El Producto Bruto Interno (PIB) del país acumuló en el primer semestre del año un crecimiento del 6,5 %, por debajo del ritmo de expansión de 2021, y aminoraría aún más su marcha en esta segunda mitad del año, abriendo paso a pronósticos de una clara desaceleración para 2023.
Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el PBI avanzó en el segundo trimestre del año 6,9 % interanual, encadenando seis trimestres consecutivos en alza.
El informe oficial indica, además, que entre abril y junio pasado el PIB avanzó un 1 % en relación con el primer trimestre, la cuarta subida trimestral consecutiva, aunque con una tendencia paulatina pero sostenida a la desaceleración.
En el acumulado del primer semestre, el PIB anotó un avance del 6,5 %, muy por debajo de la recuperación del 10,5 % lograda en la primera mitad de 2021.
Complicado escenario
Tras este comportamiento en la primera mitad del año, la economía, signada desde hace años por fuertes desequilibrios, ingresó con el pie izquierdo al segundo semestre.
A finales de junio, la desconfianza de los mercados y las mayores restricciones a las importaciones para intentar contener la sangría de reservas del Banco Central provocaron un temblor financiero.
A ello se sumó en julio, en medio de crecientes tensiones en el seno de la coalición gobernante, sucesivos recambios en la titularidad del Ministerio de Economía, hasta el desembarco de Sergio Massa, a inicios de agosto.
En ese proceso, la ya elevada inflación se aceleró fuertemente y las cotizaciones paralelas del dólar estadounidense dieron un salto abrupto, trastocando la producción, el consumo y las decisiones de inversión.
La llegada de Massa y su discurso moderado y favorable a mantener el rumbo de reordenamiento de la economía trazado en el acuerdo de marzo último con el Fondo Monetario Internacional han logrado rebajar las tensiones, no obstante, los desequilibrios persisten y sus nocivos efectos se hacen sentir en el desempeño económico en este segundo semestre.
"La inestabilidad asociada a la política, la falta de reservas que motivó mayores restricciones a las importaciones y la aceleración de la inflación indudablemente tendrán su correlato en términos de la actividad", observó la consultora LCG en un informe.
Según proyectó el propio Gobierno en el Presupuesto 2023 presentado la semana pasada, el PIB cerrará este año con un crecimiento del 4 %, muy por debajo de la recuperación del 10,4 % lograda en 2021, tras tres años de severa recesión.
Magros pronósticos para 2023
Los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas vaticinan que el próximo año la economía argentina crecerá tan sólo el 1 %.
La proyección oficial incluida en el Presupuesto 2023 es ligeramente más optimista, con un alza del 2 %.
A nivel sectorial, según los cálculos del Gobierno, la industria crecería apenas 1,5 % el próximo año, desde el 2,5 % en 2022, y el comercio avanzaría 1,9 %, desde el 3,9 % este año.
Las proyecciones oficiales admiten asimismo un ritmo de crecimiento menor en casi todos los componentes del PIB en relación al desempeño proyectado para 2022: el consumo público y privado aumentaría un 2 %, la inversión crecería 2,9 % y las importaciones recortarían al 2 % el fuerte impulso que registraron en 2021-2022.
La única excepción la configurarían las exportaciones, que este año cerrarían con un alza del 5,5 % y el próximo año crecerían el 7,1 %, según la previsión oficial.