Elizabeth Holmes y Anna Delvey se han vuelto una obsesión con sus historias personales de estafas, por medio The Dropout e Inventing Anna, ficciones despiadadas del ascenso y la caída de estas mujeres. Pero surge ahora Ruja Ignatova, la 'criptoreina' nacida en Bulgaria: una graduada de Oxford que ganó miles de millones extorsionando a personas normales seducidas por su criptomoneda OneCoin.

Una historia de 'codicia y locura' quizás incluso más escandalosa que la redada multimillonaria de Theranos de Holmes. Basado en la investigación que respaldó su exitoso podcast de la BBC The Missing Cryptoqueen, el nuevo libro del periodista Jamie Bartlett del mismo nombre investiga la historia de OneCoin, la "estafa del siglo".

Ideada por Ruja Ignatova, una exitosa consultora de McKinsey, la criptomoneda prometía "cambiar el mundo". Al usar el impresionante título en derecho que afirmaba tener y la experiencia profesional certificada para sentar una base de confianza para sus miles de víctimas, Ignatova engañó a personas hambrientas de fortuna para que financiaran su estilo de vida multimillonario, sin recompensa. 

Desde su ático de lujo de 7000 pies cuadrados en Londres, Cryptoqueen disfrutó de gastar dinero en diseñadores e invertir en obras maestras artísticas sin tener en cuenta los gastos. Según Bartlett, tenía una pintura de Andy Warhol metida en el armario. Ignatova celebró su cumpleaños en el V&A con la actuación de Tom Jones, fue propietaria de un yate llamado The Davina y compró varias propiedades multimillonarias en Sofía, Bulgaria y Sozopol.

El dinero vino de su gran charla. Haciéndose pasar por 'Dr. Ruja', la cara glamurosa y de labios rojos de OneCoin, ronroneó en los micrófonos en eventos económicos en toda Europa, diciendo en salas de conferencias llenas a rebosar que 'todos en esta sala se volverán muy ricos'. El truco fue simple, invierta en OneCoin: un nuevo tipo de cadena de bloques, disponible en cantidades ilimitadas. De 2014 a 2017, Ignatova afirmó que la moneda podría generar 500 millones de libras esterlinas en 24 horas, y que aquellos que creyeran en ella también se deleitarían con el estilo de vida enjoyado de la realeza criptográfica.

El único problema fue que OneCoin nunca se legitimó. No estaba respaldado por blockchain: la tecnología necesaria para que exista una criptomoneda. El camino de Cryptoqueen hacia la riqueza (según se informa, OneCoin valía $ 4 mil millones en 2017) se calificó como un esquema 'Ponzi-cum-pyramid' cuando los inversores comenzaron a darse cuenta de lo que estaba sucediendo y surgieron denunciantes.

A diferencia de Holmes, que manipuló a los propietarios de negocios e inversores adinerados por miles de millones de dólares, Ignatova centró su mirada en explotar al individuo común con los ahorros de toda su vida. Un hombre admitió haber vendido dos cabras para financiar su compra. Según Telegraph, los inversores de OneCoin perdieron colectivamente entre tres y diez mil millones de euros entre 2014 y 2017, sin ninguna compensación.

Según la BBC, cuando se firmó el contrato de arrendamiento de su ático en Londres en agosto de 2016, los reguladores financieros de al menos un país europeo ya habían emitido una advertencia a la policía sobre OneCoin. Unos meses antes, la Dra. Ruja se había declarado culpable de fraude y otros cargos en un tribunal alemán, luego de llevar a la bancarrota una fábrica de metal que había comprado y dejar a 150 personas sin trabajo en 2011.

En 2017, justo cuando las fuerzas del orden comenzaban a darse cuenta de las fallas tecnológicas de la empresa, Ignatova debía asistir a un evento en Lisboa. En cambio, abordó un avión a Atenas y desapareció. En 2019, su hermano se declaró culpable de fraude y lavado de dinero en relación con el esquema.

Aquí es cuando la historia gira en torno al escritor Bartlett, un periodista de tecnología, que se deslizó a través de los oscuros vestigios de las redes sociales, intentando rastrear al infame estafador durante meses, sin éxito. En 2019, una prometedora fuente anónima llevó a Barlett 'muy cerca' de la Ignatova en Frankfurt, donde el rastro se enfrió una vez más.

A pesar de sus defectos obvios, Barlett siente admiración por Ignatova. "Ella es una persona increíblemente fascinante", dice. “Ella es increíblemente valiente de una manera extraña, y una extraña figura de obsesión para las personas que la siguen. Nuestra opinión sobre ella pasó de ser “una testaferro delgada como el papel” a ser “increíblemente inteligente y altamente capacitada” hasta donde estoy ahora, que es, como dice la propia Ruja en uno de los documentos del FBI, “una experta en tratar con el área gris de vida”, y encontrar vacíos en las reglas y leyes'.

Después de un comienzo deslumbrante y prometedor hasta su final inestable, la historia de The Missing Cryptoqueen deja al público frustrado y ansioso de justicia. Ignatova sigue desaparecida, presumiblemente disfrutando de la fortuna de sus estafas en una libertad incierta, mientras permanece en lo alto de la lista de personas buscadas de Interpol. Queda por ver si su pasado la alcanzará, como lo hicieron Holmes y Delvey.|