Mientras algunos sectores que tienen vía libre para acceder al dólar oficial a través del comercio exterior adelantan importaciones y otros recurren a la justicia para ingresar bienes de lujo, un sector de la industria se ve en riesgo por la imposibilidad de ingresar partes y piezas indispensables para fabricar bienes en el país.
La creciente brecha cambiaria que ronda una diferencia de 100 % entre el dólar oficial y el “libre”, funciona como una tentación para cubrirse de alzas y así suben los pedidos al exterior.
Efectivamente, como denunció la Vicepresidenta, en mayo las importaciones alcanzaron un máximo histórico de 7.870 millones de dólares, pero no necesariamente por un “festival de importaciones”.
En este sentido y respecto a la situación de acumulación de reservas, Guzmán indicó que, a partir de la guerra en Ucrania, se alteró la estacionalidad en el flujo de importaciones y exportaciones, y destacó en encuentros con empresarios que el fuerte crecimiento del valor de las importaciones de energía (USD 4641 millones en los primeros cinco meses 2022 vs USD 1.520 millones en igual periodo de 2021) acentuó las necesidades de administración del comercio exterior.
Todavía las compras del exterior se ubican un 7% debajo del periodo 2013-2015, y un 22% respecto a 2017. Además, cerca del 75% de lo que ingresa son insumos, bienes de capital, bienes intermedios, partes y piezas, a lo que se suma una importante cantidad de energía que este año triplicó el monto de lo que se necesitó en 2021. Al mismo tiempo, los productos terminados, que ingresan por Licencia No Automática (LNA) representan sólo un 10%.
La situación es delicada, la especulación a partir de facturación de servicios que oficialmente no quieren aceptar es un “voz populi” que sólo circula con más fuerza desde que CFK lo mencionó.
Y, en ese contexto, el Gobierno ratifica, con la primer misión trimestral del FMI aprobada, que apunta a mantener el objetivo planteado inicialmente de acumulación de reservas internacionales de US$ 5.800 millones en el año.
Además, como muchos especialistas, indican que lo que creció fue el monto de los insumos importados, producto de la inflación internacional y el notable incremento de la demanda de gas, ya que al medir las operaciones en unidades, se encuentran 22% por debajo de los valores de 2017.
Sin embargo, sectores como el automotriz, electrónico y de la construcción entre bambalinas aseguran que algunas ramas de esas actividades están al borde del parate por la escasez de insumos que llegan de afuera. Un panorama que puede agravarse si el Gobierno, en su intento por controlar las fugas, robustece aún más los mecanismos para importar.
Limitar el ingreso de importaciones, lo que puede leerse como “in cepo al cepo”, en torno a los 6.000 millones de dólares, con el objetivo de intentar cumplir con la meta anual del FMI, puede también limitar la de recuperación de los niveles de actividad.
La regla es reconocida por todos los expertos, por cada punto de aumento del PBI crecen 3 puntos las importaciones, entonces, reducir US$ 2.000 millones las importaciones puede dar inicio a un proceso de estanflación.
En tanto, mientras persista la brecha será cada vez más complejo fortalecer la posición del Banco Central; en lo inmediato puede ayudar que el agro liquide unos US$ 2.500, que conserva en los silobolsas.
En el mediano plazo Guzmán apuesta a recaudar con el impuesto a la renta inesperada - que tiene como origen las ganancias generadas a partir de la guerra en Ucrania- que ya envió al Congreso.
Este sábado Guzmán celebró la decisión de España de gravar con un impuesto similar al que busca insertar en la Argentina, por el primer Ministro de España.
De aprobarse el proyecto de ley en la Argentina, a través del tributo que abonarán las firmas que hayan incrementado su margen de rentabilidad, se estiman ingresos por US$ 1.000 para 2023, con algunos anticipos este año.
El monto es tentador, y el impuesto que fue rechazado de ante mano por el sector empresario, cobra fuerza en el ámbito internacional, sin embargo, representa una parte de los US$ 5.800 millones que se comprometió a atesorar el Central, en el pacto con el FMI. Así, con más incertidumbres que certezas cada día, el zapato ajusta más por todos lados.
