Emanuele di Savoia, , le hizo un gran regalo de 16 años a su nieta. En un decreto formal de 2019, el "Duque de Saboya, Príncipe de Nápoles y por la gracia de Dios heredero directo a la cabeza de la Casa Real de Saboya", modificó una ley medieval que durante siglos había restringido la sucesión en su línea real a los herederos varones.

Ascendió a "nuestra amada nieta" Vittoria Cristina Chiara Adelaide Maria en la cadena real, convirtiéndola en la primera mujer en 1.000 años en ser investida con la autoridad para liderar la familia y reclamar la extinta monarquía.

"Fue el mejor regalo que me pudo hacer", dijo Vittoria, que ahora tiene 17 años y es una floreciente influencer de Instagram, desde su casa de París. Mientras que el padre de Vittoria en Montecarlo (Mónaco) y su madre en París estaban tan encantados como sus abuelos en Gstaad (Suiza) por su ascenso a la cúspide de la supuesta familia real italiana, una rama rival de los Saboya no estaba contenta.

"Totalmente ilegítimo", dijo el príncipe Aimone di Savoia Aosta, primo y pretendiente rival, que trabaja como ejecutivo de la empresa de neumáticos Pirelli en Moscú. Así comenzó el último capítulo de una continua disputa dinástica entre los pretendientes al pretendido trono de Italia.

Hay sentimientos amargos, puñetazos, comités nobiliarios enfrentados, política de ducados y, desde el mes pasado, el ascendente status de Vittoria en las redes sociales. Lo que no hay es una corona real por la que luchar. Italia es una república, que abolió la monarquía hace 75 años por su desastroso apoyo a Mussolini, y los italianos tienen aproximadamente cero interés en una restauración real.

"Nunca digas nunca", dice el padre de Vittoria, Emanuele Filiberto, una personalidad de la televisión italiana que reclama el título de Príncipe de Venecia, que es también el nombre de su restaurante de Los Ángeles y de su antiguo food truck. "Hacemos muchos estrenos de películas. Hicimos 'Jumanji'", dijo.

Obviamente, dijo, la monarquía no iba a volver "mañana", pero él no tenía hijos y la familia necesitaba un jefe de la casa real para dirigir sus órdenes históricas. Además, "hay mucha gente que ve a la familia con posibilidades de volver". Pocos italianos quieren eso, incluso en Carignano, hogar ancestral de la rama de la familia de Vittorio Emanuele, de la que Vittoria se convirtió en princesa al cumplir 16 años.

"Nunca he oído hablar de ella", decían adolescentes, compradores de mediana edad y ancianos con bastón mientras caminaban cerca de la Piazza Savoia, que antaño albergaba un castillo y ahora es un estacionamiento. Parecía que sólo Paolo Castagno, el historiador local, sabía algo sobre Vittoria o la disputa familiar por su ascensión.

Mientras mostraba la tumba de uno de los antepasados más lejanos de Vittoria en una iglesia adornada con ángeles de estuco blanco, postuló un origen para la disputa actual. "El dinero", dijo Castagno, de 59 años. Sólo los herederos al trono, dijo, controlan las órdenes que distribuyen los títulos nobiliarios a cambio de lucrativos pagos a la familia.

Al cambiar la ley de sucesión, Vittorio Emanuele aseguró a su rama una futura fuente de ingresos y prestigio. Los Saboya, al igual que los nuevos ilustrados que no son de la casa, insisten en que tienen motivaciones de alto nivel para cambiar el orden de sucesión, como abrazar los valores de la Unión Europea e impulsar los derechos de las mujeres.

Emanuele Filiberto está creando una serie similar a "The Crown" sobre su abuela, la reina Marie-José. "Totalmente antifascista", dijo. "Una gran antifascista", se hizo eco Vittoria, que la calificó de modelo a seguir. Emanuele Filiberto señala que muchos de los monarcas que quedan en Europa son mujeres, empezando por la Reina Isabel en Gran Bretaña.

Sus casas reales tienen un historial mucho mejor de empoderamiento femenino que el Parlamento italiano, donde las mujeres están notoriamente subrepresentadas, dijo. "Las monarquías", dijo, "al menos damos el poder a las mujeres".

La esposa de Emanuele Filiberto, la actriz francesa Clotilde Courau, a la que conoció mientras practicaban esgrima en un acto organizado por su amigo el Príncipe Alberto de Mónaco, también consideró a su hija como una pionera de la igualdad de género.

"Es algo enorme en la historia", dijo Courau, que vive con Vittoria y su hermana pequeña en París.  Añadió que, aunque le gustaría que Vittoria tuviera más tiempo para prepararse, "ahora es, cómo se dice, la futura régnante", o gobernante.

Vittoria, cuando se le preguntó si creía que Italia estaba preparada para tenerla como reina, o cabeza de familia, dijo que había oído que "Italia no es realmente progresista". "Pero", añadió, "aprenderán". Ya está empezando a imponerse.

El mes pasado, su padre la ayudó a redactar el lenguaje y a afinar su entonación para una defensa directa ante la cámara de los derechos de los alumnos de colegios privados franceses en un discurso en Instagram dirigido al presidente de Francia, Emmanuel Macron.

El discurso, visto casi 300.000 veces, supuso el debut público de lo que su padre llama una "princesa del rock and roll". Como el bisabuelo de su bisabuelo, Vittorio Emanuele II, que unió Italia, Vittoria se siente mucho más cómoda en francés que en italiano.

Cuando se le preguntó si quería ser la reina de Italia, calificó el concepto de "abstracto" y dijo que sólo está tratando de averiguar qué quiere hacer en la vida. Pasa sus días estudiando para los exámenes finales, modelando remeras en Instagram, bailando con sus amigos y cotilleando sobre el príncipe Harry y Meghan en la escuela. Pero sobre todo, quiere diseñar su propia marca de moda.|