Siempre se presentaba con una bata y sonrisa canchera. Feliz de ser la imagen de un risueño y atrevido hombre, Hugh Hefner, supo formar su imperio en torno a un tierno conejito: “El conejito en Estados Unidos tiene un significado sexual, yo lo elegí porque es un animal fresco, tímido, vivaz, saltarín y sexy. Primero te huele, luego se escapa, luego vuelve, y tienes ganas de acariciarlo, jugar con él. Una chica se parece a un conejito”.
Misógino y patriarcal, el logo fundado en los 50 en torno a un emporio de hombres que veían a la mujer como objeto sexual no solo era para una revista de hombres, sino que escondía los más duros secretos que fueron revelados en una serie de 10 episodios, producida por A&E. El documental no solo agita las aguas de la liberación sexual sino que muestra el infierno que vivían las mujeres en torno a Hugh.
De humillaciones a abusos por parte de su creador, la serie documental “Secrets of Playboy”, se basa en testimonios de los que eran allegados a Hefner y las mujeres que habitaron la mansión. Siempre se sostuvo cierta mística en torno a su creador pero las historias sobre la constelación Playboy, hicieron sacar a la luz las consecuencias que produjeron como suicidios y muerte por sobredosis, la impunidad de una élite y la explotación sexual.
Intentando separarse del apellido de su creador, la empresa emitió un comunicado en 2020 donde remarcaba que la organización se mostraba dirigida por un 80 % de mujeres estaban dedicadas a otorgarle una imagen positiva a la libre expresión y que formaban un “convocante de conversaciones seguras sobre sexo, inclusión y libertad”. Pero ciertos eventos como el suicidio de la asistente de Hefner, Bobbie Arnstein en 1975 y la muerte por sobredosis de Adrienne Pollack, quienes se encargaban de suministrar drogas dentro de la mansión, no podían quedar bajo el tapete.
“Vi claramente que no éramos nada para él. Era como un vampiro. Chupó la vida de todas esas jovencitas durante décadas”, dijo Pj Masten, señalkando que Hefner tenía videos sexuales de cada una de ellas como “garantía”. Sonda Theodore, novia de Hefner durante los cincuenta, contó como tomaba cocaína y quaaludes (un sedante hipnótico) para aguantar el ritmo de orgías diarias con hombres y mujeres que Hefner le imponía. Ella tenía 19 y el 50. Holly Madison, otra pareja de Hefner entre el 2001 y 2008 escribió en su libro Down the Rabbit Hole (2015) sobre la misma droga: “en los años 70 las llamaban 'abridores de piernas'.
Bajo la premisa de que los 70 era la época de revelación sexual para las mujeres, Hefner construyó un imperio de temor con un claro mensaje de apertura a su mansión: “es lo que quieras que sea". Sin embargo, fuera de la época del #MeToo, el capitán de PlayBoy no supo darse cuenta que dicha liberación era para que los hombres utilizaran a las mujeres sin restricciones en sus experiencias sexuales, donde ellas solo servían de aliciente.
Hefner murió en el 2017, a los 91 años, para ese tiempo ya había vendido su mansión y ya tenía asegurado el lugar para su tumba: al lado de Marilyn Monroe. Compró un nicho en el Westwood Memorial Park de Los Ángeles en 1992 para “pasar la eternidad junto a ella”. Es que la primera tapa de Playboy, en 1953, fue con la foto de Marilyn, inaugurando un procedimiento basado en el no consentimiento y el abuso del entonces tipo canchero y seductor. Monroe había hecho esas fotos cuatro años antes, estaba endeudada y cobró por la sesión 50 dólares. Pero engañándola, Hefner encontró las fotos, las compró y las publicó sin el consentimiento de la actriz, que además nunca recibió el pago por esa publicación.
Protegido por la justicia, salió impune de los cargos de explotación de menores tras publicar la foto de ella en sus dulces 16 años. Pero ella no la pasó mejor, Elizabeth Ann Roberts cumplió una sentencia de 15 días de prisión por desacato a la Corte y el magnate se escudó en “yo no sabía que ella tenía 16 años”
Dos mundos, uno afuera y uno adentro. De un lado los prejuicios moralistas y del otro una casa con salones de juegos en donde se podían ver a las llamadas conejitas desnudas nadando en piletas redondas y transparentes. Ese era el hogar de este nuevo hombre casado (Hefner se casaba siempre) que vivía rodeado de mujeres que aspiraban a convertirse en la tapa de la revista.
Tal vez la habilidad más formidable de Hefner se centró en la imagen y el ideal libertario que comercializaba, que, según sugieren, ocultaba acciones abusivas y manipuladoras hacia las mujeres que veían en Playboy un camino hacia la fama y el éxito. A pesar de esos beneficios percibidos, "Secrets of Playboy" deja claro que para muchos tuvieron un costo aleccionador.|
