Spencer: una mirada diferente en la obsesión por la realeza – Negocios & Política
 

Lady Di en foco |Spencer: una mirada diferente en la obsesión por la realeza

Entre todas las producciones que se encuentran explorando dramaturgias en torno a los entretelones de la realeza británica, destaca la nominada al Oscar que protagoniza Kristen Stewart. La actriz encarna a la princesa Diana, famosa por su vida colmada de exposición ante la prensa y un final fatal que siempre quedó sujeto a muchas incógnitas.
Juan Báez Nudelman
Cine y Series
Juan Báez Nudelman
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Pablo Larraín es el director de este largometraje basado en hechos reales, pero que acentúa la mirada en una perspectiva actual de la historia. Diana Spencer, más conocida como Lady Di, fue una princesa muy querida por la gente que dejó una gran tristeza en la población británica luego de su prematura muerte.

Este film transcurre durante unos pocos días, más precisamente en las vacaciones de navidad de principios de los 90’, las últimas que Diana pasó con la familia real antes de tomar la decisión de divorciarse del príncipe Carlos. Las escenas recorren una tensión constante a través de los ojos de la protagonista, presionada por los deberes y tradiciones que marcan la vida de una futura reina.

Kristen Stewart aporta una excelente interpretación, que logra hasta un acento y tono de voz muy parecido que, según ella, fue producto de estudiar muchas horas de sus discursos y declaraciones en público. Un halo sombrío, como enfermizo, rodea la crisis identitaria que atraviesa Diana y quizá en ello está la justificación del título de la película. En el encierro que provoca la mirada severa y vigilante de los miembros y trabajadores de la realeza británica, la princesa busca amparo en sus hijos y todos los recuerdos de cuando todavía no estaba marcado su destino.

En ese recorrido de la memoria, atraviesa la imposibilidad de conectar con sus propias raíces, con la figura de la Reina Isabel como una matriarca dispuesta a anular cualquier acto suyo que considere señal de rebeldía. Spencer, su apellido de soltera, aparece como un rasgo de su historia que no podrá recuperar si continúa el camino en el que está comprometida. Aquí aparecen también las disputas ideológicas en la crianza de sus hijos, que son sus únicos vínculos genuinos entre tanta frialdad protocolar.

Larraín logra, como en otros proyectos de gran éxito como “No” y “Jackie”, desacralizar hechos indiscutidos y dar lugar a la ficción como una fuerza necesaria para repensar el río de la historia y sus cauces. Fiel a su estilo, no sólo trae de una época sus vestimentas y los detalles decorativos para cada cuadro, sino que se sumerge en su paleta de color, en los planos y técnicas propias del tiempo en el que sucede la película. En esa conjunción, la veracidad está compuesta a través de las formas, pero sin dejar de potenciar el mismo relato.

Cuando algo se ha contado tantas veces, interesa la forma en la que nos será presentada una nueva versión. Aquí es donde importan las licencias que se toma la ficción para poder abarcar una nueva perspectiva sobre algo que se conoce. Kristen Stewart hace honor a sus mejores apariciones en la pantalla grande, alejada de las versiones que le fueron criticadas en la trilogía de Twilight. Puede que, al igual que Robert Pattinson con su protagónico en The Batman, estén dejando a un lado la imagen de galanes adolescentes para convertirse en actores de culto.|

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    3/9

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