La dupla protagónica que reúne a Novoa (como María Marta García Belsunce) con Marrale (en la piel de Carlos Carrascosa) dialogó con medios de prensa nacionales y latinoamericanos sobre la ficción que su directora, Daniela Goggi, presenta como “una historia dramática criminal inspirada en hechos reales”.
Goggi destaca que el tratamiento ficcional a partir de los guiones de Martín Méndez en colaboración con Germán Loza, “permite ordenar a través de todas las hipótesis un drama que transcurre a través de 17 años y en el que no hay ningún culpable y sí una tragedia familia y una tragedia judicial”.
En el mismo sentido, Marrale resalta el valor de la historia por fuera del entramado judicial y periodístico porque “de alguna manera la ficción esclarece la situación y en mi caso me instruyó en el seguimiento de la historia”.
Para Novoa, meterse en la piel de la víctima y ser parte de la miniserie “me ayudó a tener otra visión sobre el caso y no ser solamente una consumidora de lo que decía la televisión". "Es sacar el arbusto para poder ver el bosque y me enseñó a ampliar la visión como ciudadana al dar un poco de luz y hacerme más preguntas acerca de lo que ocurrió”, dijo.
La miniserie, una producción original de ficción de WarnerMedia Latin America en conjunto con Pol-ka, cuenta con un elenco que además incluye a Mike Amigorena, Carlos Belloso, Muriel Santa Ana, Guillermo Arengo, Nicolás Francella, Valeria Lois, Ana Celentano, Esteban Bigliardi y María Leal.
El caso policial conocido el 27 de octubre de 2002 tuvo como víctima a María Marta, entonces vicepresidenta de Missing Children Argentina, quien apareció muerta en la bañera de su casa de Carmel en lo que parecía un accidente doméstico. Sin embargo, más de un mes después se comprobó que tenía alojados en su cabeza cinco plomos de bala.
Una víctima de alta sociedad en un barrio cerrado, teorías conspirativas sobre la influencia de un cártel narco mexicano, familiares y vecinos sospechados, una investigación no exenta de errores y hasta una médium fueron algunos de los condimentos que transformaron un hecho criminal en un jugoso relato con tintes literarios.
Sobre esa situación, su todavía incierta resolución y un impacto latente, Haddock Films estrenó en noviembre pasado en Netflix el documental “Carmel: ¿Quién mató a María Marta?” que reunió como realizadores a la productora Vanessa Ragone y al documentalista Alejandro Hartmann.
En un alto del rodaje de "María Marta: El crimen del country", sus protagonistas cuentan qué expectativas les genera encarnar un contenido de alcance internacional pero tan ligado a un suceso tan local y fijado en el inconsciente social local. “Claramente la historia constituye un thriller de suspenso con un asesinato no resuelto y no siento que sea algo localista. Es más llamativo para nosotros porque está basado en hechos reales, pero una muerte sin resolución y su tratamiento mediático y judicial lo hace totalmente internacional”, resalta Novoa. E inmediatamente agrega que “poder producir en Argentina abre una posibilidad de trabajo para nosotros y para otros actores, técnicos, escritores y directores que es muy importante”.
Marrale aporta en esa veta que la miniserie “es un thriller que va creciendo y por tanto es algo posible de ver en cualquier lado porque refiere a los comportamientos humanos e interroga a la posición de cualquier persona acerca de la justicia y los miedos”.
Consultados acerca de los emblemáticos personajes reales que les toca encarnar en la trama, la actriz, de 52 años, confiesa: “Mi obsesión y mi manera de trabajar pasa por recabar mucha información, así que ví videos de ella, de reportajes con su hermano y hablé con personas allegadas a María Marta”.
Laura abunda que para asumir a la víctima de la historia “también me basé en el saber popular y en el olfato y reconozco su solidaridad. Ella era una persona especial, tuve que ser muy respetuosa para que ella venga a mí y así poder ir armando mi personaje casi mágicamente”.
El actor, de 74 años, repasa que para componer al esposo de García Belsunce, “traté de mirar la fantasía de alguien que quiere dejar de trabajar y disfrutar de la vida pero a partir de 2002 se queda inmovilizado emocionalmente. Carrascosa aparece casi como una persona de pocas palabras, muy proyectado hacia adentro y construido por los medios”.
“Siento –arriesga Jorge- que pude meterme en el espacio emocional de Carrascosa, con las cosas que tienen que ver con su pesar, con su incertidumbre y con su sorpresa. Qué pasa emocionalmente con la desaparición de un ser querido por un accidente para luego verificar que se trató de un asesinato y eso genera una mutación de lo que es su carácter”.|