Tal como sucedió en mayo y junio, se esperaba que el consumo de electricidad en el séptimo mes del año superara los valores de julio de 2018, e impusiera un récord histórico de demanda, pero el incremento no fue suficiente, como sucedió en 2019 y 2020, con el impacto de la crisis que produjo el Covid -19. 

Según el informe elaborado por Regional Investment Consulting (RICSA), el sector residencial, que representó el 50.5% de la demanda con 6.3 TWh, venía teniendo crecimientos intermensuales del 26.6% y 20% para los meses de mayo y junio, respectivamente, pero en julio aumentó tan sólo un 3.6%, respecto a junio. Si bien para este sector, la demanda sobrepasó levemente su valor de julio 2018, se mantuvo un 4% por debajo del récord impuesto el año pasado. 

El sector comercial, que representó un 24.9% de la demanda con 3.1 TWh, es el que se encuentra en la situación más crítica ya que se mantiene un 6% por debajo del nivel alcanzado en 2018. “A diferencia de los otros sectores siguió en baja y aun no supera los valores de 2019”, indica el informe de RICSA y destaca que este segmento logró apenas superar en un 1% la energía demandada de julio 2020, el año donde la economía se resintió por los cierres de comercios en la fase crítica de ASPO, por la pandemia. 

El sector industrial, que representó un 24.6% de la demanda con 3.1 TWh, mantiene un ritmo prácticamente constante en los últimos 4 meses y se colocó menos de un 2% por debajo del nivel de 2018. 

Sobre las causas que mantiene baja aún la demanda nacional, desde la consultora energética apuntaron al comportamiento inesperado del sector residencial y la situación del área comercial, que aún se encuentra en fase de recuperación postpandemia.  

Al analizar los datos del primer semestre del año, desde el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec), indican que el consumo de electricidad comercial creció 2,7% comparado con el mismo período de 2020. “Se trata de un importante signo de recomposición debido a que la caída en la demanda eléctrica de los comercios del país no sólo se explica por la pandemia -donde claramente empeoró- sino que se remonta al año 2017 como saldo de las políticas económicas recesivas y los tarifazos implementados por la administración de Mauricio Macri”, explica la economista Florencia Brunello. 

“A pesar de la mejora destacable en lo que va de 2021 y la recomposición post-pandémica que empieza a manifestarse en los datos, los comercios del país siguen consumiendo energía eléctrica por debajo de 2019, siendo esto todavía muy preocupante para el sector”, agregó la analista del Oetec. 

En tanto, el informe de RICSA destaca que la tecnología térmica sigue siendo la más importante del país con un 63,6% del suministro. La sigue, la generación hidroeléctrica con un 25,6% mientras que la energía nuclear, con un 5,7% y las renovables en conjunto, suman un 5.1%, para completar la matriz energética. 

Con respecto al mes de junio, la generación llegó a 13 TWh, mostrando un aumento del 3.6% intermensual y un 6.1% en la comparación anual. La térmica, la hidroeléctrica y la nuclear mostraron un aumento del 2%, 2.3% y 3.5%, respectivamente, mientras que las renovables fueron las que más aumentaron al registrar una suba de 15% los últimos 12 meses. 

Al diferenciar el consumo comercial por provincias, el ranking de jurisdicciones con mayor variación positiva en los primeros seis meses del año 2021, lo encabezan Corrientes (+25,8%); Misiones (+7,7%); Chubut (+6,9%); Formosa (+6,4%); y Neuquén (+4,5%). 

La provincia de Buenos Aires se encuentra décima en porcentajes, pero con un aumento del 2,9% respecto al primer semestre de 2020, lo que la ubicaría en primer lugar en términos de cantidades de electricidad comercial consumidas, con un incremento del 233.719 MWh para este sector. En efecto, la provincia explica el 47,6% del consumo eléctrico de los comercios de todo el país. 

Al enfocar en las energías renovables, el informe de RICSA revela que la eólica representó un 80.1% de la generación renovable del país; la solar un 8.7%; la biomasa, 4.21%; la minihidro, 4% y, por último, el biogás 2.3%. 

Además, el precio monómico del MWh subió un 2.8% en pesos, de $8.145 a $8.377 y, en dólares representó una suba del 1.8% por el tipo de cambio A3500, llegando a un valor de 87.04 USD/MWh.|