El presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, justificó la inflación anual que terminó 2021 en un máximo de seis años de 10,06%, también aclaro que el índice se vio afectado por los precios más altos de las materias primas, un aumento en los precios de la energía, desequilibrios entre la demanda y la oferta de insumos y cuellos de botella en las cadenas de suministros.
“La aceleración significativa de la inflación en 2021 a niveles superiores a los de la meta (del Banco Central) fue un fenómeno global, que afectó la mayoría de los países desarrollados y emergentes”, afirmó el funcionario en una carta abierta en la que explicó el fuerte salto del índice de precios en Brasil.
Según Campos Neto, además del fuerte salto en las cotizaciones internacionales de las materias primas, que provocó elevados reajustes de precios en Brasil de los combustibles y hasta de los alimentos, la escasez mundial de algunos componentes, como semiconductores, desabasteció las cadenas productivas brasileñas y también presionó la inflación.
Según el presidente de la autoridad monetaria, la que llamó como “inflación importada” fue la que más contribuyó para elevar el índice de precios en Brasil el año pasado.
El principal factor para que la inflación se ubicará 6,31 puntos porcentuales por encima de la meta que había fijado el Banco Central fue la "inflación importada, con una contribución de 4,38 puntos porcentuales, es decir cerca del 69 % del desvío", argumentó.
De acuerdo con el funcionario, el aumento de los precios del petróleo en el mercado internacional fue responsable por 2,95 puntos porcentuales de la inflación del año pasado en Brasil, los reajustes de las materias primas por otros 0,71 puntos porcentuales y la devaluación del real frente al dólar por otros 0,44 puntos.
Las explicaciones constan en una carta abierta que Campos Neto dirigió al ministro de Economía, Paulo Guedes, y que los presidentes del Banco Central tienen que redactar en Brasil cada vez que la inflación se sale de la meta que había sido fijada por el Emisor.
Además de haber registrado la mayor inflación para un año desde 2015 (10,67 %), la tasa de 2021 (10,06 %) prácticamente dobló el techo de la meta fijada por el Emisor. El Banco Central se había impuesto para el año pasado una meta de inflación del 3,75 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, por lo que el indicador podía llegar a un máximo de 5,25 %.
Combustibles y electricidad
Los principales responsables por la subida de la inflación en 2021 fueron los combustibles y la energía eléctrica, disparados por la pandemia del coronavirus y por la crisis energética que vivió el país por la falta de lluvias. Los combustibles acumularon un alza del 49,02 % en el año, mientras que la electricidad registró una subida del 21,21 %, según los datos divulgados por el Gobierno.
Los combustibles aumentaron no solo por la subida de las cotizaciones internacionales, ya que la petrolera brasileña Petrobras fija los precios internos a partir de los mundiales, sino también por la apreciación del 7,49 % del dólar frente al real.
Según el presidente del Banco Central, el encarecimiento de las cuentas de la luz por la crisis hídrica solo fue responsable por 0,67 puntos porcentuales de la inflación del año pasado.
De acuerdo con el presidente del Emisor, además de la subida de los precios de las materias primas en el exterior y la crisis energética en Brasil, la inflación en el país también fue afectada por “los desequilibrios entre la demanda y la oferta mundial de insumos, que generó cuellos de botellas en las cadenas productivas globales”.
Esta fue la sexta vez desde 1999 que el presidente del Banco Central tuvo que divulgar una carta para justificar los motivos de que el organismo no pudiera cumplir con su meta de inflación.
El reto para Campos Neto es impedir que la inflación también se salga de control en 2022. Para este año el Emisor se impuso una meta de inflación del 3,50 %, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, es decir que la tasa puede llegar a un máximo del 5,0 %, pero los economistas del mercado ya prevén que Brasil terminará este año con una inflación del 5,03 %. |