En una de las elecciones más discutidas de la historia de Italia, el actual presidente de la República, Sergio Mattarella, fue reelecto para un segundo mandato de siete años al frente de la península.
Con ello, los diputados, senadores y delegados regionales votaron en su mayoría para extender hasta 2029 la gestión del jefe de Estado de 80 años, quien se quedará en el Palacio del Quirinale. Los votos requeridos eran 505, una cifra que va bajando a medida que no se llega a un acuerdo entre los 1.009 electores.
Es que los italianos no concurren a las urnas para elegir quién será el primer mandatario, sino que la Constitución establece una votación indirecta: los ciudadanos eligen la conformación del Parlamento, que a su vez elige al presidente.
La victoria de Mattarella se dio luego de ocho rondas de votación, las cuales comenzaron el pasado lunes 24 de enero, a punto de vencerse los siete años que dictan la Constitución italiana y luego de siete sesiones y seis frenéticos días de negociaciones fallidas entre las partes.
Tras las anquilosadas conversaciones, y luego de manifestar públicamente que no deseaba seguir en el cargo, la reelección del presidente se erigió como la opción más beneficiosa, pero el propio Mattarela requirió que los líderes de los grupos parlamentarios y los representantes de las 20 regiones y de los municipios se lo pidan formalmente.
La reelección del palermitano como conductor del bel paese, acordada por todas las fuerzas políticas a excepción de los conservadores de Hermanos de Italia, irrumpe en un horizonte en el que las coaliciones de centroderecha y centroizquierda lucían muy dinamitadas.
En la primera, ayer se produjo una ruptura de Forza Italia, que había manifestado la voluntad de negociar de forma independiente, mientras que, en el campo progresista, las tensiones internas del Movimiento 5 Estrellas -cuyo fundador y líder expresó ayer con fuerza su apoyo a la candidatura de Elisabetta Belloni- constituyen, de hecho, un nivel de inestabilidad similar al del sector conservador.
La decisión de pedirle a Sergio Mattarella que continúe al frente del Palacio del Quirinale se dio luego de reuniones intensas y se produjo cuando el aliado de Silvio Berlusconi, Matteo Salvini, accedió a confirmar al presidente en funciones, una hipótesis que había descartado hasta el momento.
Si bien había sonado como uno de los posibles reemplazantes, por su parte, el actual jefe del Gobierno, Mario Draghi, seguirá en el Palacio Chigi, como él mismo había vaticinado en diciembre.
Con Mattarella, como señaló el diario Corriere della Sera, se asegura la continuidad fundamental para el país: “La elección de Mattarella tiene dos caras”, explicó el director Luciano Fontana en un video editorial, y siguió: “En primer lugar, es una excelente noticia para Italia, que lo tendrá un año más en el Quirinale junto a Mario Draghi, la pareja institucional que se apoderó del país tras el desastre de la pandemia”.
“Por otro lado, estamos ante el montón de escombros del sistema de partidos: es la segunda vez en poco menos de un año que los partidos no logran resolver temas fundamentales para el país; el primero para dar gobierno tras la crisis de Giuseppe Conte, el segundo ahora para elegir presidente de la República”, cierra el analista del Corriere. |