El ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, a través de la subsecretaría de Mercados Agropecuarios, explicó en un comunicado que la Argentina se encamina a exportar un volumen histórico de maíz, superior a todo precedente, con una producción récord de 60,5 millones de toneladas, de las cuales 38,5 millones tienen como destino la exportación.
No existe “limitación” ni “cepo” a la exportación de maíz, describe el texto oficial que ratifica que las exportaciones están abiertas. Sin embargo explica que la cartera decidió priorizar las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) fehacientemente respaldadas por compras físicas y con barcos nominados con fecha cierta.
"Esta decisión no tiene ninguna implicancia en los mercados de futuros, ya que sólo rige para la presente campaña comercial", apuntó el Gobierno que dispuso "suspender temporariamente la registración de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para el producto maíz, cuya fecha de inicio de embarque sea anterior al 1 de marzo de 2021".
La medida fue objetada por la cadena del maíz, al señalar que "se erosiona la confianza". En este sentido, voceros oficiales destacaron que la nueva disposición aplica sólo para el maíz de la campaña 2020/2021 –que va de marzo a febrero–, mientras que las registraciones de la campaña 2021/2022 continúan de manera convencional y ya lleva registradas DJVE por 6, 12 millones de toneladas.
En lo que va de la campana, a falta de 5 meses para el inicio de la próxima cosecha, la exportación declaró íntegramente el saldo exportable de 38,5 millones de toneladas. En total, 9 empresas exportan el 96% de este registro, con volúmenes individuales que van de 1,5 a 5,9 millones de toneladas.
"El productor rural tiene que tener la plena certeza de que es la base de esta cadena de valor y que en ningún momento se actuará con alguna medida que lo perjudique", insistieron desde Agricultura y aclararon que, para la campaña 2021/2022 que se inicia, las estimaciones de siembra oficiales prevén una intención que superará las 10 millones de hectáreas.
Aunque la cartera de Domínguez explica que la decisión se apoya en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, básicamente la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción, la medida cayó pesada entre algunos sectores rurales.
En desacuerdo
La Asociación Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR) rechazó la medida dispuesta: "este tipo de medidas erosionan fuertemente la confianza y conducen a que inmediatamente se retraiga la producción y las inversiones, situación que llevará indefectiblemente a mayores precios para los consumidores y menos trabajo".
"El cierre de los mercados logra un efecto contrario al deseado, medidas similares en el pasado dieron como resultado una brutal caída del área sembrada con el cultivo, perjudicando no solo a la producción sino a toda la cadena de valor", expresó la entidad que dirige Alberto Moreli.
"Tenemos que volver a pensar en el largo plazo, y para eso debemos tener un horizonte claro, donde podamos conocer las reglas de juego y a su vez terminar con las falsas antinomias entre abastecer el mercado interno o exportar, cuando sabemos a ciencia cierta que nos sobran recursos para hacer las dos cosas a la vez", manifestó MAIZAR a través de un comunicado.
Y, en ese sentido la entidad reiteró su disposición a "colaborar con el sector público debatiendo y aportando ideas que contribuyan a un país que finalmente logre desarrollar todo su potencial en beneficio de todos los argentinos".
Desde distintos espacios coinciden sobre el rol "armonizador" que puede ejercer el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), una mesa de trabajo federal que busca conciliar los intereses de los principales referentes del sector privado con los del Estado. |