Con el terreno judicial allanado, desde este jueves, avanza el gasoducto en Vaca Muerta, una obra que representa un ahorro de entre 3.000 y 5.000 dólares por minuto para las arcas del Estado. La empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) firmó el contrato de US$500 millones para la provisión de cañerías con SIAT Tenaris, la subsidiaria del Grupo Techint, para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y sus obras complementarias; así el Banco Central está autorizado a girar US$ 200 millones para que la primera licitación avance; la obra civil se limitará durante la primer semana de julio.
Con el dato de inflación de mayo (5,1%) fresco, el Gobierno renovó el Presupuesto con una meta de 62% para la evolución de precios del 2022.
La nueva estimación es, prácticamente, el doble de la proyectada en 2021, sin embargo, sigue 10 puntos por debajo del cálculo de analistas privados que publicó el BCRA.
Además, dio uno de los pasos más controversias al publicar los criterios de segmentación que se aplicarán para la quita progresiva de subsidios, otro de los puntos negociados con el FMI. La medida contempla un botón de emergencia, como se preveía, se abrirá un registro para usuarios que requieran no perder el subsidio
Finalmente, el Gobierno informó cómo intentará que el 10% de la población con mayor capacidad de pago empiece a pagar la tarifa plena de gas y electricidad de manera gradual. La norma, retroactiva desde el 1° de este mes, contará con tres aumentos bimestrales equivalentes, que serían en promedio de entre $1000 y $1500, según indicaron fuentes oficiales.
El mismo paquetes de medidas de reordenamiento incluyó una suba de tasas del BCRA: los plazos fijos rinden más, pero-contra riesgo de frenar la producción y el consumo- se encarece el financiamiento.
El Banco Central actualizó 300 puntos básicos este jueves la tasa de política monetaria. Así, llevó el rendimiento del plazo fijo tradicional, que es a 30 días y por hasta $10 millones, al 53%, mientras que para el resto de los depósitos se establece en el 50%.
Del lado de los resultados, el uso de la capacidad instalada de la industria fue de 67,5% en abril, según el índice que elabora el Indec. Registró una suba de 4 puntos porcentuales (p.p.) y acumula catorce meses consecutivos en alza.
El número alentador para trazar el rumbo de la economía se opacó de sospechas de maniobras por parte de algunos sectores productivos. La brecha cambiaria incita a subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones que debilitan la posición del Banco Central.
En este escenario, cargado de tensión y expectativa, los industriales recibieron a Daniel Scioli con beneplácito pero con cierto temor por las advertencias que circulan sobre una "priorización" de disponibilidad de divisas para ingresar insumos al país.
El Gobierno decide por estas horas dar disponibilidad de divisas hasta 6.000 millones por mes a partir de una "administración inteligente del comercio" y, fundamentalmente, con dos cuestiones por resolver. Una política: el ala cristinista de la coalición de gobierno viene cuestionando la débil posición de divisas del Central en un contexto récord de ingreso de dólares por exportaciones. Además, en términos económicos, debe cumplir con la meta de acumulación de US$ 5.800 millones que pautó con el FMI y hasta el momento no atesoró ni la cuarta parte.
Los números no cierran y controlar las “importaciones especulativas” puede ser un camino, no simple pero posible y a esta altura necesario para la salud de la economía. Antes, no vendría mal preguntarse cómo se llegó a tal punto: en los primeros 5 meses de año se importó por US$ 32.000 millones cuando, en promedio, la industria demanda 5.000 por mes.
A este ritmo, la proyección es superar los 86 millones de dólares en el año, una cifra que, pese al excelente momento que atraviesan los commodities en el comercio global, erosionará toda la capacidad de superávit que puede generar las ventas al exterior.
Guzmán y Scioli, tienen en sus manos estudios técnicos - que están analizando en detalle - que reflejan que del total de compras al exterior cerca de un 15% corresponden a sobrefacturación, una maniobra redonda para hacerse de dólares "baratos" -se liquidan a precio oficial a través del MULC- que viene secando al Central.
Se calcula que este rulo, quitaría a la balanza comercial unos US$ 10.000 millones en el año y, de ser restringido, redundaría en superávit comercial, un resultado que engrosa la posición del BCRA y, en simples palabras oxigena la economía. Lo que al mismo tiempo puede representar una señal política que equilibre la balanza con los pedidos en la interna, y una última oportunidad de entregar resultados positivos de cara al 2023.|