El impacto de la pandemia agravó las consecuencias negativas sobre el mercado inmobiliario argentino que ya venían provocando la recesión y el cepo cambiario, y tuvo el mismo efecto devastador que un "tsunami", advirtió uno de los principales referentes de la actividad.
"Esto es como si hubiese habido un tsunami, nadie volvió a sus oficinas y las empresas van dejando miles de metros cuadrados vacíos. Es tremendo. Uno se pregunta en qué va a terminar", dijo Luis Ramos, CEO de L.J. Ramos Brokers Inmobiliarios, en una entrevista.
Detalló que en los alrededores de Tucumán y Bouchard, en el Bajo porteño, hay una oferta "enorme2 de propiedades en venta o alquiler. "Está el edificio de Telecom, que son 33.000 metros cuadrados. Sólo en el edificio donde estamos deben haber unos 3.000 metros. Enfrente está Prosegur, HSBC, Price. De ahí se fueron todos, son más de 20.000 metros. En los alrededores de Tucumán y Bouchard debe haber 40.000 metros ofrecidos para la venta. Oficinas de 3.000 metros donde uno no ve a nadie, sólo quedaron adornos, muñecos o fotos que tenían los empleados en los escritorios", graficó Ramos.
Explicó que "muchas empresas tenían cuatro pisos. Primero dejaron dos, después otro y, al final, se retiran totalmente, se van achicando. Eran zonas caras, donde los valores han caído hasta 50%, y el que está dispuesto a alquilar lo hace con la condición de tomar el dólar a la cotización oficial de $100, no al paralelo de $150".
Dijo que "a eso se suma que se buscan alquilar oficinas que sirvan para iniciar la actividad, porque si encima se debe hacer una inversión, la demanda sale corriendo. Todo el mundo se va achicando". Ramos señaló que ese cuadro crítico también alcanza a los alquileres”.
Advirtió que "desde que se decretó la nueva ley, lo único que hizo fue destruir el mercado de alquileres". "Casi ningún propietario quiere alquilar. Cómo te voy a alquilar algo que da un 2% de renta, si llega, cuando hay que pagar ingresos brutos, Ganancias, impuesto al patrimonio, Bienes Personales y también suntuarios, si tenés más de una propiedad", se quejó.
Dijo que con semejante nivel de intervencionismo y presión impositiva, por una propiedad que se alquila un propietario "apenas puede sacar una renta que ni siquiera alcanzará para afrontar los impuestos". Como conclusión, explicó, "todo ese mercado de alquileres se volcó a la oferta para vender, y así empezaron a caer los precios".
"Los valores de las propiedades siguen cayendo porque cada vez hay más oferta, y la poca demanda que existe la integran los denominados ´killers´, que te vienen a matar con lo que ofrecen pagar, son como los fondos buitres", ironizó.
El inicio de la caída:
Para Ramos, el punto de inflexión que determinó el inicio de la caída del mercado inmobiliario fue "la derrota de Mauricio Macri en las PASO de agosto de 2019. En ese momento estábamos en 1,8% de inflación, el riesgo país por debajo de 800 puntos y el dólar en $44. Al día siguiente empezó un desbarajuste y llegamos a donde estamos, muy agravado por la pandemia".
"Todo eso fue un golpe muy fuerte para la clase media alta, que es el mercado que se mueve en momentos de crisis, porque tiene alguna reserva", señaló. Dijo que "es impresionante la cantidad de gente que me llama para poner en venta propiedades, y le tengo que explicar que no se vende casi nada".
"Me dicen ´no importa, quiero vender, no quiero saber más nada´. Hay fábricas que tenían 80 trabajadores y van 10. El dueño tiene que seguir pagando el sueldo a los 80. Por eso quiere vender la empresa... Es como si viniera un tsunami y la gente comenzara a salir corriendo", lamentó.
Dijo que, a partir de la pandemia que se inició en marzo del 2020, la crisis del sector fue empeorando. "En el tema locales, es lastimoso. Empresarios pymes a los que les ha costado mucho abrir su emprendimiento, ya no pueden seguir. Y eso que los propietarios, a pesar de que hay un contrato de locación, en muchos casos rebajaron a la mitad el alquiler, o algunos meses ni siquiera lo han cobrado. Ir al microcentro es para llorar", lamentó.
Dijo que otra dificultad que afronta el sector empresarial es que "hay gente que consiguió otro trabajo, y muchas empresas les siguen pagando el sueldo. Cobran doble. Eso da mucha bronca". Y sobre algunos sectores de la dirigencia política, advirtió: "A veces parece que nos quieren fundir a propósito, quedarse con nuestras empresas dándonos un pancho y una Coca, y listo. Estamos yendo hacia un camino peligroso".|