La actividad industrial logró crecer el año pasado apenas un 4,3 %, muy por debajo de la recuperación lograda en 2021, y enfrenta pronósticos de mayor enfriamiento para este año, en un contexto macroeconómico complejo en el país suramericano.
La actividad fabril se desaceleró el año pasado en forma notable respecto a los niveles de crecimiento del 15,8 % que se habían logrado en 2021, pero con un deterioro que, además, se ha acentuado en la recta final de 2022, alimentando la incertidumbre de empresarios industriales y de consultores privados respecto al panorama para los próximos meses.
Según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos, la actividad industrial registró en diciembre pasado una contracción del 1,2 % respecto a noviembre último y una caída del 2,7 % en términos interanuales, confirmando la tendencia firme a la desaceleración que se registra desde septiembre pasado.
Respecto al desempeño acumulado en 2022, las 16 ramas manufactureras incluidas en el informe oficial lograron mejoras, pero en algunos casos fueron marginales, bordeando el estancamiento.
La industria automotriz fue la que logró el mayor crecimiento anual, con un alza del 12,5 %, seguida por la producción de prendas de vestir, cuero y calzado (12 %), maquinaria y equipo (11,4 %), refino de petróleo (5,5 %) y materiales para la construcción (4,7 %).
El resto de las ramas industriales quedaron por debajo del crecimiento promedio logrado por la industria argentina en 2022.
El sector manufacturero operó el año pasado en un contexto de desaceleración económica (el PIB habría crecido el año pasado entre un 5 y un 6 %, desde 10,4 % en 2021) y de fuerte escalada de la inflación (94,8 % en 2022 versus 50,9 % en 2021).
Los sectores productivos han afrontado además un escenario de tensiones financieras, mayores restricciones cambiarias y dificultades para importar insumos y bienes de capital.
Horizonte incierto
Para la consultora Orlando Ferreres & Asociados, las perspectivas para la industria en 2023 son "muy modestas".
"La falta de divisas impactará en los sectores manufactureros que dependen de importaciones de bienes de capital, bienes intermedios o insumos para su actividad, y la falta de recuperación de los ingresos de las familias en un escenario de alta inflación impedirá que el consumo contribuya a motorizar el avance del sector", advirtió la firma en un reciente informe.
Según la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, la industria argentina "se encontraría transitando una nueva fase de contracción y las perspectivas hacia los próximos meses y no arrojan señales de una rápida recuperación".
Los análisis de los economistas van en línea con el panorama que describen los empresarios agrupados en la Unión Industria Argentina (UIA), la mayor patronal del país, que en su último informe dio cuenta de que para los próximos meses la industria enfrenta una serie de desafíos, en particular, la escasez de algunos insumos para la producción, "situación que se viene registrando desde hace varios meses como consecuencia de las restricciones a las importaciones".
"Otra de las variables que continúan siendo monitoreadas es la inflación y la suba de costos", observó la UIA.
Deudas pendientes
Los industriales de la provincia de Buenos Aires, distrito que aporta un tercio del PIB argentino, señalaron este miércoles que mantienen expectativas positivas pero "moderadas" respecto al desempeño manufacturero en 2023.
"Las proyecciones para la industria bonaerense en particular, y para la de todo el país en general, son positivas, pero hay muchas deudas pendientes por saldar. Siguen en agenda temas como la falta de insumos por las restricciones a las importaciones y la inflación, que continúa golpeando a este sector y a todas las áreas productivas del país", sostuvo Silvio Zurzolo, presidente de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires.