El hijo de Isabel II ha logrado librarse de una mala pasada. Por medio de un acuerdo, extrajudicial con su supuesta víctima, Virginia Giuffre, el ex royal esquivó la cárcel: "Las partes presentarán un despido estipulado una vez que la Sra. Giuffre reciba el acuerdo. El príncipe Andrés tiene la intención de hacer una donación sustancial a la organización benéfica de la Sra. Giuffre en apoyo de los derechos de las víctimas, donde nunca tuvo la intención de difamar el carácter de la Sra. Giuffre, y acepta que ella ha sufrido tanto como víctima establecida de abuso como resultado de ataques públicos injustos", decía el comunicado.
"Se sabe que Jeffrey Epstein -continúa- traficó con innumerables niñas durante muchos años. El príncipe Andrés lamenta su asociación con Epstein y elogia la valentía de la Sra. Giuffre y otros sobrevivientes al defenderse a sí mismos y a los demás. Se compromete a demostrar su arrepentimiento por su asociación con Epstein apoyando la lucha contra los males del tráfico sexual y apoyando a sus víctimas".
Sin dar muchos más detalles de la donación que realizará, ni cuáles son los términos del acuerdo económico, por medio de dicho comunicado el Duque reconoció que Virginia Giuffre fue víctima de abusos sexuales cuando era menor, algo que ella lleva denunciando públicamente unos años, así como la trama de tráfico sexual de menores encabezada por Epstein, al que consideraba un amigo cercano y dejó una condena de 60 años de cárcel para Ghislaine Maxwell, mano derecha del magnate y su amiga personal.
Lo cierto es que el que el Duque se sentara en el banquillo, significaba un nuevo escándalo para la Casa Real británica, especialmente para su madre, Isabel II, que siempre le ha mostrado un férreo apoyo personal, aunque no tanto institucional, debido a las diferentes presiones recibidas, que hicieron que hace poco más de un mes le despojara de sus honores militares y de los patronazgos, que volvían a estar en poder de Buckingham y tendrán que ser redistribuidos entre los miembros en activo de los Windsor. Pero, por otro lado, para muchos el hecho de llegar a un acuerdo económico implica asumir la culpa.
Caso Jeffrey Epstein
Era julio de 2019 cuando estallaba el escándalo. Epstein era detenido y aparecía muerto en su celda unas horas después. Resucitaba entonces la amistad que el príncipe Andrés mantenía con él desde hace años y las acusaciones que en 2015 realizó contra él Virginia Giuffre, asegurando que la había violado cuando tenía solo 17 años.
Después de unos meses en el punto de mira, el duque de York decidía conceder a la BBC una entrevista para lavar su imagen, con el resultado contrario. Días después decidió -o fue obligado a ello- a renunciar a sus funciones institucionales para no manchar la imagen de la Casa Real. En ese momento, además, se comprometió a colaborar con la investigación, cosa que nunca sucedió.
Virginia Giuffre no ha cesado de lanzar acusaciones contra el príncipe Andrés, que él, por su parte, siempre ha negado de forma muy beligerante. Las cosas se torcieron cuando la supuesta víctima del duque de York presentó una demanda contra él por abuso sexual de menores. Demanda, por cierto, que los abogados del príncipe intentaron desestimar para que no siguiera adelante, pero sin el resultado esperado.
Lewis Kaplan, el juez que ha llevado todo el proceso, decidía seguir adelante con ella el pasado mes de enero, fijando la fecha para la primera vista el 10 de marzo, fecha en la que hubiéramos visto a Andrés sentado en el banquillo y declarando ante el juez. Finalmente, y gracias a este acuerdo extrajudicial al que el príncipe Andrés ha llegado con Virginia Giuffre, se librará de ir a juicio. Y con ello de poner en el expediente de Buckingham una mancha muy difícil de borrar.|