El descenso del banco alemán, que llegó a ser del 15%, se da en un escenario de desconfianza en el sector tras el colapso de Slivergate, Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank en Estados Unidos, y luego de cerrarse la crisis en el Credit Suisse tras su venta forzosa al UBS.
Los rojos también se hacían extensivos a otros sectores cíclicos sensibles a la actividad económica, por el temor a una recesión en un contexto en donde a las subas de tasas se le podría añadir una fuerte restricción al crédito por parte de los bancos.
Si bien el Deutsche Bank -en forma similar al Credit Susse- estuvo implicado en diversos escándalos en la década pasada incluyendo multas por manipular junto con otros bancos la tasa de referencia Líbor e investigaciones de la Comisión Europea por formar parte de carteles en los mercados de bonos soberanos y de divisas, la firma comenzó una fuerte reestructuración en 2019 apuntando a reducir costos y mejorar márgenes.
Esto la llevó a encadenar 10 trimestres consecutivos de ganancias coronados por un benéfico de más de 5.000 millones de euros en 2022 -su mejor resultado desde la última crisis financiera-, una situación que contrasta con la que tenía el banco suizo, el cual además afrontaba corridas de depósitos desde meses atrás a su venta.
Pese al buen estado de salud financiera del banco y la decisión esta mañana de amortizar anticipadamente US$ 1.500 millones en un bono subordinado de nivel 2 para llevarle confianza a los inversores sobre la fortaleza de su hoja de balance, el mercado reaccionó de forma adversa.
La respuesta en bolsa es un correlato de las subas en los últimos días en el costo de los seguros de garantía creditico frente a default (CDS) del banco, situación que también está impactando en el conjunto de bancos europeos.
El costo de los CDS de los bonos del Deutsche Bank a cinco años llegó hoy a 220 puntos, un nivel elevado para una entidad de su envergadura, aunque lejos de los 3.000 puntos a los que llegaron la semana pasada los CDS de los bonos del Credit Suisse.
Tampoco lograron revertir la marcha las declaraciones de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, el canciller alemán, Olaf Scholz y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quienes en la cumbre del Consejo Europeo intentaron llevar paños fríos a la situación del sistema bancario.
"El Deutsche Bank ha modernizado y organizado su forma de trabajar. Es un banco muy rentable. No hay razón para preocuparse', dijo el jefe de estado alemán, quien destacó que la región “está bastante avanzada en lo que respecta a tener reglas claras” para la estabilidad bancaria.
Macron, en tanto, señaló que "los fundamentos de los bancos europeos son sólidos” y que “la Eurozona es la región donde los bancos son más fuertes".
Por su parte, Lagarde reiteró a los jefes de Estado de la Unión Europea (UE) que el conjunto de instrumentos del BCE está “plenamente equipado” para proporcionar liquidez al sistema financiero en caso de que fuera necesario, según indicaron fuentes comunitarias a las agencias de noticias Bloomberg, France Presse y DPA.
"El sector bancario de la zona del euro es resiliente, porque tiene fuertes posiciones en materia de capital y liquidez", expresó la titular de la entidad monetaria quién además resaltó que se ajustó a todas las reformas regulatorias acordadas internacionalmente tras la crisis financiera mundial del 2009 y que 2.200 bancos de la UE se ajustan al ratio de cobertura de liquidez estandarizado, frente a solo 14 de Estados Unidos
Al igual que lo hizo en diversas oportunidades esta semana, insistió en que la política de tasas del BCE para poder bajar la inflación, y la estabilidad financiera son compatibles entre sí ya que el Banco posee “herramientas diferenciadas” para hacerles frente por separado.
Con motivo de la cumbre y frente a las recientes turbulencias, Lagarde junto el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, llamaron a culminar la Unión Bancaria, proceso que comenzó tras la última crisis financiera y que implica la transferencia de responsabilidad de la política del sector del nivel nacional al nivel de la UE.
Uno de los elementos faltantes a dicha unión es la existencia de un seguro de los depósitos europeo y la homogenización de los procedimientos de rescates bancarios.
Por otro lado, el presidente del banco central alemán (Bundesbank), Joachim Nagel, destacó lo logrado “en los últimos diez años, especialmente en la UE en términos de capitalización bancaria” y relativizó como situaciones “idiosincráticas” las de los últimos días.
“Estamos preparados si algo viene, pero creemos que la situación de hoy es diferente a la de 2008”, afirmó e indicó que “cuando algo como esto sucede, no es sorprendente que los mercados estén un poco más volátiles en las semanas que le siguen”.
Estas declaraciones se suman a la de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quién afirmó ayer que las autoridades reguladoras están preparadas para proteger los depósitos si es necesario.
Sin embargo, esto no fue suficiente para frenar las tensiones y el riesgo es que el Deutsche es el octavo mayor banco europeo en cantidad de activos, una envergadura mayor al decimoséptimo lugar que ocupaba el Credit Suisse.