La actualización de tasas que viene realizando el Banco Central, en línea con la evolución de la inflación, que en los últimos tres meses no logró bajar del 5%, y en sintonía con los pedidos de Fondo Monetario Internacional que exige manjar tasas “reales positivas”, representa una alternativa para sostener el valor de los ahorros en pesos, pero, como contra cara, encarece el costo del financiamiento en todas las escalas.
Ante la volatilidad que experimentaron los dólares paralelos en los últimos 15 días, luego de conocerse el dato de inflación de junio (5,1%) el Banco Central elevó cinco puntos los rendimientos de los plazos fijos para minoristas; llevó la tasa al 53%, lo que representa una tasa efectiva anual de 68 %.
Para Javier Timerman, economista y co-fundador de AdCap, la medida hace que sea “más atractivo, teóricamente, invertir en pesos, quedarse en pesos, y eso debería frenar la demanda de dólares, incentivar el ahorro en pesos”. Sin embargo, explicó que “eso es desactivar un poco el ritmo de crecimiento de la economía”. La estrategia, generalmente, modera la inflación, o es por lo menos lo que usan los Bancos Centrales en todo el mundo cuando hay procesos inflacionarios dijo, pero advirtió que “de todas maneras, son medidas que funcionan cuando se las toma en conjunto”.
La decisión que busca evitar que el ahorro en pesos de los argentinos se vaya al dólar blue, impacta de forma negativa en las opciones para financiar el consumo: tarjetas de crédito y microcréditos, básicamente, que han sido grandes aliados durante la pandemia para paliar la falta de ingresos o, incluso, lanzar pequeños emprendimientos a partir de la adquisición de motos y bicicletas para delivery, electrodomésticos o herramientas.
En el caso de las tarjetas de crédito, a partir de esta decisión del Banco Central, la TNA pasó del 53% al 57% anual y bordea los 100 puntos efectivos al sumar los costos financieros de las entidades emisoras. Por su parte, las financieras dedicadas al microcrédito o crédito al consumo, que muchas veces compensan la falta de límite que otorgan los bancos o trabajan con el sector no bancarizado las TNA supera el 80 %, que se traduce en casi un 150 % al calcular el costo financiero total.
Por su parte, el programa oficial Ahora 12 compite con la oferta de financiamiento privado con subas por debajo del costo real que saltaron 9 puntos en el caso de 6 y 12 cuotas (33% a 42%), y 11 puntos para las de 18 y 24 (38% a 49%).
En lo que va del año, el Gobierno ya aplicó 6 actualizaciones de tasas lo que produce un “efecto cascada” de aumento de costos de todos los participantes del mercado financiero, describe Facundo Mangieri, titular de Ceibo Créditos. Inevitablemente, a lo largo del año las tasas de micro crédito se movieron al ritmo de los aumentos que comunicó el BCRA.
Respecto a la reacción en el consumo Mangieri explica que “esto provoca un efecto negativo en el mercado, menos demanda de crédito se traduce, en última instancia, en menos consumo”. Además, aclaró que “para un sector necesitado del crédito, refinanciar deudas corrientes se torna más difícil”.
Un sector con potencial
En Argentina el fenómeno de las fintech es parte de una tendencia general que se destaca a nivel Latam, principalmente, por las características propias de esta región. Al comparar con otros puntos del mundo, como Europa o Estados Unidos, se observa un mayor grado de informalidad lo que genera más oportunidades creativas en el sector.
Las perspectivas para el sector de crédito -dentro del impulso que han cobrado las fintech en general- son muy buenas; aunque es complejo proyectar por los cambios en las reglas de juego los especialistas coinciden al describir que el alto nivel de demanda insatisfecha permite trazar una tendencia positiva que va a permitir que las finanzas digitales se consoliden en el país.
Respecto a la presión que ejerce el contexto económico – financiero global, con alta inflación y alzas de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, desde Ceibo Crédito, la fintech especializada en préstamos personales y soluciones financieras, opinan que la coyuntura impacta en la inflación, pero de forma contenida ya que “la Argentina convive con una alta inflación antes de que se vean los niveles que se observan en el resto del mundo”.
Además, el especialista en finanzas digitales, se mostró optimista respecto a la evolución del Incide de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Indec, y es una de las variables que erosiona gran parte de la economía en la Argentina. “Creemos que en algún momento del cuarto cuatrimestre la inflación va a empezar a ceder y eso daría espacio al BCRA para reducir los intereses a niveles más acordes a los que teníamos en el 2021”, dijo Mangieri.
La tercera edición del estudio del BID, BID Invest y Finnovista destacó el auge del ecosistema fintech en América Latina y el Caribe, con un crecimiento del 112 % entre 2018 y 2021.
El estudio refleja que la pandemia de COVID-19 impulsó la digitalización de numerosas actividades y aceleró la adopción y consolidación de las finanzas digitales de las plataformas fintech en la región.
Además del segmento de pagos y préstamos digitales, el más grande de la región, que aumentó de 28 en 2018 a 60 en 2021, entre otras verticales emergentes menciona las plataformas de tecnología empresarial para instituciones financieras, bancos digitales y seguros (insurtech).
El crecimiento fue impulsado por una creciente demanda de servicios financieros que no proporciona el sector tradicional, una mayor demanda de servicios financieros digitales debido a la pandemia de COVID-19 y cambios regulatorios que mejoraron la transparencia y la seguridad para los inversores que utilizan estas plataformas, dice el documento.
“El estudio muestra que el ecosistema fintech se está convirtiendo en una herramienta clave para promover una mayor inclusión financiera”, dijo Juan Antonio Ketterer, jefe de la división de Conectividad, Mercados y Finanzas del BID.