Un intercambio vía Instagram o Telegram entre la expareja de Benjamín Vicuña y el delantero del Paris Saint Germain habría desatado la separación de Nara e Icardi. "Otra familia más que te cargaste por zorra", escribió Wanda, apuntando a la tercera en discordia. Si algo trajeron la era de las redes sociales y la tecnología es el fácil acceso a la comunicación de todo tipo. Pero, ¿una charla subida de tono impacta igual que tener sexo con una o un tercero?.
“Las charlas virtuales están en un límite muy delicado, es muy fácil pasar a que eso se concrete en un encuentro físico y sexual”, sostuvo Sebastián Girona, psicólogo especialista en vínculos. “Es un límite peligroso; nunca antes en la vida fue tan fácil cometer una infidelidad, por la tecnología, por el WhatsApp, por las redes sociales. Pero la tecnología es un arma de doble filo y nunca fue tan fácil que te descubran una infidelidad”, añadió.
“La fidelidad o infidelidad es una construcción de cada pareja; si una de las personas oculta sus acciones y no es sincera, entonces es considerado una infidelidad, porque viola un acuerdo. Si charlar, chatear de manera seductora o incluso para tener sexo virtual es algo que está permitido dentro del vínculo, puede ser parte de esa pareja”, explicó el psicólogo y sexólogo Mauricio Strugo, especialista en terapias de pareja y familias (en Instagram, mauriciostrugo).
Por lo tanto, eso que se vive como una traición tiene que ver con lo que cada pareja estableció de antemano o en el día a día de su relación. “El acuerdo es la piedra angular del vínculo. Cuando tenemos un marco de referencia podemos elegir si estar o no juntos. Ese consenso no implica que no revisemos cada tanto lo acordado y cada tanto nos sentemos a actualizar el software de la pareja”, amplió el especialista.
Para Girona, "cada uno tiene que pensar cuáles son los parámetros que se establecieron en el contrato de su pareja y, a partir de ahí, moverse dentro de los mismos". El médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin (en Instagram, @walterhugoghedin) coincidió: “La conducta infiel (en forma virtual o real) es una transgresión a un acuerdo de fidelidad: se hace algo que está fuera de este acuerdo entre las partes”.
En tanto, aclaró que “hay estudios que revelan que la infidelidad virtual provoca una reacción de angustia, decepción y enojo, como si hubiera sido real”. El psiquiatra mencionó también que “si bien la revelación de la infidelidad repercute emocionalmente, la tolerancia a este tipo de infidelidad virtual es cada vez mayor. Pero si una pareja decide superar esa instancia de conflicto debe acordar no convertir el hecho en un conflicto constante, ya que los reproches, la vigilancia y el control sobre las actividades del otro no sirven”.
Por otra parte, hay una cuestión que es imposible de ocultar, aún cuando las convenciones culturales lo intenten: desear es algo natural. “El deseo es algo instintivo y vital, tenemos que terminar con la idea sagrada de la pareja y entender que una cosa es desear y otra es producto del deseo ser impulsivos y tirar por la borda una pareja”, señaló Strugo.
¿Qué es exactamente eso que popularmente se conoce como “histeriquear”? “El histeriqueo es una conducta que busca la confirmación de habilidades de seducción, lo cual repercute directamente en la estima. Se seduce como refuerzo positivo a uno mismo”, explicó Ghedin. Esto que en redes sociales parece ser moneda corriente “para los hombres juega como una ganancia a la virilidad y en las mujeres aumenta la seguridad personal”.
En el caso que presuntamente involucra a Icardi y la China Suárez, ella le habría escrito: “Me gustaría encontrarte en un boliche de un lugar del mundo donde nadie te conozca”. Sobre este tipo de mensajes, el psiquiatra sostuvo que “el histeriqueo se queda en eso sin buscar más compromiso. Sin embargo, muchas veces el discurso propone acciones que simulan más participación e ilusionan al otro: encuentros, proyectos, viajes, que quedan luego en la nada”. Por el contrario, agregó, “la infidelidad lleva más allá; se busca llegar al contacto sexual más que seguir con el despliegue de habilidades histriónicas”.
Infieles argentinos
Según un sondeo realizado en Argentina y Uruguay entre más de 15 mil usuarios de Gleeden, plataforma de encuentros extraconyugales, el 55% de los argentinos considera que la monogamia es una imposición social, mientras que el 45% restante afirma que la monogamia es posible, siempre y cuando estén dadas las condiciones.
La encuesta reveló también que el 56% de los consultados es consciente de que su pareja nunca perdonaría una infidelidad. Pero al preguntarles por una situación inversa -los encuestados descubren una infidelidad de su pareja- el 66% afirmó que tampoco perdonarían, ya que consideran que una infidelidad es una traición.|