Desde 1952, Isabel II envía su mensaje de navidad continuando con la tradición que inició su abuelo el rey Jorge V hace casi 90 años. Transmitido por radio y televisión, realizó una reflexión acerca de la vida del país y de la corona, pero también llamó la atención los “olvidados” miembros de su familia.

Con una metáfora acerca del significado de las fiestas y cómo saber apreciar esta época con “el niño interior” que todos llevamos dentro, la reina señaló la ausencia de una risa familiar este 2021, refiriéndose a su marido, el príncipe Felipe, quien murió en abril.

Más adelante, elogió a Carlos, Camilla Parker Bowles, William y Kate Middleton por su activismo en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, omitió hablar acerca de Harry o Meghan Markle, así como del príncipe Andrés.

El convulsionado panorama que le ofrecieron a la Corona estos personajes durante el año, no fue un secreto. La explosiva entrevista que los duques de Sussex tuvieron con Oprah Winfrey en marzo, donde revelaron algunas de las razones por las que decidieron alejarse de la familia real, encendió las alarmas en Buckingham y obligaron a la reina a emitir una petición sin precedentes para tratar los problemas en privado como familia.

Sin embargo, la crisis no terminó allí. En estos momentos, se maneja cierto grado de ansiedad por las memorias del príncipe Harry que será publicadas en el próximo otoño boreal, con ocasión del Jubileo de Platino en el que se conmemorarán 70 años de reinado de su abuela.

Otro frente abierto que volvió a poner a la familia real en el ojo del huracán es la relación que el príncipe Andrés de York tuvo durante años con Jeffrey Epstein, el magnate financiero que se suicidó en la cárcel en 2019 mientras enfrentaba su juicio por tráfico sexual de menores y abuso.

En el segundo semestre de este año, Virginia Giuffre presentó una demanda civil en Nueva York -donde se lleva el caso de Epstein- en la que afirmó que, cuando tenía 17 años, la llevaron al Reino Unido para tener relaciones sexuales con el príncipe. Pese a que Andrés niega permanentemente este tipo de acusaciones, las alarmas de la monarquía volvieron a encenderse.

La muerte de Epstein no desvaneció el riesgo que vive actualmente el duque. A fines de noviembre, comenzó el juicio contra Ghislaine Maxwell, acusada de ser cómplice del empresario, y en donde Giuffre figura como testigo. Hace menos de un mes, se conoció nuevamente la furia de la reina cuando la Fiscalía de Nueva York presentó en el tribunal una foto de 1999 donde se los vio a Epstein y Maxwell en una cabaña en Balmoral que es propiedad de la corona, invitados por Andrés.|