En 2002, la australiana Nicole Kidman dio vida en la pantalla a la escritora Virginia Wolf, en The Hours, basada en la novela homónima ganadora de un premio Pulitzer en 1999. Por esta interpretación ganó un Óscar al año siguiente, pero sumergirse en aquel papel impactó negativamente en su bienestar mental, según contó recientemente. A veces, meterse en ciertas pieles puede tener un coste para actrices y actores.
Kidman relató en una entrevista al programa This Cultural Life, de Radio 4, de la BBC, que no estaba en su propio cuerpo, mientras interpretaba a Woolf. “No sé si alguna vez pensé en el peligro. Creo que estaba muy metida en ella”, dijo. “Quiero decir, ponía piedras en mi bolsillo y me metía en el río. Una y otra vez”, relató en alusión a la escena del suicidio de Woolf. “Probablemente no considere el peligro lo suficiente”.
“Y creo que en ese momento estaba en un lugar remoto, deprimido, no en mi propio cuerpo”, continuó la oscarizada actriz. “Así que la idea de que Virginia viniera a través de mí, yo era más o menos un recipiente vacío para que pasase”. De acuerdo con ABC News, la televisión pública australiana, Kidman no entró en detalles sobre el porqué de su estado de ánimo entonces. “La depresión te golpea en diferentes momentos”.
En 2009, Kate Winslet recibió un Óscar por su interpretación de Hanna Schmidt, una guardiana en el campo de concentración nazi Auschwitz a la que juzgan por crímenes de guerra, en la cinta The Reader, de 2008, basada en la novela del mismo nombre. “Acabamos el 12 de julio y me fui como una víctima de un accidente de coche que de alguna manera no se había hecho daño por fuera, pero sentí que no podía hablar [sobre ello]”, contó a la edición estadounidense de Huffington Post en 2009.
“Fue realmente abrumador. Realmente me fui a algún lugar. Estaba en algo parecido a un trance. Y todavía estoy asimilando todo ello”, comentó. “Todavía estoy asimilando toda la experiencia de haber interpretado a Hannah. Realmente”.
Natalie Portman, Adrien Brody….
Para meterse en la piel de la bailarina Nina Sayers en Black Swan, Natalie Portman se preparó y entrenó durante un año, de acuerdo con diversos medios. La actriz dijo a la revista Total Film que adoraba al director Aron Aronofski y que trabajar con él había sido una experiencia profundamente gratificante. Sin embargo, relató que encadenó la cinta con su siguiente proyecto, Thor, y que tal vez debería haber dedicado tiempo a recuperarse entre uno y otro. “Probablemente debería haber ido a rehabilitación”, comentó.
“Fue la primera vez que entendí cómo un papel puede envolverte tanto que podría desmontarte”, dijo Portman a Entertainment Weekly en 2010. “Hubo algunas noches en las que pensé que literalmente iba a morir”. El esfuerzo tuvo su recompensa y Portman se hizo con un Óscar por su trabajo en la película.
Lakeith Stanfield dio vida al informante del FBI William O’Neil, que jugó un papel en la redada en la que la policía asesinó a Fred Hampton, presidente de una de las secciones del Black Panthers Party, en la película Judas and the Black Messiah. “Una cosa que Dominique Fishback [compañera de reparto] me mencionó es que tu cuerpo no siempre diferencia entre la experiencia y tu imaginación”, dijo Stanfield en una entrevista con Level, “así que a veces tu cuerpo piensa que todo por lo que estás pasando es real”.
Esa sensación le dejó huella: “No es de extrañar que me haya sentido tan estresado y tenga ataques de pánico”, comentó. Y aseguró, seguido de risas, según escribió el medio, que se había dado cuenta de que antes de volver a meterse en algo así sería bueno contar con un terapeuta.
“Me llevó más de medio año tras finalizar la película que las cosas volvieran a acomodarse”, dijo Adrien Brody a la BBC en 2003, sobre su trabajo en Le Pianist, dirigida por Roman Polanski, requerido por EEUU desde hace más de 40 años por violar a una menor. Para dar vida al pianista judío Wladyslaw Szpilman, superviviente del Holocausto, intentó emular algunas de las penurias por las que él tuvo que pasar y perdió peso.
“Hay un vacío que viene con pasar hambre que no había experimentado”, dijo. “No podía haber actuado así sin saberlo. He experimentado pérdida, tristeza en mi vida, pero no conocía la desesperación que acompaña al hambre”. Eso unido a otras de las decisiones que tomó para meterse en el personaje parecían pasarle factura. “Hubo momentos en los que me preocupaba no poder salir de aquello cuerdo, porque no me di cuenta de lo lejos que me había llevado”. |
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