Aunque la atención se concentra en la soja, que cotiza en torno a los US$ 600 en la Bolsa de Chicago, en la primera semana de febrero el agro liquidó 21 millones de toneladas de maíz, una cifra inusual para la época que permite pensar en una cosecha excepcional. 

Evidentemente, la lluvia llegó en un momento clave y permitió revertir las estimaciones devastadoras de diciembre, en plena ola de calor y fuerte sequía.

Aunque la falta de agua persiste, las perspectivas son un poco más alentadoras y entusiasman tanto a los productores como al Gobierno, que encuentra sus reservas en una situación crítica, luego de abonar más de 1.100 millones de dólares al FMI. En marzo, Argentina debe afrontar un nuevo compromiso por US$3.200 millones con el organismo internacional, en concepto de pago de capital e intereses por el préstamo Stand-By de US$ 57 mil millones contraído en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri. Por eso, cada moneda que ingresa al país desde el exterior es sumamente valorada, mientras se define la letra chica del entendimiento que se debatirá en el Congreso.

Promesa de divisas

El pasado lunes la soja rozaba los US$ 580 por tonelada en Estados Unidos, a partir de las menores previsiones de cultivo en Argentina y Brasil -perjudicados por la sequía- y la creciente demanda de China.

Frente a estimaciones que indican que la evolución positiva en el precio de los cultivos compensará las pérdidas por factores climáticos, la cartera de Economía y el Banco Central se mantienen atentos.

Desde consultoras privadas calculan que la campaña de trigo, maíz y soja cerrará en US$ 25.000, mientras que la próxima podría alcanzar los US$ 28.000, descontando retenciones.

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario se mostrador más cautos, esta semana al describir que la zona de escasez y sequía avanzó en los últimos siete días del 50 al 60%, justo cuando el 90% de la soja de primera entró de lleno en el período crítico en la región núcleo.

Los técnicos advierten que no hay lluvias importantes a la vista para la segunda semana de febrero, recién podrían volver después de la segunda quincena.

“Después de las lluvias de enero los lotes estaban diferentes, “eran otros”, comentan los técnicos pero aclaran que, tras la muy buena recuperación de la soja de primera,  la preocupación persiste porque “la humedad es muy justa” en el momento clave del cultivo.

“Las lluvias de los próximos 15 días serán determinante para soja de primera”, aseguró la Bolsa de  Cereales de Rosario (BCR) en un informe.

Desde la entidad explica que la zona de escasez y sequía avanzó en los últimos siete días del 50 al 60% justo cuando el 90% de la soja de primera entró de lleno en el período crítico. Por eso -advierten- hay nerviosismo y preocupación en el centro sur de Santa Fe, en el oeste de Córdoba y en algunas zonas menos favorecidas del norte bonaerense, como en San Antonio o en la franja costera. Todos se mantienen atentos a los pronósticos y las lluvias que podrían dejar las tormentas de los próximos días. En las zonas afectadas advierten que “la humedad está muy justa, falta agua y los milímetros son urgentes: se necesitan ya”.

En este contexto lo que ocurra con las lluvias en los próximos quince días resultará determinante.|