Tras los fuertes comentarios de los duques de Sussex contra la familia real, Meghan Markle ha intentado ganarse nuevamente a Kate Middleton para que ella pueda ayudarla a mejor su situación en Buckingham. Si bien la esposa del príncipe Harry ha intentado acercarse a la duquesa de Cambridge, ella ha dejado en claro que quiere mantenerse al margen de la disputa de los Sussex con la institución, señalan medios británicos.
Harry y su esposa, Meghan Markle renunciaron a su tratamiento de “Alteza Real” tras su dimisión a la familia real y posterior mudanza a los EEUU. No obstante, siguen utilizando sus títulos de duque y duquesa de Sussex para cerrar negocios y presentaciones públicas. Debido a los reiterados ataques públicos, la duquesa de Sussex tiene miedo de perder su título. Al parecer, Meghan se dio cuenta de que “subestimó” la influencia de Kate y quiere usar esto para volver a estar en buena relación con la institución.
“Se ha acercado en secreto a Kate, ya que sabe que la única esperanza que pueden tener de arreglar las cosas con la familia es poner a Kate de su lado”, señaló una fuente. Si bien se afirma que Kate no quiere involucrarse, quiere que se solucione la situación. La fuente agregó: “Kate prefiere mantenerse al margen de cualquier ‘conversación secreta’, ya que teme que cualquier cosa que diga pueda ser usada en su contra”.
“Sus únicas palabras de sabiduría para Meghan y Harry es que se detengan de una vez con los arrebatos públicos”, agregó la publicación, que agregó: “Pero ella quiere paz, especialmente viendo cuánto dolor causó esto a William, Carlos y a Su Majestad”. Según la prensa británica, la duquesa de Sussex sabe que Kate Middleton tiene mucha influencia tanto dentro como fuera de la monarquía y se ha acercado a ella para mejorar la situación con la familia real británica.
El mes pasado, Harry hizo una serie de afirmaciones impactantes sobre su familia en su programa de Apple TV “The Me You Can’t See”. Afirmó que cuando él y Meghan estaban luchando, la familia real les negó ayuda: “Pensé que mi familia me ayudaría, pero cada solicitud, advertencia, sea lo que sea, fue recibida con un silencio total, una negligencia total”.
“Pasamos cuatro años tratando de que funcionara. Hicimos todo lo que pudimos para permanecer allí y seguir haciendo el papel y haciendo el trabajo. Pero Meghan estaba luchando”, añadió el príncipe. En el podcast Armchair Expert con Dax Shepard, Harry dijo que quería “romper el ciclo” de “sufrimiento” con sus propios hijos, Archie, y la recién nacida Lilibet Diana. Y comparó su vida como miembro de la realeza con la película “The Truman Show”, protagonizada por Jim Carrey, como un hombre que vivió toda su vida es un programa de televisión.
Aunque Harry y Meghan se han alejado de la familia real, todavía se espera que el duque regrese al Reino Unido para develar una estatua de su madre. A pesar de las tensas relaciones con su hermano mayor, Harry participaría en el evento el 1 de julio. Harry y la ex actriz estadounidense se casaron en el castillo de Windsor en mayo de 2018 tras dos años de relación. Su hijo Archie nació un año después. A principios de 2020, los duques anunciaron que dejaban sus funciones reales y se mudaban a California.
Como parte del nuevo capítulo lejos de Buckingham, el matrimonio firmó un millonario contrato con Netflix en septiembre pasado. El primer proyecto anunciado para Archewell Productions será “Heart of Invictus”, una serie documental centrada en los Invictus Games, un evento deportivo internacional para veteranos de guerra, fundado por Harry.
Además, Harry consiguió trabajo como ejecutivo en BetterUp, una compañía de asesoría en salud mental con sede en San Francisco. Los duques también tienen un acuerdo con Spotify. El nieto de Isabel II dijo en la entrevista que concedió a Oprah en marzo junto a su mujer que su familia le había cortado la ayuda financiera tras su renuncia y que había tenido que utilizar los millones que le dejó Lady Di para poder empezar una nueva vida lejos de Londres.
Por su parte, Markle, de 39 años, no quiso revelar quién de “La Firma” había mostrado “preocupación” por el color de piel de su hijo por nacer para evitar hacer más daño a la institución, pero sus palabras impactaron en Buckingham. Ante las cámaras, Meghan también confesó que tuvo pensamientos suicidas durante su embarazo. La reina Isabel II se vio obligada a emitir un comunicado asegurando que el caso sería investigado, mientras que el príncipe William aseguró: “No somos una familia racista”.|