Abrir una Cuenta de Inversión es muy fácil. Con tan sólo unos clics y un par de selfies de frente y dorso del DNI, cualquier persona puede entrar al apasionante mundo de las finanzas online. Cada vez son más las mujeres que lo descubren y comienzan a invertir para potenciar sus ahorros.
“No tengo dudas de que una importante cantidad de mujeres maneja su economía familiar, tienen sus cuentas bancarias, usan su tarjeta de crédito y muchas entienden sobre instrumentos financieros sofisticados, sin embargo, aún queda mucho camino por desandar y reconstruir respecto del vínculo femenino con el manejo del dinero”, asegura Máximo Diez, Chief Marketing Officer de Wenance.
Diez no se refiere al uso doméstico del dinero, donde algunas mujeres lo dominan casi al punto del milagro, sino a inversiones, a hacer rendir un dinero excedente o tomar crédito de forma eficiente, sin caer en fraudes, a través del manejo de herramientas financieras. “Aún hoy, gran parte de la gestión de las finanzas sigue en manos de los hombres y, en muchos aspectos de la vida económica, las mujeres son discriminadas”, señala.
Argentina no es la excepción a la brecha de acceso financiero global que existe entre hombres y mujeres. Los varones acceden a casi el doble de créditos que requieren mayores garantías, como los hipotecarios, y tienen plazos más largos de repago, según el Banco Central.
“Cada vez más, las mujeres asumen un rol activo en sus finanzas y lo hacen de manera planificada y racional para dotar de mayor eficiencia la administración de sus recursos y potenciar el crecimiento de sus patrimonios”, dice Diez.
Esta tendencia, en pandemia, gracias a las redes sociales y el crecimiento de opciones a través de plataformas de inversión, multiplicó la participación de las mujeres. En ese sentido, desde Wenance destacan que el 78% de las clientas mujeres son madres o cabeza de familia.
En general, son más las mujeres tomadoras de préstamos que los hombres (52% vs 48%) cuenta Diez y agrega que sus edades van de 25 a 50 años. En cuanto al promedio de montos que suelen solicitar, señaló que es similar en ambos géneros y ronda los $50.000.
La brecha comienza a notarse al analizar el cumplimiento: las mujeres pagan un 7% mejor que los hombres. Además, 6 de cada 10 créditos offline son tomados por mujeres y la oferta tiende a ser un 8% más alta que la de los hombres, frente a las mismas condiciones de riesgo.
Finalmente, al revisar los datos de la fintech bursátil Liebre –de Wenance- se produce un fenómeno particular: si bien el 60% del público en redes sociales es femenino, aún el porcentaje de inversores varones es superior. ¿Cómo se explica? “Creemos que muchas mujeres están dando un primer paso para investigar y educarse financieramente y que ello se traducirá en un futuro muy cercano en una participación preponderante en la actividad financiera”, analiza Diez.
Al comparar con años anteriores, desde Iinvertionline (IOL) observan un crecimiento en la cantidad de mujeres que se sumergen en el mercado bursátil, representando más de un 30%, en continuo incremento. “Creemos que aún falta dar un gran salto que marque la diferencia, de la mano de la educación financiera que les de la seguridad que se necesita para operar con la información pertinente en cada caso”, dice Lorena Malatesta, gerente de Marketing de IOL.
Desde la plataforma reconocen que el último año hubo un “boom” de crecimiento de mujeres de entre 25 y 34 años. “Son mujeres que están en pleno auge laboral y traen consigo nuevos paradigmas y maneras de educarse, en muchos aspectos”, describe Malatesta y agrega que “es una generación que experimenta su primer o segunda experiencia laboral que utiliza naturalmente las plataformas digitales y, sobre todo, quieren tener el control de sus finanzas”.
El valor de la experiencia
Para superar obstáculos día a día, hay que animarse a más y los especialistas aseguran que el rol, cada vez más activo, de la mujer en el mundo del trabajó facilitó el manejo de operaciones financieras. “Si pensamos en quienes tiene 50, 60, y más, hay un salto cualitativo con respecto a la generación que las precedió, es la primera generación en donde masivamente las mujeres estudiaron, salieron a trabajar y sus proyectos de vida estaban también atravesados por lo laboral”, explica Flora Proverbio, socia en Ethnos Strategy, una consultora especializada en el segmento 50+ para América latina.
El dato es sumamente interesante, se trata de la primera generación de mujeres que maneja su propio dinero en una familia. “Pero, si, la brecha en cuanto a educación financiera es enorme entre varones y mujeres”, afirma y agrega que, a mayor edad, menos conocimiento, lo que se traduce en “menos empoderamiento financiero, mayor inseguridad y sensación de `de esto yo no sé´ porque es un mundo en el que la mayoría no se siente cómoda”.
En la misma línea, Carolina Villanueva, cofundadora y directora de Grow, género y trabajo asegura que “cada vez más es un tema de las mujeres” porque representa también otro nivel de conocimiento y educación que adquirimos al ingresar al mercado de trabajo, al tener que vincularnos con nuestro propio dinero, describe pero advierte sobre las desigualdades: “las mujeres tienen menos ingresos propios que los varones, por eso, probablemente tengan menos herramientas y menos educación financiera consecuente”.
La especialista agrega que en Argentina la mitad de mujeres en edad de trabajar no lo hacen ni buscan empleo. “Eso habla de una dependencia económica con otras personas de sus entornos que, justamente, les quita independencia financiera, y, probablemente también, acceso a las finanzas, créditos, préstamos y demás servicios bancarios”.
Barreras
Aunque representan el 50% de la población mundial, hay más mujeres que hombres pobres, ocupan posiciones de bajos salarios en mayor proporción y tienen menos acceso a la propiedad y a la educación financiera. Sin embargo, la incursión de las mujeres en el mundo bursátil es una realidad que está sucediendo ahora, pero los cambios no vienen solos.
“Inclusive a la hora de sacar un crédito para darle más envergadura a sus proyectos, hay mucho temor a equivocarse”, dice la especialista en mujeres +50 y describe que la idea de “saber manejar” el dinero se asocia más con el ahorro, el uso eficiente de los recursos, más que con el concepto de “poner a trabajar el capital”.
En relación al acceso, Villanueva plantea que existe equidad, pero encuentra diferencias de género en el uso; mientras las mujeres, simplemente sacan plata con la tarjeta de débito para contar con efectivo, los varones utilizan otras herramientas de inclusión tecnológica financiera que les da acceso a mejores servicios.
Entre las brechas de género destaca el “criterio básico” de contar con recibo de sueldo en blanco para acceder a una cuenta, lo que excluye en mayor proporción a las mujeres, que representan solamente el 30% del empleo formal en Argentina. “Algunos bancos han visto estás diferencias y trabajan en inclusión financiera”, cuenta la socia de Grow.
Por otro lado, desde Ethnos Strategy trabajan con distintas organizaciones para generar herramientas financieras básicas que sirvan como paso inicial en un emprendimiento. Para Provervio, compartir “información concreta” que sirva para desarmar muchos prejuicios instalados resulta central ya que estas creencias funcionan como “auto limitante” a la hora de tomar decisiones. |
