El plan forma parte de la visión del heredero al trono británico de tener una “monarquía reducida”. “Esto no sucederá pronto, particularmente mientras todavía tengamos a nuestra amable majestad la reina con nosotros”, aseguró el comentarista real Neil Sean.
El experto explicó que Isabel se opone fervientemente a la idea de que la residencia de Londres esté abierta al público durante todo el año como museo, porque desea que el palacio siga siendo “una especie de hogar familiar” para los Windsor. “Por ahora no parece que el príncipe Carlos se salga con la suya en el corto plazo”, añadió Sean.En la actualidad, el Palacio puede ser visitado por el público entre abril y septiembre. Durante esas fechas, los turistas pueden acceder a varias de sus salas y a los jardines reales.
Isabel II vive en Buckingham desde 1936, cuando su padre ascendió al trono británico. Fue en esa residencia donde la monarca residió junto a su esposo, el príncipe Felipe, y donde crió a sus cuatro hijos, Carlos, la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo. Buckingham es hogar oficial de la familia real desde 1837, cuando la reina Victoria se mudó a la residencia, y desde ese momento, todos los monarcas británicos viven allí.
El palacio está equipado con 775 habitaciones, incluidas 52 habitaciones reales y de invitados, 188 habitaciones para el personal, 92 oficinas y 78 baños. Además de ser el hogar de los Windsor, allí también funcionan las oficinas de los miembros de la realeza.
En la actualidad el Palacio está siendo sometido a tareas de mantenimiento y restauración. La última vez que el Palacio fue renovado fue durante la Segunda Guerra Mundial, por eso, en 2016 se aprobó un desembolso de 369 millones de libras esterlinas (más de 504 millones de dólares) por 10 años para modernizar la propiedad, mejorar la electricidad, plomería y la calefacción central. Además, se instalaron paneles solares en el techo del inmueble.
El listado de la puesta en valor, que fue publicado hace seis años, incluía la renovación de las calderas, de los 160 kilómetros de cables que atraviesan la propiedad y de los más de 30 kilómetros de tuberías de plomo y hierro fundido. Además, se reemplazarían los pisos mientras también se espera que se renueven los 78 baños. El proyecto de restauración terminará por completarse en 2027 y, mientras se llevan adelante estas tareas, Isabel II pasa la mayor parte de su tiempo en el Castillo de Windsor.|