La insólita teoría conspiracionista de la periodista Viviana Canosa sobre los hisopados para detectar el covid-19 desató un escándalo.
Tanto, que desde medios internacionales subrayaban: “Crece la polémica en país latinoamericano por la falta de sanciones a quienes desinforman y promueven la anticiencia. La periodista argentina Viviana Canosa desató un nuevo escándalo al promover una teoría conspiracionista que asegura que los hisopados son manipulados por los gobiernos para convencer a los ciudadanos de que están enfermos y deben permanecer en sus casas".
"Ayer me contaban Médicos por la Verdad en España que hay una denuncia gravísima porque en determinados lugares los hisopados tienen unos metales, unas cosas extrañas, no sé cómo explicarlo fácil, te ponen eso y te va a dar positivo porque en realidad no sos vos, es lo que le ponen al hisopado para meterte en tu casa", afirmó la comunicadora en su programa de televisión.
Tras las repercusiones de sus dichos en TV, surgió una oleada de reclamos en redes sociales, de usuarios que explicaron que dichos de este tipo no implican el derecho a la libertad de expresión, sino que atentan contra la salud pública y, por lo tanto, ameritan una denuncia judicial o la actuación de oficio por parte de las autoridades.
Inclusive, Médicos por la Verdad, la organización en la que respaldó su desconfianza sobre los hisopados, es una organización conspiracionista que se ha dedicado a promover la desinformación durante la pandemia.
La indignación se debe, además, a que Argentina atraviesa el peor momento de la pandemia, ya que, a pesar de que ya fue vacunado el 9 % de la población objetivo, registra más de 20.000 contagios diarios, cifras que superan las que hubo durante el año pasado.
Por esa razón, el presidente Alberto Fernández anunció el miércoles una nueva serie de restricciones que incluyen limitaciones a la circulación, a las actividades nocturnas y al uso del transporte público, veda de eventos públicos masivos y de reuniones sociales en casas, entre otras, que estarán vigentes durante tres semanas con la intención de evitar el colapso del sistema sanitario.
En los últimos años, la periodista se ha especializado en provocar controversias, ya que en medio del debate por el aborto en Argentina llegó a realizar ultrasonidos a embarazadas para mostrar al feto en pantalla gigante en una marcha contra la legalización. El año pasado, el escándalo fue mayúsculo cuando tomó dióxido de cloro en vivo. Y de manera cotidiana suele denunciar intentos de censura y ataques en su contra.|