La caída de la desocupación al 9,6% en el segundo trimestre, informada por el Indec la semana pasada, no fue el resultado de la creación de más puestos de trabajo, sino del "aumento de la cantidad de personas inactivas" que dejan de buscar empleo por la falta de oportunidades.
Así lo señalan desde el Instituto de Trabajo y Economía (ITE), cuyo último informe de coyuntura indica que "en esta baja de la desocupación hay pocos elementos para celebrar".
La afirmación encuentra su respuesta, según la entidad que depende de la Fundación Germán Abdala, en el "efecto desaliento" que genera la imposibilidad de conseguir trabajo.
A su vez, el ITE recomendó tomar "con cautela" el relevamiento del Indec, que debió emplear una "modalidad mixta" de la encuesta, con consultas tanto presenciales como remotas: "Esto genera un aumento de la no respuesta y afecta la calidad de la muestra", advirtió el grupo, si bien reconoció que la medición del mercado laboral que realiza periódicamente el organismo oficial es la "más exhaustiva con la que se cuenta".
Asimismo, por "la excepcionalidad que supone la pandemia", además de las comparaciones interanuales, también son relevantes las intertrimestrales, "para poder captar si los indicadores se recuperan luego del momento en el que se dieron las mayores restricciones a la movilidad", destacó el instituto.
En este sentido, sostuvieron que la baja en la cantidad de personas "se explica por el aumento en la cantidad de personas inactivas y no por un crecimiento del empleo". Por el contrario, subrayaron que la creación de puestos laborales "se frenó luego de tres trimestres de recuperación sostenida y se mantiene 92 mil puestos abajo del segundo trimestre de 2019".
El ITE, por otra parte, admitió que parte del aumento de la inactividad respecto del primer trimestre "puede deberse a la intensificación de las restricciones a la actividad por el fuerte crecimiento de los casos de Covid-19 que se produjo durante la ‘segunda ola’ en mayo y junio".
Sin embargo, advirtió que "el hecho de que la transición haya sido desde la desocupación hacia la inactividad -y no desde el empleo hacia la inactividad- podría estar indicando también la preocupante presencia del ‘efecto desaliento’", generado porque "las personas desocupadas se retiraron del mercado de trabajo desanimadas luego de infructuosas búsquedas laborales".
El ITE señaló que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) mostró un crecimiento de 143.000 puestos de trabajo asalariado registrado en relación con el primer trimestre. En cambio, los datos del Ministerio de Trabajo muestran que "el conjunto del empleo asalariado registrado público, privado y en casas particulares, medido con estacionalidad, aumentó en 50.000 puestos respecto del trimestre anterior, pero se mantiene 159.000 puestos por debajo del segundo trimestre de 2019".
En otras palabras, la EPH está “sobrecapturando la recuperación del empleo registrado", analizaron desde la entidad.
En cuanto al resto de las categorías ocupacionales, el trabajo asalariado no registrado muestra 349.000 puestos menos que en el segundo trimestre de 2019 y hay 263.000 cuentapropistas menos que en el cuarto trimestre de ese año, cuando alcanzó su valor máximo, aunque permanece 151.000 puestos por encima del nivel prepandemia, en el segundo semestre de 2019, “lo que muestra que parte de la recuperación del empleo ocurrida en los últimos trimestres continúa siendo autoempleo".
Como conclusión de este proceso, exhibieron que el panorama laboral "está lejos de ser alentador, aún más si consideramos que respecto de la prepandemia hay 92.000 puestos de trabajo menos, mientras que la población creció en 542.000 personas, es decir que se destruyeron puestos de trabajo, en un contexto de crecimiento poblacional.