Los diversos colectivos feministas más las denuncias de acoso englobadas por el movimiento MeToo, ocasionó que las históricas películas de Disney estuvieran en el epicentro de la polémica por su “conciencia patriarcal”.
El foco ahora se puso en Blancanieves, cuyo paseo en el parque temático " Disneyland", en California, fue totalmente renovado para la reapertura que se produjo el pasado fin de semana, tras permanecer cerrado por la pandemia del coronavirus (Covid-19).
Antes la atracción terminaba con la muerte de la Reina, pero ahora finaliza con la clásica escena el beso del príncipe que le devuelve la vida a Blancanieves después de la mortal mordida a la manzana envenenada. Justamente ese momento del film despertó las críticas.
"Blancanieves está dormida y, por lo tanto, el beso no fue consensuado", fue la acusación de dos periodistas de SFGate, Julie Tremaine y Katie Dowd, que revisaron una de las atracciones más antiguas del parque que inauguró el fundador de la compañía, Walt Disney, en 1955.
"No puede ser un beso de amor verdadero si solo una persona, en este caso el príncipe, sabe lo que está pasando", analizaron en la edición digital del San Francisco Chronicle y agregaron: "¿No estamos ya de acuerdo en que el tema del consenso en los primeros filmes de Disney es un aspecto problemático? ¿Y que enseñar a los niños que besar a una persona, si ambos no están de acuerdo, no está bien?".
“Es difícil entender por qué Disneyland de 2021 elegiría agregar una escena con ideas tan anticuadas de lo que un hombre puede hacer con una mujer, especialmente dado el énfasis actual de la compañía en eliminar escenas problemáticas”, concluyeron las redactoras y desataron una ola detractores y halagos.
Esta no es la primera vez que la empresa recibe críticas por sus históricas producciones. Incluso ya tomó algunas medidas para remediarlo. El año pasado, la plataforma de streaming Disney + actualizó las advertencias para filmes animados como Dumbo, Peter Pan y Los Aristogatos. El objetivo es "sensibilizar a jóvenes y adultos por el potencial contenido racista que pasó desapercibido en Estados Unidos durante 45 años".
"Los Aristogatos llevan la advertencia porque muestran a un gato con cara amarilla tocando el piano con palos para comer", aseguró un medio local el año pasado. En el caso del dibujo del popular elefante, "no estaba recomendada para niños menores de siete años por una escena donde los cuervos rinden homenaje a los espectáculos racistas de los 'juglares' donde los artistas de cara blanca pintada de negro ridiculizaban a los esclavos africanos en las plantaciones del sur", indicaron.
Una columna del New York Times de marzo de este año, firmada por el periodista Charles M. Blow, quien suele utilizar el espacio para denunciar actos de racismo, discriminación y sexismo apuntó contra Warner Bros. Señaló que Pepe Le Pew, el popular personaje de la saga de Looney Tunes, Merrie Melodies, quien desde mediados del siglo XX se caracteriza por perpetuar el estereotipo de los “galanes franceses seductores”. La serie cuenta la historia de un zorrino en constante búsqueda del amor, pero que suele provocar el efecto contrario debido a su fuerte olor y su forma de atosigar a su “presa”.
Según el periodista, la caricatura normaliza la cultura de la violación y el acoso al asediar invasivamente a la gatita Penélope Pussycat: "Agarra y besa a una chica extraña, repetidamente, sin consentimiento y en contra de su voluntad; ella lucha poderosamente para alejarse de él, pero él no la libera y cierra una puerta para evitar que ella pueda escapar".
Y anteriormente, el periodista había críticado a Speedy Gonzales porque "ayudó a popularizar el estereotipo corrosivo de los mexicanos borrachos y letárgicos; y Mammy Two Shoes , una criada negra y corpulenta que hablaba con fuerte acento”. "El racismo debe de ser exorcizado de la cultura, incluida, o tal vez especialmente, de la cultura infantil”, sostuvo Blow en su columna.|