Hoy se cumple un año de la muerte de Diego Armando Maradona. Entre los escándalos, las fortunas que dejó y los diversos homenajes en las plataformas, surgió un dato no menor de que el astro futbolero fue enterrado “sin corazón”.

Difícil era creer que el órgano que latió para todo el mundo no estuviera dentro del ícono popular, pero sin embargo, trascendió que dicha práctica es común en los cuerpos en los que se realizan autopsias para determinan las causas del deceso. Junto a su corazón, el hígado y los riñones de Diego quedaron a resguardados para ser estudiados.

En las últimas horas, hinchas de Gimnasia habrían armado una especie de operativo comando para robar el órgano, al mejor estilo de como los militares robaron el cuerpo de Eva Duarte de Perón para evitar la devoción de sus cabecitas negras. Con el mismo precepto, los fans del ex capitán de la Selección Argentina habrían manifestado que ellos eran los “únicos” dignos de poseerlo y guardarlo como trofeo, pero no llegaron a buen puerto.  

“Cuando llegué a la morgue, estaba en el puente bajo nivel de la calle Avellaneda y allí estaba la barra de Tigre. En el estacionamiento del Hospital de San Fernando estaba la barra de Gimnasia”, contó un testigo de los hechos.

 “Nos preguntaron si queríamos que nos fueran a buscar a la autopista, porque tenían información de que la barra de Gimnasia quería, a sabiendas de que iba a estar el corazón de Maradona, hacer algo”, explicó una autoridad que circulaba en el vehículo donde se trasladaban los órganos de Maradona con destino al Departamento de Medicina Legal provincial.

¿Pero dónde está el corazón? Tras los augurios de supuestos robos, se lo protegió. Es así que revelaron que se encuentra en La Plata en el Departamento de Anatomía Patológica que pertenece a la Policía Bonaerense, a solo metros del Juan Carmelo Zerillo, el último estadio que pisó Diego Armando Maradona como entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata.

La Justicia ya determinó que esos órganos permanecerán en La Plata para su estudio y conservación, a resguardo en formol por los próximos 10 años. Una semana después de la muerte de Maradona, el 2 de diciembre de 2020, los órganos habían sido trasladados a la dependencia de la Superintendencia Científica de la Policía Bonaerense para que les realizaran estudios complementarios en la búsqueda de anomalías que aportaran datos sobre la muerte.

Gracias a investigaciones, aseguraron que el corazón del Diez, "pesaba medio kilo, era muy grande. Habitualmente pesa 300 gramos. A pesar que él tenía corazón de deportista, que es un corazón grande, él lo tenía grande por otra cosa".|