La semana pasada, el país se convirtió en un estado de preocupación nacional tras el anuncio del Palacio de Buckingham que comunicaba que la Reina se había retirado 'a regañadientes' de una visita a Irlanda del Norte. La cancelación constituyó su primera nota de enfermedad en 15 años y se produjo justo después de que ella rechazara "cortésmente pero con firmeza" un premio Oldie of the Year, citando "eres tan mayor cómo te sientes".

Ya en su escritorio y después de haber pasado una noche en el hospital, el mensaje fue como siempre e incluso desde su entorno, enfatizaron su buen humor pero hay quien dice que a sus 95 años, la monarca "está hecha polvo": su agenda pública está repleta, y también su vida privada (ya que, según los informes, ``no quiere cenar sola'') después de la muerte de su compañero de 73 años, el príncipe Felipe. Según el informe médico, la monarca sufre de una combinación de su ajetreada vida social y de ver la televisión hasta altas horas de la noche.

Ahora, el Sunday Telegraph informa que la Reina estará acompañada por un familiar cercano en todos los compromisos para evitar decepcionar al público si necesita retirarse. La Reina también, por consejo de los médicos, renunció a su ginebra y Dubonnet a la hora del almuerzo, así como a su martini por la noche, según las fuentes.

Según una fuente, está resguardando su energía para la Cop26 en Glasgow el próximo mes, donde se espera que aún lidere la participación familiar en la cumbre climática. Luego, el próximo año, es su Jubileo de Platino; sin duda es un acto de malabarismo para hacer que este más descansada.|