En un tímido reencuentro, el Presidente escuchó con atención este viernes el discurso de su vice que lo antecedió en la palabra durante la conmemoración de los 100 años de YPF que no transcurrieron en un clima de celebración, sino de la austeridad que exige un país en crisis de abastecimiento de gasoil, con 8 provincias en rojo ante la falta de combustible que denunció esta semana la entidad que nuclea a los transportistas de carga de todo el país.
Los números que vertió el titular del directorio de la petrolera de bandera estatal, Pablo González, no alcanzaron para dibujar en el rostro del Presidente una sonrisa que acompañe el estado de ánimo que manifestó en sus palabras. “Nos pone muy contentos”, “nos hace muy felices” y “me alegra” son algunas de las expresiones que utilizó el primer mandatario al referirse de los logros alcanzados, promesas y oportunidades que la Argentina enfrenta en materia energética.
Razones para celebrar existen de sobra. Vaca Muerta es una reserva de energía para alcanzar la soberanía energética local y para abastecer a gran parte del mundo. “Tenemos records de producción de gas y de petróleo como hacía años que YPF no mostraba. Para el 2030 estamos calculando que podremos extraer 140 millones de metros cúbicos, por día, de gas. Dense cuenta el futuro que tenemos y que podríamos llegar a producir hasta 700 mil barriles de petróleo”, destacó Fernández.
Y contó que en su visita a Europa “Sholtz y Macron de lo único que me hablaban era de cómo podíamos producir hidrógeno verde para venderles y veo ahí una extraordinaria oportunidad”, y en esa línea destacó: “Y así, del mismo modo, que Cristina – hace 10 años – un día dijo: “basta, y apostemos al crecimiento y desarrollo de YPF y tratemos de ser autosuficiente en materia energética, lo mismo que hice yo, exactamente lo mismo y si tenemos estos resultados es porque apostamos a eso, exactamente a eso”.
La poca euforia del Presidente refleja que, en concreto, aún no puede contrastar resultados contundentes sobre las críticas que llegan de su propia fuerza –inflación, pobreza, informalidad, inequidad. En muchos aspectos su gestión parece haber iniciado en los últimos 3 meses, y no sólo por los avatares de la pandemia, sino por el dilatado acuerdo con el FMI que se selló recién en marzo, en un contexto global de crisis que por el momento no está claro si representa una oportunidad o una condena a la economía nacional.
La gresca
Con el futuro del gasoducto Néstor Kirchner en la mira, durante el acto por los 100 años de la petrolera YPF, la vicepresidenta cuestionó a la empresa que conduce Paolo Rocca, el empresario que se acercó al Presidente y su Ministro de Economía en las últimas semanas, tras ganar la licitación de caños sin costura para el gasoducto de Vaca Muerta. Se trata de un negocio de 500 millones de dólares de los cuales, luego de un encuentro en Olivos el empresario ya consiguió US$ 216 millones.
El monto coincide con el planteó que arrojó CFK al indicarle a Fernández: "No podemos seguir dándole 200 millones de dólares para que se paguen entre ustedes mismos, entre empresas subsidiarias que tienen en Brasil" y advirtió sobre el interés del sector privado por los dólares del BCRA.
Como antecedente, la vicepresidenta ya había cuestionado la falta de acumulación de reservas del Central, pese a la cosecha récord que experimenta el agro por la aceleración de precios en el mercado internacional.
Ahora y sin rodeos la ex presidenta se hizo eco de una denuncia de “operación” de prensa que descubrió el área de Energía que comanda un hombre de sus propias filas. El texto atribuido a la cartera de Producción intenta dar vuelta las declaraciones de CFK: "Es IEASA (la ex Enarsa), con funcionarios designados por ella, quienes hacen las licitaciones. Los que no usaron la lapicera como corresponde fueron sus funcionarios. Ellos armaron un pliego de licitación a la medida de Techint y de la chapa que el grupo fabrica en Brasil, de 33 mm de espesor. Si en lugar de poner esa especificación hubieran puesto 31 mm, como son los gasoductos en Europa, se podría haber provisto caños desde otra firma que produce en Villa Constitución (Laminados Industriales SA)".
La operación denunciada corrió de su puesto al ministro Matías Kulfas a quien muchos señalan como el autor de una “realidad paralela” que convence con buenas noticias al Presidente del buen rumbo de la producción. Aunque, como reflejo de una gestión desencajada o improvisada, hoy cerca del 70 por ciento de las pymes industriales encuentra trabas para importar, lo que pone en duda la sostenibilidad de la recuperación en muchas actividades.
Aunque desde la oposición, algunos dirigentes salieron a advertir que “le están vaciando el gabinete” al Presidente y pusieron en duda la capacidad de gobernabilidad, técnicamente, contando la salida de Roberto Feletti de la Secretaria de Comercio, se puede hablar de un empate. Sin embargo, la jugada no saca del centro de la escena al resto de los jefes del Ejecutivo que defiende el Presidente frente a las acusaciones directas e indirectas que irradia el cristinismo: Guzmán y su par de Trabajo, Claudio Moroni.
A última hora del sábado, mientras comenzó a circular la versión de renuncia del hombre que conduce el Palacio de Hacienda, el Presidente nombró al actual embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, al frente de Producción.
Como luego de la interna que se desató tras las elecciones legislativas de 2021, que derivó en la salida del vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, también acusado de operar contra la vicepresidenta y el arribo de Juan Manzur a la jefatura de Gabinete, las nuevas cartas están sobre la mesa. La llegada de Scioli marca a tercera oportunidad en la gestión del Frente de Todos, mientras el reloj marca la cuenta regresiva para el inicio de un nuevo tiempo electoral. |