La reestructuración de la deuda, una necesidad que comparten cada vez más países, se prevé que sea uno de los temas centrales de la cumbre de líderes del G20 que comienza este fin de semana en la India, un asunto de especial interés para el país anfitrión si quiere establecerse como la voz del Sur Global.
El sobreendeudamiento de los países emergentes ya fue uno de los puntos que más discusión generó durante la última reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los Veinte, celebrada en julio en el oeste de la India, debido a la falta de disposición de China, el mayor acreedor global, a una reestructuración.
Ante esta falta de acuerdo, se espera que la India vuelva a poner sobre la mesa el tema para intentar alcanzar el consenso que no lograron hace poco más de un mes, ya que Pekín insiste en que sean los organismos financieros multilaterales los que absorban el endeudamiento de los países a través de sus programas de asistencia.
La deuda del sur global
Así lo aseguró a EFE el reputado economista indio Santosh Mehrotra, quien destacó, sin embargo, que la posición de la India se debe más a su interés por ejercer como la cabeza visible de los países del Sur Global, los principales afectados por la falta de consenso, que a tratarse de una prioridad interna.
"Esto no está en la agenda de la India porque no está endeudada externamente, prácticamente no lo está en absoluto. Si es parte de la agenda principal será sólo por el intento de la India de proyectarse como líder del Sur Global", dijo el economista a EFE.
La deuda mundial ascendió a más de 300 billones de dólares en el primer trimestre de 2023, según un informe del Instituto de Finanzas Internacionales, lo que triplica el valor del producto interior bruto (PIB) de todos los países, que alcanzó los 100 billones de dólares en 2022.
De esa cantidad, 92 billones de dólares correspondieron a deuda pública, según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
Una carga que afecta principalmente a los países en desarrollo, que acaparan el 30 % de esa deuda pública, y que se ve reflejada en el caso de países como Sri Lanka, ahogada por una grave crisis financiera y cuya deuda supera el 100 % de su PIB, lo que le llevó a firmar este año un rescate de 3.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), o Zambia, que selló en marzo un histórico acuerdo con sus acreedores para reestructurar su deuda, que en 2022 superaba los 17.000 millones de dolares.
En contraste, la deuda externa de la India alcanzó los 624 millones de dólares el pasado marzo, lo que equivale al 18,9 % de su PIB, y no supone ninguna preocupación para el Gobierno.
Desde que recogió el testigo de la presidencia del G20 de manos de Indonesia el pasado diciembre, la India ha tratado de alzarse como el principal exponente de los intereses de los países en vías de desarrollo, que el pudiente "norte" ha pasado tradicionalmente por alto, según Nueva Delhi.
Los funcionarios indios se han referido a esta disparidad en múltiples ocasiones en lo que va de año, el último de ellos el ministro de Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, durante un encuentro de negocios en la capital india el 26 de agosto.
"Es una realidad innegable que el sistema internacional sigue dominado por el Norte Global. Naturalmente, esto también se refleja en la composición del G20", dijo el ministro, precisando que el Sur Global ha quedado reducido "a ser un consumidor en lugar de un productor" y a proporcionar recursos al resto de países, una tendencia que debe ser revertida mediante una nueva reglobalización.
Financiamiento climático
Otro de los temas sobre los que Mehrotra prevé que verse la cumbre es el financiamiento de iniciativas para contrarrestar el cambio climático, después de que los países desarrollados no hayan cumplido su compromiso de 2009 de canalizar 100.000 millones de dólares anuales en ayudas a las economías emergentes para 2020.
Un punto en el que coincidió el presidente honorario del Instituto de Competitividad de la India, Amit Kapoor, que precisó a EFE que los líderes tratarán principalmente de ver "cómo crear canales de financiamiento, cómo implantar la agenda del cambio climático o cómo enfrentar la crisis que realmente podría ocurrir".
"El cambio climático tendrá enormes implicaciones económicas", advirtió, insistiendo en el papel clave que tendrá ante la emergencia climática "el fortalecimiento de los bancos multilaterales de desarrollo", que ya fue ampliamente discutido durante las sesiones financieras del G20, durante las que se enfatizó la idea de incentivar los objetivos relacionados con el clima.
A lo largo del año, el Grupo de los Veinte ha remarcado la urgencia de expandir y reformar estos bancos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Asiático de Desarrollo (ADB), destinados a solventar la pobreza de las naciones menos desarrolladas.
A este desafío también se suman las implicaciones financieras que surgen de la adopción de las monedas digitales por parte de los bancos, agregó Kapoor, que tienen grandes repercusiones sobre sistema existente y los pagos transfronterizos, por lo que no descartó que se alcancen nuevas regulaciones para contrarrestar su volatilidad.