Camaño, quien en un principio se desempeñó como cocinera, se ganó rápidamente la confianza del Diez y así fue que se convirtió en su asistente personal mientras vivió en su mansión en Dubai durante siete años.
En una extensa entrevista, sorprendió con su revelador testimonio al confirmar que le propusieron ser novia de Maradona a cambio de mucho dinero, autos y una casa: "Sí, había cosas. Era bastante generoso. Era lo que cualquier persona querría tener".
"Es cierto. Me lo propusieron en un momento en el que no estaba Rocío. Diego no sabía estar solo. Quien me lo ofreció, me pedía que lo contenga, que esté acompañado o que haya alguien al lado de él para que se mantenga contento, de buen ánimo...", afirmó Gabriela.
Y luego, ante la consulta del periodista, Ángel de Brito, quien quiso saber cuál había sido el ofrecimiento para ser la pareja del ídolo popular, reveló: "Me ofrecieron plata, casa y auto. 'Todo lo que quieras, vos decilo y lo tenés', me dijeron. Fue de alguien de mucha confianza quien lo propuso, pero dije 'no, gracias'. Varias veces me lo ofrecieron".
Por otra parte, detalló cómo era el día a día de Maradona en Dubai y marcó diferencias con el trato que tuvo el astro en el último tiempo de su vida: "Es una diferencia abismal cómo vivía en Dubai y como vivía acá (en la Argentina). Allá vivía como un rey. Estaba muy bien cuidado por todos. Tenía todo lo que quería. Su casa preciosa, todo impecable. Allá era feliz".
Y contó cómo estaba rodeado el exfutbolista: "Cuando yo llegué a su casa, él vivía con Rocío, quien era su pareja en ese momento. Su abogado visitaba siempre la casa, tenía su guardaespaldas también. Allá conocí a todos sus hijos: Jana, Diego Jr., Dalma y Gianinna. Lo visitaban a Diego y cuando él estaba solo estaba todo bien".
Después de aclarar que Maradona era una persona con Rocío Oliva y otra diferente cuando ella no estaba, precisó: "Ahí él era él mismo. Compartían salidas, noches de karaoke. Es la vida que debió haber tenido siempre. Cuando Diego estaba solo, él podía llamar a quien realmente quisiera".
"Él me pedía que le marcara el teléfono y salía número no existente o no se podía comunicar. Si el número no es correcto no podía hablar...", aseguró, dando a entender que alguien modificaba sus contactos. "Claro, le cambiaban los números... ¿Era Rocío?", insistió el conductor. Después de una risa nerviosa, Gabriela aseguró: "No era una sola persona".
Y luego relató una anécdota del Diez para explicar su nulo conocimiento de la tecnología: "Un día le pide a alguien en la casa: 'quiero escuchar el CD de Los Palmeras' y le digo yo te lo grabo y te lo traigo. Pero le aviso: 'Mirá Diego que tenés todos los temas que querés escuchar en YouTube y me dice: '¿Qué es eso?'. Tenía un cine en su habitación y no sabía ni prender la tele...".
"¿Le llevaban sustancias o las pedía?", fue otra de las incisivas preguntas del conductor de LAM. "A Diego le gustaba tomar alcohol, pero te puedo decir que por él mismo muy pocas veces pedía algo para tomar. Sí había ocasiones en reuniones sociales que hacíamos cuando estábamos en casa, pero una cosa lleva a la otra...", confió Gabriela.
Y agregó: "Diego era una persona difícil, pero muy inteligente. Había muchas cosas que ocurrían a su alrededor y no las sabía con certeza, pero las percibía. Tenía una alta percepción de cada uno. Sabía muchas cosas, pero como todo adulto en cierto momento cedés a muchas cosas y más si te gusta, entonces era fácil llevarlo a Diego. A pesar de que era difícil, era una persona que podías manejar si llegabas a conocerlo".
De todas maneras, aclaró: "Jamás lo vi drogarse, pongo las manos en el fuego. El alcohol sí. No era una persona que tomaba a diario, generalmente lo hacía en reuniones sociales". Y especificó: "Diego tenía el problema de que no podía dormir, entonces hay veces que estaba tres días mal...".
Sobre la relación que mantenía Diego con Oliva, recalcó: "Nunca fue pacífica. Todos saben que no fue una relación tranquila. Muchas veces fui testigo de muchas cosas. Sí la quiso, creo que le daba toda esa chispa que a él le faltaba. Él necesitaba cariño, necesitaba amor. Ella estaba ahí. Él lo que quería era alguien para abastecer el amor que le faltaba, que tal vez no era exactamente el de una pareja".
En un tramo de la entrevista, Gabriela cambió el tono de su voz y se quebró al recordar un momento de mucha intimidad que vivió junto a Diego Maradona.
"A gritos pedía amor Diego. Tenía una vida triste él. El tiempo que estuvo solo sin su pareja, me piden a mí que me quede en su casa. Yo vivía aparte, estaba todo el día y cuando él fumaba su último habano y se iba a acostar, recién ahí me iba. En un momento, cuando estuvimos solos, que fue un período de seis o siete meses, tuvimos más oportunidades de conversar como dos padres, porque yo también soy mamá. Y él tenía muchas necesidades de hablar...", comenzó diciendo.
Entonces, comenzó a llorar al recordar una situación que vivió junto al astro: "Una noche, nunca lo voy a olvidar, lo acuesto. Le doy el remedio, el pijama y cuando él va a dormir me dice: '¿me subís un café?'. Y cuando subo, él estaba de rodillas al lado de su cama y estaba rezando. Y esa es una imagen que yo la tengo de mis niños cuando eran pequeños. Y cuando lo vi de rodillas no pude soportarlo. Entonces, abro la puerta y él me dice: 'Gabriela, yo quiero ser feliz'".|