Ya pasaron 20 años del momento que quizá todos los argentinos recordamos de la vida de Susana Giménez. Hablamos del día en que la diva de la televisión le tiró un cenicero a Huberto Roviralta, de quien estaba en pleno proceso de separación.

En 1998, luego de una década junto a Roviralta, la pareja se divorció y tras la discusión mencionada, él apareció con la nariz ensangrentada. Claro, los medios interceptaron y ella no se guardó nada. "Cuando mostró su cara ensangrentada… No sé por qué lo hizo. Me pareció vergonzante. Hace muchos años que trato de salvar mi pareja y sufriendo ciertas… No sé si humillaciones es la palabra, pero tratando de mejorar la convivencia y, bueno, no se pudo", dijo por aquellos años. Según dicen, en el momento de la pelea, Su disparó: "¿¡Cuándo te vas a ir de acá, hijo de puta, ladrón!?”.

“Huberto me empujó, trató de agredirme y yo me defendí y le tiré un cenicero", fueron las declaraciones de la diva en su momento. Pero años después de ese evento, el empresario investigado por la Justicia a raíz de una serie de denuncias que recibió por actuar de mala fe. Al parecer, compró y vendió 15 terrenos de mil metros cuadrados y estafó a quienes lo adquirieron, tirando abajo el proyecto de colocar unas mil plantas de uva para preparar vino y crear un barrio privado en uno de los puntos más productivos del vecino país.

Entre noviembre de 2013 a abril de 2015 se cobraron las expensas  pero luego se anunció el abandono: se terminaron las construcciones, aparecieron las deudas en los proveedores y se llevó las herramientas que había comprado.  

Carlos Hapton, fue uno de los denunciantes que en 2019 había recibido 270 mil dólares porla escritura de las tierras que compró y que nunca aparecieron. “Uno supone que con los 10,5 millones de dólares que sacó del divorcio de Susana los llevó a Uruguay. Ahora podemos ver en las imágenes que hay una construcción y es la primera casa, que es la de él, totalmente abandonada”, dijo el panelista Diego Esteves en “A la tarde”.

 “Hay ocho plantines en donde podría haber 200 y había prometido cerca de mil. Un comprador adquirió seis de ellos. Dos le hicieron una demanda y siete de los damnificados estarían avanzando con la denuncia acusándolo de “mala fe””, describió desde el lugar de los hechos Gustavo Descalzi.|