La reina sabe cómo disfrutar de una buena broma y “siempre está dispuesta a echarse una carcajada”, tal y como contó su prima Lady Margaret Rhodes en una entrevista. Para quienes la conocen y perciben como una monarca estoica y de gesto adusto, esta información puede resultarles falsa.
“Isabel II a menudo da la impresión de ser solemne y severa, pero en realidad tiene un gran sentido del humor y su habilidad para imitar es célebre”, afirma el corresponsal de la realeza Richard Mineards. Según se dice, es capaz de imitar a cualquiera, desde Margaret Thatcher hasta Boris Yeltsin, pasando por cualquier lugareño de la campiña de Norfolk.
Según el libro The Wicked Wit of Queen Elizabeth II (“Las ocurrencias y travesuras de Isabel II”) de Karen Dolby, los más observadores son conscientes de que la reina suele fruncir el ceño siempre que trata de reprimir la risa o alguna otra emoción. “Se ríe con toda la cara y no puede quedarse en una mera sonrisa porque en realidad es una persona muy espontánea”, confesó el político Richard Crossman. “Cuando se siente profundamente conmovida y trata de controlarlo su aspecto es el de un nubarrón enfadado. Así que muy a menudo, cuando se siente conmovida por los aplausos de la multitud lo que parece es que está tremendamente malhumorada”.
“Podía escucharla carcajearse. Te coge de sorpresa esa risa tan franca. Pero en cuanto dobló la esquina y nos vio, se puso seria”, contó una colaboradora. Su abuela, la formidable reina María, le inculcó desde una edad muy temprana la habilidad para ponerse seria. “María de Teck, siempre muy estricta con el protocolo, insistió en que Lilibet y Margarita le hiciesen una reverencia cada vez que la veían. Reprimió rigurosamente sus emociones exhibiendo, como mucho, un ligero movimiento de labios para indicar que se estaba divirtiendo, e inculcó a Lilibet que sonreír en público resultaba inapropiado para una monarca”, narra en su libro.
Cumpliendo 70 años de reinado, quienes la conocen, aducen que la risa ha sido su secreto para sobrellevar diversas situaciones de Gran Bretaña. Pero eso solo no fue su secreto. El día de ayer, en la víspera de su Día de Adhesión, que marcó los años desde que se convirtió en reina tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI, la monarca reconoció el hito con un mensaje histórico: anunció su deseo de que la Duquesa de Cornualles sea nombrada reina consorte cuando el príncipe Carlos herede el trono.
El comunicado oficial
Enviado por Royal Communications en la noche del sábado 5 de febrero, el mensaje completo de la Reina dice: "Mañana, 6 de febrero, marca el 70 aniversario de mi acceso al trono en 1952. Es un día que, incluso después de 70 años, todavía recuerdo" tanto por la muerte de mi padre, el rey Jorge VI, como por el inicio de mi reinado. Al conmemorar este aniversario, me complace renovarles la promesa que hice en 1947 de que mi vida siempre estará dedicada a su servicio.
“Mientras miro hacia adelante con un sentido de esperanza y optimismo hacia el año de mi Jubileo de Platino, recuerdo cuánto podemos estar agradecidos. Estas últimas siete décadas han visto un extraordinario progreso social, tecnológico y cultural que nos ha beneficiado a todos; y confío en que el futuro nos ofrecerá oportunidades similares a nosotros y especialmente a las generaciones más jóvenes en el Reino Unido y en todo el Commonwealth. Soy afortunada de haber contado con el apoyo incondicional y amoroso de mi familia.
“Tuve la suerte de tener en el Príncipe Felipe a un compañero dispuesto a desempeñar el papel de consorte y hacer desinteresadamente los sacrificios que ello conlleva. Es un papel que vi desempeñar a mi propia madre durante el reinado de mi padre”.
“Este aniversario también me brinda un momento para reflexionar sobre la buena voluntad que me han mostrado personas de todas las nacionalidades, religiones y edades en este país y en todo el mundo durante estos años. Me gustaría expresar mi agradecimiento a todos ustedes por su apoyo. Sigo estando eternamente agradecido y honrado por la lealtad y el afecto que continúan brindándome. Y cuando, en la plenitud de los tiempos, mi hijo Carlos se convierta en rey, sé que le darás a él ya su esposa Camila el mismo apoyo que me has dado a mí; y es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como reina consorte mientras continúa con su leal servicio”.
“Y así, mientras espero seguir sirviéndoles con todo mi corazón, espero que este Jubileo reúna a familias y amigos, vecinos y comunidades, después de algunos momentos difíciles para muchos de nosotros, para disfrutar de las celebraciones y para reflexionar sobre los desarrollos positivos en nuestra vida cotidiana que han coincidido tan felizmente con mi reinado.”|
