papel de la monarquía es más criticado que nunca.

El mundo está cambiando: la Unión Soviética cayó, Hong Kong pasará a manos chinas, el Partido Laborista con Tony Blair a la cabeza llega al poder británico. Sin embargo, en muchos aspectos los Windsor tienen dificultades para seguir el ritmo de los nuevos tiempos.

Al cuestionamiento creciente de la ciudadanía sobre la utilidad de la realeza se le suma el frente interno. El príncipe Carlos (Dominic West) está ansioso por ganar protagonismo político, y además presiona a su madre para divorciarse de Diana (Elizabeth Debicki).

La pareja de ensueño que el público vitoreó años antes es para ese momento ya objeto del sensacionalista escrutinio cotidiano de los tabloides, y pone en jaque la imagen de la Familia Real. Y tampoco colaboran en ese sentido ni el libro sobre su vida para el que Diana contribuye con explosivas reflexiones, ni la entrevista que Carlos dará luego a la televisión.

Además, en el horizonte aparece Dodi Al Fayed (Khalid Abdalla), el hijo de un multimillonario árabe que luego formará pareja con Lady Di -y es quien la acompañaba en el auto cuando se produjo el fatídico choque por el que perdieron la vida en París en 1997-.

Completan el elenco de la nueva temporada Lesley Manville como la princesa Margarita, Olivia Williams como Camilla Parker-Bowles y Jonny Lee Miller como el primer ministro John Major, entre más personajes que darán forma a un relato que, sobre todo desde el fallecimiento en septiembre pasado de la reina Isabel II, soporta reclamos de sectores que piden que Netflix muestre mayor sensibilidad con los Windsor y aclare a los potenciales espectadores que las tramas de la serie son ficcionales.

“Las tramas son parte de nuestra historia. Entramos a ella como personajes en un relato. Es como cualquier audiovisual normal, no te ponés a pensar en esos eventos. Al menos yo no lo hago”, dijo Pryce a la prensa, en una elegante gambeta al tema, a horas de que desembarquen los 10 nuevos episodios de la serie.

Télam: Cuando aceptaron estos roles tanto Isabel II como el príncipe Felipe todavía estaban vivos. ¿Creen que con su fallecimiento los personajes adquieren una nueva significación?

Imelda Staunton: En realidad no, porque terminamos de rodar la temporada 5 hace seis meses, o sea que nada se alteró para nosotros. Quiero decir, recientemente estábamos filmando (la temporada 6) cuando murió la Reina, pero nada cambia dentro del trabajo que estamos haciendo, y tampoco podés poner nada encima de lo que ya estás haciendo por el hecho de que fallezcan.

De alguna manera sí lo cambia para el público, su percepción de esta historia puede ser diferente, pero no hay nada que nosotros podamos hacer sobre eso.

Jonathan Pryce: No hay necesidad de cambiar. Peter Morgan no ha cambiado los guiones de la sexta temporada para hacerlo más suave, más amable, o menos veraz, menos honesto, menos perspicaz. Como dice Imelda, su muerte va a influir en la manera en que lo verá la audiencia.

- ¿De qué manera manera influyó en su trabajo el hecho de que sus papeles hayan tenido a otros dos intérpretes en las temporadas pasadas?

JP: Por la naturaleza de esta serie vos sabés que va a haber dos intérpretes para encarnar a la Reina y al príncipe Felipe, y como las temporadas 5 y 6 son una suerte de serie independiente, lo que hacés es representar a la Familia Real a esta edad, en esa época. Elencos anteriores tuvieron sus propios problemas con los cuales lidiar. Y en cierta manera eso ayuda, porque nosotros dos hemos hecho mucho teatro, hemos hecho muchos roles clásicos y cuando tomás roles como el Rey Lear o Lady Macbeth (de Shakespeare) no pensás “oh, alguien más lo interpretó antes que yo, ¿cómo puedo hacerlo distinto?”. Hacés tu propia versión de esa verdad.

- Como ciudadanos británicos, ¿pueden explicar por qué el público siente tal fascinación por la Familia Real? ¿Por qué los medios de comunicación los siguen como a estrellas de la farándula o rockstars?

IS: Creo que es interesante, porque cuando la Reina y Felipe eran jóvenes, solían ir en giras por todo el mundo, y estaba la prensa y todo eso, pero no era tan molesta y entrometida como se volvió después. Y creo que probablemente eso comenzó con Diana; la prensa se obsesionó con ella y es como si se hubiera abierto una puerta hacia adentro y querían saber todo. Tener una vida privada cuando se es una figura pública es posible que sea extremadamente difícil, pero cuando se es una figura de la realeza se agrega otra dimensión. Y por supuesto lo que creó Peter Morgan es una vida privada que todos tratamos de fantasear cómo era, y él la está imaginando por nosotros.

JP: También es una cuestión de cierto grupo etario, para la gente de nuestra edad, que creció y pasó toda su vida con la Familia Real como una gran presencia; yo por ejemplo tenía 6 cuando la Reina fue coronada, y por lo tanto he sido consciente sobre ellos durante toda mi vida, conozco y he leído sobre sus historias. Pero creo que si hablás con mucha gente joven hoy en día seguramente tengan mucho menos interés en la Familia Real, y su interés se enfoca ahora en programas como The Crown, donde están descubriendo cosas sobre ellos.

Pero siempre ha habido una fascinación con los líderes. Ustedes lo tienen en la Argentina con Evita, esa fascinación y necesidad de una sociedad de adorar y admirar a alguien.


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