En el Día de la Mujer Trabajadora miles de mujeres y disidentes se movilizan a lo largo y ancho del país en reclamo de sus derechos y la equidad de género. En el caso de las góndolas de supermercados la diferencia entre el hombre y la mujer continúa existiendo de manera marcada. ¿Cómo se presenta?.
Todo comenzó hace cinco años atrás con el Impuesto Rosa, un coste adicional que tienen los productos femeninos de higiene que son idénticos al de los hombres, pero que presentan un 12% de diferencia entre ese mismo producto y la misma marca, según los últimos relevamientos.
El concepto surgió en la década de los ’90 en Estados Unidos y a lo largo del tiempo se extendió en todo el mundo. Según el último informe de la consultora Focus Market, en nuestro país existen al menos 14 productos que contienen este impuesto y en 2022 aumentó un punto más el valor conceptual con respecto al 2021.
Por ejemplo, una máquina de afeitar para hombres sale $71, mientras que el mismo producto, pero etiquetado para mujeres sale $79, es decir un 11% más. Otra diferencia se encuentra en las colonias infantiles, en las cuales la de chicas sale en promedio $522, mientras que la de chicos se encuentra en $485, marcando una diferencia de un 8% más entre uno y otro.
En cambio, en el Ibuprofeno -cuyas versiones apuntan a aliviar los dolores menstruales- la diferencia es del 0%. Esto quiere decir que vale lo mismo esta edición que todas las demás.
Al respecto, Damián Di Pace, director de la consultora explicó: “En los últimos años las diferencias de precios que pagan hombres y mujeres por las mismas categorías y tipología de productos se mantuvieron estables”. Y simultáneamente, las mujeres ya no se manifiestan a favor o buscan una preferencia por los productos femeninos ya que no existe diferencia alguna entre uno que sea para hombres: “Disminuyó el impacto de sesgo diferencial del color rosa tanto en la decisión de compra en la demanda femenina”, señaló Di Pace.
“Hemos visto mejoras en algunos segmentos, como los desodorantes, o en empresas de cosmética. En estas últimas, hubo una igualdad con campañas promoviéndolo. De hecho, el propio mercado castiga a las que no lo hacen”, manifestó respecto a las preferencias.
Si bien este año la diferencia porcentual de los costos entre productos “femeninos” y “masculinos” fue de un punto por encima de lo arrojado el año pasado en el mismo período, el porcentaje continúa siendo más bajo al registrado en años anteriores, cuando la diferencia era de 15% y hasta 30%.|