Aseguran que el “Síndrome Fortunata” es el que caracteriza a la China Suárez: ¿Qué es? – Negocios & Política
 

Por expertos |Aseguran que el “Síndrome Fortunata” es el que caracteriza a la China Suárez: ¿Qué es?

Tras el escándalo amoroso protagonizado con el futbolista del PSG, Mauro Icardi, especialistas en psicología, analizaron las características de la actriz bajo la lupa y determinaron el síndrome que la actriz podría estar viviendo.  Te contamos las conclusiones
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Luego de la separación entre el futbolista Mauro Icardi y la empresaria Wanda Nara, muchos seguidores se preguntaron a qué se debe que la actriz China Suárez decidiera meterse nuevamente con un hombre casado. Y la psicología apunta al Síndrome Fortunata.

Seguramente hayan conocido (o experimentado en sus propias carnes) a alguien cuyo deseo se encamina a poseer aquello que de primeras no le pertenece o se presenta inalcanzable. Haciendo un escrutinio aleatorio a nuestro alrededor, ¿cuántas veces no hemos deseado el trabajo, una habilidad, el físico o algún que otro bien material de nuestros allegados?

En el argot callejero incluso se ha patentado con la amable expresión de envidia sana para referirse a tal dinámica. Pero, ¿y si ese fenómeno se inserta en lo prohibido y comienza la búsqueda por conseguirlo? Y si el deseo se dirige, en concreto y por ir afinando el enigma, hacia la entrega de una pareja que… ¡Eureka! ¡Sorpresa! ¡Casualidad! ¿Ya tiene pareja?

Este comportamiento tiene una explicación desde la psicología. La 'China' tendría el Síndrome de Fortunata, conocido popularmente como la “atracción por el hombre prohibido”. Ya que, si vemos sus antecedentes, se dice "popularmente" que la actriz le "robó" Nicolás Cabré a Eugenia Tobal y a Benjamín Vicuña de Pampita, y todos los romances se desencadenaron por supuestos "affaires".

Además, la panelista Yanina Latorre aseguró que la intérprete habría tenido otros amoríos con Gonzalo Heredia, quien está en pareja con Brenda Gandini; el futbolista Rodrigo De Paul, quien también está casado; y otras figuras.

¿Qué es el Síndrome Fortunata?

Se trata de una patología o un cuadro psicopatológico que se caracteriza por el establecimiento de relaciones de dependencia hacia personas casadas, a menudo estableciéndose en el papel de amante. En la mayoría de los casos, presenta síntomas como la ansiedad, baja autoestima, trastorno de la personalidad, entre otros.

No se considera trastorno psiquiátrico o una patología, aunque presente características que pueden resultar disfuncionales y generadores de gran sufrimiento a lo largo del tiempo. En tanto, también pueden llegar a darse aspectos obsesivos, que impliquen una relación tóxica entre ambas partes.

La dependencia es absoluta, pudiendo hacer cualquier cosa por el otro y siendo capaces de perdonar, justificar o pasar por alto cualquier acción o mentira de la otra persona. Únicamente sienten atracción por esa persona y así se dejan de lado otras posibles relaciones. Incluso pueden llegar a dejarlo todo.

Otro elemento más controvertido pero no por ello desechable: aquello que nos hace bien nos satisface a parte iguales respecto de aquello que nos hace mal. ¿Quién no ha disfrutado moviendo la lengua por esa herida abierta que nos salió en la boca? Nos duele, sí, pero también encontramos cierto goce en ello. Hay algo de lo masoquista que se mueve en las relaciones imposibles, donde la intensidad del amor se mide por la intensidad del sufrimiento por la persona amada que comparte su lecho con otro/a compañero/a.

Y qué decir de la prolongación en el tiempo de ese amor, ¿cómo dura tanto a pesar de los inconvenientes? ¿O deberíamos decir…alicientes? Quizás precisamente la no-disponibilidad del objeto de amor que otro hombre/mujer posee es la clave para convertirlo en "deseable" y el propio hecho de tenerlo haría perder parte de su atractivo.

Y para terminar, el monstruo de la rivalidad que la mujer o el marido "de" mantiene despierto y que culmina la triangulación como las guindas al pastel: primero, reforzando el interés por la persona amada porque nuestro objeto de deseo es también el de otro, y segundo, avivando la necesidad inherente a todo ser humano de sentirnos ganadores, incluso por encima del valor del premio a conseguir: lo importante aquí: ganar la partida aunque nos juguemos caramelos de limón.|

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