Recientemente se anunció que el 30 de septiembre, los Guns N’ Roses volverán a tocar en el país, precisamente en el estadio de River Plate, escenario de su primera y controvertida visita, plagada de noticias falsas, acusaciones cruzadas y hasta una joven que se suicidó luego de una discusión con su padre por no dejarla asistir al recital.
Corría el año 1992 y tras las medidas del conocido “1 a 1”, en el que se colocó al peso en el mismo precio que el dólar, el contexto era favorable para la llegada de grandes bandas y espectáculos internacionales al país. Un productor y empresario llamado Daniel Grinbank fue quien vio la oportunidad para traer a los populares Guns’N Roses y su polémico líder Axl Rose.
Era de público conocimiento que el cantante solía tener cruces constantemente con la prensa e incluso con sus propios fans. Un año antes de que se confirmara el recital en Argentina, Rose había tenido un altercado con un fotógrafo a quien arrebató su cámara y luego de culpar a la seguridad del espectáculo, canceló el show al instante. El público presente se subió al escenario y saqueó todo lo que estaba a su alcance.
Con estos antecedentes, se instalaron dos noticias en los medios de aquella época. Eran fake news que no podían ser refutadas como hoy en día con el alcance de la internet: la supuesta quema de una bandera argentina en una presentación en vivo en París y una declaración en la que el cantante habría indicado que se limpiaría sus botas cuando su vuelo estuviera saliendo de Ezeiza.
Esto provocó que Carlos Saúl Menem, presidente de la Nación en ese entonces saliera por televisión para pedirle a sus conciudadanos que evitasen acercarse al estadio Monumental. Al respecto, el riojano dijo: “Lo lógico hubiera sido prohibirlos, pero esto en el mundo, con toda seguridad, hubiera servido para que nos criticaran y nos tildaran de autoritarios. Y continuó: “Yo les pediría a los organizadores, a los que traen a los artistas, que tengan mucho cuidado con la elección de estos grupos, que son verdaderos forajidos”.
La gira sudamericana de Guns N' Roses también estuvo cargada de problemas. El show de Bogotá terminó con heridos; en Chile, donde el frontman había agredido a periodistas tanto en el aeropuerto como al llegar al hotel, una chica de 15 años recibió un golpe en la cabeza durante el recital en el Estadio Nacional de Santiago. Una vez que abandonaron Buenos Aires, la historia se repitió: cinco periodistas y dos huéspedes del Maksoud Plaza Hotel de San Pablo lo acusaron de haberles arrojado una silla metálica desde el segundo piso, a unos 10 metros de altura.
Para contrarrestar aquellos rumores sobre su “antiargentinismo”, Axl lució una camiseta de la Selección en el hotel Hyatt (hoy Four Seasons), donde se hospedó. En una conferencia de prensa dijo: “Más que por el show, estoy preocupado por lo que pueda pasar afuera y dentro del estadio con la gente que tiene ganas de causar problemas. Creo que estas personas están molestas por mis supuestas declaraciones sobre mi deseo de quemar la bandera argentina y mis botas, algo que jamás dije”.
Rose remarcó su enojo sobre el mito en una entrevista con Telefe. “Ni siquiera sé quién dijo eso, preferiría quemarlo a él. No sé lo suficiente de Argentina como para decir una cosa tan desagradable o hablar realmente mal del país. No vengo a llevarme nada del país, simplemente vengo aquí a tocar, no vengo a escupir sobre el territorio ni a ofender absolutamente a nadie. Me gusta mucho la sensación de la gente, cómo disfrutan todos aquí en Latinoamérica, y veo que aquí nos aprecian mucho”.|