En los últimos años la meta de aumentar la capacidad de reciclaje, a través de educación ciudadana y reglamentación sobre un mejor manejo de los residuos y un mayor compromiso con el ambiente por parte de los ciudadanos con distintas iniciativas desde el sector público, ha golpeado la puerta de diversas industrias, entre ellas, la de alimentos que enfrenta un importante desafío: generar envases y paquetes no contaminantes que, al mismo tiempo garanticen la seguridad alimentaria a lo largo de toda la cadena.

El objetico de cuidar al ambiente con el uso de materiales biodegradables es tan importante como complejo ya que todo lo que está en contacto con los alimentos juega un rol fundamental para respetar su conservación, propiedades y seguridad en todos los pasos, desde que un producto se sella y despacha, hasta que se consume.

Argentina genera aproximadamente 16,5 toneladas al año de residuos sólidos, donde se están reciclando aproximadamente 400 ton/diario entre papeles, cartones, plásticos tipo film y PET, latas de aluminio y vidrios, según cifras presentadas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS). 

Con el fin de contribuir a aumentar la capacidad de reciclaje Kellogg’s®, reconocido por producir cereal, granolas y barras de cereal, presentó un plan para 2025 para generar empaques 100% reutilizables, reciclables y compostables. “La empresa tiene una de las huellas de empaques de plástico más pequeñas entre las empresas de alimentos de similar tamaño en el mundo y estamos impulsando agresivamente la innovación, analizando cómo los empaques pueden proteger y mejorar los alimentos, mientras tienen un impacto ambiental cada vez menor”, indicó Alejandro Ortega, gerente General de Kellogg’s para la región pacifico.

“Nuestra conciencia ambiental involucra a nuestros colaboradores, porque incentivamos su participación para que sean parte de nuestros objetivos sustentables, invitándolos a eliminar el uso de sorbetes y botellas de agua de un solo uso”, dijo y agregó que también trabajan de forma estrecha con sus proveedores “para identificar diseños de empaque que minimicen el desperdicio y garanticen la calidad y seguridad de nuestros productos".

—Antes que llegue la pandemia el cambio climático se había posicionado con fuerza en la agenda global ¿Cómo cree que impactó la pandemia en la conciencia ambiental?

—En más de un siglo hemos atravesado grandes transformaciones, me refiero al mundo y a nuestra compañía. Kellogg’s siempre se ha caracterizado por ser una empresa que está en continua evolución, adaptándose a las necesidades no solo de los consumidores, sino del planeta. De ahí que para nosotros la sustentabilidad representa la conexión entre la naturaleza y la humanidad, es aportar mejores prácticas para que nuestros productos beneficien a todos los involucrados desde el proceso de producción hasta los consumidores.

—¿Cuáles fueron los principales cambios de la industria de alimentos para cuidar el ambiente y cómo repercutió en la empresa? 

—Según la Fundación Ellen MacArthur, cada año se producen globalmente 311 millones de toneladas de plástico y, anualmente, 8 millones de toneladas métricas de este plástico ingresan a nuestros océanos. Gran parte de ellos vienen de la industria alimenticia, esto nos lleva a cambiar y a generar un impacto en el planeta. Desde Kellogg’s, reafirmamos nuestro compromiso con el medio ambiente y presentamos nuestro plan para 2025, nuestra meta es generar empaques 100% reutilizables, reciclables y compostables.

Actualmente logramos que la totalidad de nuestros empaques de cartón, como las cajas de cereales, provengan de fuentes recicladas, certificadas como sustentables o de bajo riesgo. Esto de cara a la creciente atención y debate público sobre los residuos de alimentos.

—¿Cómo cree que se desarrollará el negocio en la próxima década? 

—Apostamos al crecimiento de las ideas innovadores en el país, apostamos a este mercado porque encontramos en él familias que creen en nuestros proyectos, que se divierten haciendo recetas con nuestros productos, así que de la misma manera que nuestros clientes creen, nosotros creemos en el mercado local.

A esto debo añadir que los proyectos de sostenibilidad que adelantamos en el país hacen parte de nuestro futuro en Argentina. El tiempo nos ha permitido consolidar propósitos sociales claros, donde nuestra bandera es mitigar el hambre en el mundo y este país no es la excepción. Así que dando una vista hacia adelante vemos más alianzas que nos permitan lograr nuestros objetivos. 

—¿Cuáles son las perspectivas para 2021?

—Como compañía con espíritu y corazón, no solo tenemos la responsabilidad social de abastecer a nuestros consumidores con nuestros alimentos cuando más lo están necesitando, sino que también extendemos este compromiso para apoyar a las comunidades más vulnerables. El confinamiento fue el mejor escenario para que el consumidor de cereales se reencontrara con las marcas, por lo que en medio de la crisis si se vieron las oportunidades.

Uno de los proyectos más importantes en Argentina es justamente la presentación de nuestro plan para mejorar la conservación ambiental y lo compartimos con el mundo en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente. Actualmente, la empresa tiene una de las huellas de empaques de plástico más pequeñas entre las empresas de alimentos de similar tamaño en el mundo y estamos impulsando agresivamente la innovación, analizando cómo los empaques pueden proteger y mejorar los alimentos, mientras tienen un impacto ambiental cada vez menor.   

—¿Esta iniciativa es parte de un proyecto global?

—Claro, con nuestro compromiso global de crear Mejores Días para 3.000 millones de personas en todo el mundo para 2030, abordando las situaciones interrelacionadas de bienestar, seguridad alimentaria y resiliencia climática. Con ello, la compañía también apoya el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 de las Naciones Unidas para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Por supuesto Argentina hace parte de esta iniciativa y muy pronto presentaremos novedades.   |