El Índice de Actividad Económica, una medición previa del Producto Interno Bruto (PIB), muestra que la mayor potencia latinoamericana crece a un ritmo del 2,18 % interanual.
Sólo en junio, avanzó un 0,69 % con respecto a mayo y un 3,09 % comparado con el mismo mes de 2021.
En este sentido, la actividad económica brasileña aumentó un 2,96 % entre abril y junio ante los mismos meses de 2021, cuando el país seguía lidiando con restricciones por la pandemia de coronavirus.
Los datos reflejan cierta resiliencia de la economía brasileña, aunque se espera una desaceleración en el segundo semestre, dentro de un contexto global complicado como consecuencia de la invasión militar rusa de Ucrania y los nuevos confinamientos en China por la covid-19.
Ello ha provocado enormes presiones inflacionarias en medio mundo, de las que no se ha librado Brasil y que se están combatiendo con una subida de los tipos de interés generalizada, lo que afecta negativamente a economías emergentes como la brasileña.
A pesar de la caída registrada en julio pasado, el país suramericano aún registra una inflación elevada del 10,07 % interanual.
La economía brasileña se encuentra en fase de recuperación tras rebotar un 4,6 % en 2021, cuando superó la caída del 3,9 % que registró en 2020 por los efectos de la pandemia de coronavirus.
Para este año, el Gobierno brasileño prevé una expansión del PIB del 2,0 %, en línea con las expectativas del mercado financiero y ligeramente por encima del 1,7 % apuntado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).